Pérez Osorio, Álvaro. ?, p. s. xv – Astorga (León), 1463. Obispo de Lugo (1434-1440) y de Astorga.
Hijo de Juan Álvarez Osorio, señor de Castroverde y Villalobos, y de Aldonza Guzmán, aparece en varios documentos como Álvaro Osorio Guzmán, conservando el apellido materno. Era hermano del I conde de Trastámara y tío del I marqués de Astorga que llevaba su mismo nombre.
Como uno de los segundones de la familia —era el cuarto—, fue dedicado a la Iglesia, cursando estudios en la Universidad de Salamanca. Parece que fue catedrático de Prima de Teología en dicha Universidad, deán de la Catedral de León y el 24 de noviembre de 1434 designado obispo de Lugo donde permaneció hasta 1440 (con escasa relevancia) que pasó a ocupar la sede asturicense, según reza el Libro de Protocolos de la Catedral astorgana.
Durante el episcopado en su ciudad natal sufrió los avatares de las aspiraciones territoriales de la nobleza circundante. Primero tuvo que enfrentarse al conde de Benavente, de la poderosa familia de los Pimentel, que procedió a la usurpación del señorío episcopal en la localidad berciana de Los Barrios de Salas. El asunto se complicó con la escasa autoridad del rey Juan II, quien, si en 1449 confirmó al obispo como señor de Los Barrios, en 1451 se decantó a favor de Pimentel, a quien los mismos habitantes de los poblados negaron obediencia. Si el Rey apoyó al conde de Benavente, Álvaro Osorio, el obispo, solicitó el amparo y protección de Roma que, con sendas ejecutorias dimanadas de la sede de Pío II en 1460 y 1463, lanzó excomunión contra el conde y sus agentes. Sin embargo, no hubo arreglo hasta 1472, ocupando la sede astorgana García Álvarez de Toledo.
Más serio fue el enfrentamiento con su sobrino Álvaro Pérez Osorio por las disputas sobre el poder temporal en la ciudad de Astorga y su territorio. El perdedor en este enfrentamiento —como en otros— era el pueblo, el concejo, que veía cómo se debilitaban sus libertades y prerrogativas. Al acceder a la tenencia de Astorga, el que más tarde sería I marqués, realizó un acto, demostrativo de su fuerza y poder; quería dejar sentado quién mandaba en Astorga y el 6 de junio de 1462 asaltó, con gente armada, el palacio episcopal; obligó a su tío a renunciar a la mitra, si bien la reacción del obispo fue inmediata, y al día siguiente, ante notario, revocó la renuncia alegando que se le había tomado por la fuerza.
No destacó sobre manera en el gobierno diocesano; benefició al Cabildo de la Catedral anexionándole algunos préstamos y beneficios simples para compensar sus cortas rentas. En 1444 concedió una bula con indulgencias para los que ayudasen a las obras de la Catedral. Y en 1456 firmó unas constituciones diocesanas, en las que se hacía especial referencia a los transgresores de la inmunidad eclesiástica; constituciones que recibieron el refrendo del papa Calixto III.
Ocupó la Cátedra de Santo Toribio hasta finales de 1463; un documento de la cofradía de San Feliz, del 15 de noviembre, lo da ya como fallecido. En junio de 1464 aparece como electo el sucesor García Álvarez de Toledo.
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Martín Martínez Martínez