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Miguel Colmeiro y Penido

Biografía

Colmeiro y Penido, Miguel. Santiago de Compostela (La Coruña), 22.X.1816 – Madrid, 21.VI.1901. Botánico e historiador de la Botánica.

Aunque gallego de origen, sus estudios universitarios los cursó en Madrid, en cuya Universidad Central siguió las carreras de Medicina y de Ciencias, en las que se doctoró en 1843 y 1846 respectivamente.

Parece que fue la oportunidad de optar en 1842, antes de su primer doctorado, a la cátedra de Botánica y Agricultura que existía en Barcelona, sostenida por la Junta de Comercio y asociada al Jardín Botánico de aquella ciudad, la que orientó definitivamente su carrera al ámbito de las ciencias, y más concretamente a la Botánica, que había de absorber desde entonces toda la dedicación profesional e intelectual de Colmeiro.

Para ganar en oposición la cátedra de Barcelona, que efectivamente obtuvo, Colmeiro contaba con el prestigio de los que habían sido sus maestros en Ciencias Naturales, el gran botánico Mariano Lagasca, fallecido en 1839, y Mariano de la Paz Graells, naturalista emergente que iba a dominar el panorama académico de la Historia natural en las décadas siguientes. Al crearse en 1845 otra cátedra de Botánica en la Universidad de Barcelona, Colmeiro pasó a ocupar esta última. Fue quizá durante esta etapa catalana cuando su actividad científica como botánico resultó más intensa y original, plasmada, entre otras publicaciones, en su Catálogo metódico de plantas observadas en Cataluña, publicado en 1846.

En 1846 optó a la nueva cátedra de Organografía y Fisiología Vegetal de la Universidad Central, que no obtuvo entonces, pues fue Vicente Cutanda quien ganó la oposición. Pero sí recibió del tribunal la declaración de aptitud para la enseñanza de la asignatura.

En 1847 se trasladó a la Universidad de Sevilla, al ganar en oposición la cátedra de Botánica que había quedado vacante tras la muerte de Pablo Boutelou.

Allí promovió la recuperación del Jardín Botánico, que había existido previamente en la ciudad, dependiente primero de la Regia Sociedad de Medicina y de la Universidad después, y que volvió a perderse tras la marcha de Colmeiro.

Finalmente, en 1857 ganó mediante concurso el traslado a la Facultad de Ciencias de la Universidad Central para encargarse de la cátedra de Organografía y Fisiología Vegetal, a la que había optado diez años atrás y que Cutanda había dejado ahora por preferir encargarse de la otra cátedra de Botánica que se impartía en el Jardín Botánico de Madrid. En 1866, tras la muerte de Cutanda, se hizo cargo también de esa segunda cátedra, al asumir las enseñanzas de Fitografía y Geografía Botánica. En la Universidad Central llegó a ser decano de la facultad de Ciencias y rector.

En 1868, pocos meses antes de los sucesos revolucionarios de septiembre, acumuló la dirección del Jardín Botánico de Madrid, cargo que desempeñó hasta 1900. Este nombramiento supuso, en otro orden de cosas, la ruptura con el que había sido uno de sus mentores y maestros, Graells, que había dirigido hasta entonces el Museo de Ciencias Naturales y el Jardín como dependencia de éste, y que consideró su apartamiento como el producto de las intrigas y la deslealtad de Colmeiro. Entre otros cambios, Colmeiro trasladó al Parque de El Retiro, donde estaba la conocida como Casa de Fieras, un jardín zoológico de aclimatación que Graells había instalado en el Botánico durante su mandato. Parece que también intervino en la decisión gubernamental tomada en 1895, y muy deplorada en el Museo de Ciencias Naturales, de trasladar este centro al edificio de la Biblioteca Nacional, donde hubo de alojarse en unos locales inadecuados, inicialmente provisionales, durante varios años.

En la esfera no oficial destaca el papel de Colmeiro como uno de los fundadores, en 1871, de la Sociedad Española de Historia Natural, que tanta relevancia iba a tener en el desarrollo de las Ciencias naturales en España a lo largo de las décadas posteriores. Él fue su primer presidente y el autor de no pocos de los trabajos que formaron los tomos iniciales de los Anales de la Sociedad Española de Historia Natural, tal como puede comprobarse en la bibliografía. Desde la solidez de su posición institucional y académica, prestó otras ayudas a iniciativas científicas de tipo asociativo, como la Sociedad Linneana Matritense, que, aunque no tuvo larga vida, fue una de las primeras dedicadas a la Botánica en España y destacó por su talante renovador y la juventud de sus promotores, que fueron sobre todo Tomás Andrés y Tubilla y Blas Lázaro, ambos discípulos de Colmeiro, que les ayudó como socio honorario cuando la fundaron en 1878. Otro de sus discípulos fue el farmacéutico José Pardo Sastrón, que, junto a su compañero de profesión y aficiones Francisco Loscos, sobresalió en la segunda mitad del siglo XIX por sus investigaciones sobre la flora de Aragón.

Como botánico, Colmeiro sobresalió por su labor compiladora, plasmada sobre todo en su Enumeración y revisión de las plantas de la Península hispanolusitana e Islas Baleares, que permitió a su biógrafo y discípulo Blas Lázaro afirmar que había fijado “cuantos datos de interés, respecto de nuestra flora, pueden encerrarse en obras anteriores y en las de sus contemporáneos, hasta el punto de haber agotado el campo de la bibliografía botánica española”. Sin embargo, la falta de originalidad científica implícita en este tipo de obras, más la discutible utilidad de la información contenida en ellas por el modo acrítico en que había sido reunida, le granjearon las censuras de otros colegas y, a la postre, han dejado una huella más duradera en el juicio de botánicos posteriores sobre sus aportaciones. Particularmente significativos son los juicios críticos de Moritz Willkomm y Carlos Pau, este último quizá exacerbado por el resentimiento que le produjo verse derrotado en una oposición frente a Blas Lázaro, discípulo de Colmeiro. En un folleto de 1891 significativamente titulado Gazapos botánicos cazados en las obras del Sr. Colmeiro que es Director del Jardín Botánico de Madrid, Pau llega a afirmar que “todas las obras del Sr. Colmeiro no valen lo que cuesta el papel en que se han escrito”.

Quizá donde más brilló el talento recopilador de Colmeiro fue en otra obra que debe ser aquí especialmente citada por ser un repertorio biográfico, su muy consultado La botánica y los botánicos de la Península hispano-lusitana, obra premiada por la Biblioteca Nacional e “impresa á expensas del Gobierno” en 1858.

En otros trabajos menores amplió Colmeiro esta faceta de historiador de la Botánica hispana, con especial atención al Jardín Botánico de Madrid.

Independientemente de que el enfoque de Colmeiro fuera más recopilatorio que empírico, más de gabinete que de campo, sus afanes científicos coincidieron con los de Graells y otros naturalistas españoles de mediados del XIX, en cuanto a promover la formación de un primer catálogo de los seres naturales de España. Faltaba un conjunto de obras que conformaran la base de una Historia natural de España, un inventario descriptivo de sus minerales y rocas, de su flora y de su fauna. Dos factores explicaban esa carencia. Por un lado, la originalidad y la riqueza de la naturaleza española respecto a otros países del centro y el norte de Europa. Por otro, la falta de desarrollo científico frente a esos mismos países, que sí habían completado obras de referencia básica respecto a su Historia natural. Colmeiro llamó repetidamente a trabajar para remediar esta carencia, y es patente que en su ámbito botánico trató de aportar obras de conjunto que facilitaran el avance hacia una completa flora ibérica. No falta en este empeño una dimensión nacionalista, que en el caso de Colmeiro se manifiesta especialmente en el celo con que procuró recoger en muchas de sus obras las denominaciones vernáculas de las plantas en lengua castellana.

Sus esfuerzos filológicos se plasmaron incluso en un Diccionario de nombres vulgares de plantas, publicado en 1871. Su labor como historiador de la Botánica tiene también un componente explícitamente nacionalista, en cuanto que reivindicación del pasado científico de España, que apoya en ocasiones con el rescate de documentos inéditos, como la Liquenología de Simón de Rojas Clemente, muerto en 1827, que hizo publicar en 1863.

En el terreno de las ideas, el perfil de Colmeiro representa la moderación y el posibilismo en el difícil contexto político e ideológico de su siglo. Su talante modernizador en lo científico, plasmado en su juventud en su contribución a difundir en España el método natural de Agustin-Pyrame de Candolle para la sistemática botánica, frente al entonces anticuado sistema linneano, no llegó, sin embargo, a arrastrarle a una defensa inequívoca del evolucionismo darwiniano en Biología, cuya introducción en España llegó en una etapa tardía de su desarrollo vital y profesional.

Católico y conservador, pero alejado de posturas reaccionarias o inmovilistas, se desenvolvió con comodidad en el liberalismo reformista de su tiempo.

Miguel Colmeiro permaneció soltero y vivió muchos años en familia con su hermano menor Manuel, profesor como él de la Universidad Central y una de las figuras más destacadas entre los economistas españoles del XIX.

Colmeiro fue académico de la Española, de la de Medicina, de la de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, de la de Ciencias y Artes de Barcelona y de la de Buenas Letras de Sevilla. Además, fue nombrado vocal del Real Consejo de Agricultura, Industria y Comercio.

 

Obras de ~: Ensayo histórico sobre los progresos de la Botánica, desde su origen hasta el día, considerados más especialmente con relación á España, Barcelona, 1842; Memoria sobre el estado actual de la Botánica y la Agricultura, Barcelona, 1842; Principi che devono regolare una Flora, applicati particolarmente alla formazione de la spagnuola (Letta alla Sezione di Botanica del Quinto Congresso degli Scienziati Italiani), Lucca, Tipographia di G. Giusti, 1843; Catalogus plantarum in Horto Botanico Barcinonensi annis MDCCCXLIII et MDCCCXLIV cultarum, Barcelona, Tipographia Josephus E. Monfort, 1844; Lettera del Dottore Micheli Colmeiro interno agli orti botanice in Ispagna, Modena, 1844; Catálogo metódico de plantas observadas en Cataluña, Madrid, Vda. é Hijos de Calleja, 1846; Universidad de Sevilla. Ampliación de la Botánica. Programa especificado ó resumen de las lecciones, Sevilla, 1847; Programa de Nociones de Botánica, Sevilla, 1847; Memoria sobre el modo de hacer las herborizaciones y los herbarios, Madrid, 1847; Apuntes para la Flora de las dos Castillas, Madrid, Repullés, 1849; Recuerdos botánicos de Galicia, Santiago de Compostela, 1850; Investigaciones sobre la antiquísima madera conocida en Sevilla con el nombre de alerce, Sevilla, 1852; Nuevas investigaciones sobre los alerces que por tradición se supone haber existido antiguamente en los alrededores de Sevilla y Córdoba, Sevilla, 1852; con Esteban Boutelou, Examen de las encinas y demás árboles de la Península que producen bellotas, con la designación de los que se llaman mestos, Sevilla, José M. Geofrin, 1854; Curso de Botánica o Elementos de Organografía, Fisiología, Metodología y Geografía de las plantas, con la clasificación y caracteres de sus familias y la indicación de propiedades y usos, tanto médicos como económicos, Madrid, Calleja Editor, 1854-1857; La botánica y los botánicos de la Península hispano-lusitana. Estudios bibliográficos y biográficos, Madrid, Imprenta y Estereotipia de M. Rivadeneyra, 1858 (eds. facs., Valencia, Librerías París-Valencia, 1996; Madrid, Ollero y Ramos, 2000); Noticias acerca de un manuscrito perteneciente al licenciado Antonio Roblés Cornejo, naturalista del siglo xvi, y conservado en el Jardín Botánico de Madrid, Madrid, 1859; Manual completo de Jardinería, Madrid, Calleja, 1859; Observaciones y reflexiones hechas sobre los movimientos de las hojas y flores de algunas plantas con motivo del eclipse de sol del 18 de Julio de 1860, Madrid, 1860; Discurso leído ante la Real Academia de Ciencias en la recepción pública de D. Miguel Colmeiro, Madrid, Imprenta de la Viuda e Hija de Fuentenebro, 1860; Tentativa sobre la Liquenología geográfica de Andalucía, por don Simón de Rojas Clemente; trabajo ordenado conforme a los manuscritos del autor, Madrid, 1863; Plantas que viven espontáneamente en el término de Titaguas, pueblo de Valencia, enumeradas en forma de índice alfabético, por don Simón Rojas Clemente, natural del mismo Titaguas, 1864; El Jardín Botánico de Madrid y el Gabinete de Historia Natural. (Su origen ó importancia), Madrid, 1867; Enumeración de las criptógamas de España y Portugal, Madrid, 1867-1868; El catálogo de las semillas del Jardín Botánico de Madrid como lazo de sus relaciones, Madrid, 1868; Importancia científica del Jardín Botánico de Madrid, Madrid, 1869; Examen histórico-crítico de los trabajos concernientes a la Flora hispano-lusitana, Madrid, Est. Tipográfico de T. Rey, 1870; Diccionario de los diversos nombres vulgares de muchas plantas usuales o notables del antiguo y nuevo mundo, con la correspondencia científica y la indicación abreviada de los usos e igualmente de la familia a que pertenece cada planta, Madrid, Gabriel Alambra, 1871; Discurso pronunciado en la Real Academia de Medicina para la recepción páblica de D. Miguel Colmeiro, Madrid, Imprenta de los Señores de Rojas, 1872; “Fumariáceas de España y Portugal”, en Anales de la Sociedad Española de Historia Natural (ASEHN), 1 (1872), págs. 35-47; “Un trabajo inédito de Don Francisco José de Caldas, hallado con otros varios en el Jardín Botánico de Madrid”, en ASEHN, 1 (1872), págs. 275-288; “Genisteas y Antilídeas de España y Portugal”, ASEHN, 1 (1872), págs. 289-378; “Rosáceas de España y Portugal”, en ASEHN, 2 (1873), págs, 257-399; “Plantas crasas de España y Portugal”, en ASEHN, 3 (1874), págs, 267-299; “Bosquejo histórico y estadístico del Jardín Botánico de Madrid”, en ASEHN, 4 (1875), págs. 241-345; Discurso leído ante el Congreso de Americanistas el día 26 de Septiembre de 1881 en la Cátedra del Jardín Botánico de Madrid para celebrar el centenario de su instalación en el Prado, Madrid, Fortanet, 1881; Discurso pronunciado en la inauguración de las sesiones de la Real Academia de Medicina en el año 1884-85, Madrid, 1885; Enumeración y revisión de las plantas de la Península hispano- lusitana e Islas Baleares, Madrid, Imprenta de la Viuda e Hija de Fuentenebro, 1885-1889; Resumen de los datos estadísticos concernientes a la vegetación espontánea de la Península hispano-lusitana e Islas Baleares, Madrid, Imprenta de la Viuda e Hija de Gómez Fuentenebro, 1890; Noticia de los trabajos botánicos del Abate Pourret en Francia y España, Madrid, 1891; Indicaciones sobre los nombres vulgares de las plantas, Madrid, 1891; Primeras noticias acerca de la vegetación americana, suministradas por el almirante Colón y los inmediatos continuadores de las investigaciones dirigidas al conocimiento de las plantas, con resumen de las expediciones botánicas de los españoles, Madrid, Sucesores de Rivadeneyra, 1892; Árboles y arbustos, particularmente los de origen americano, existentes al aire libre en el Jardín Botánico de Madrid, Madrid, Imprenta de la Viuda e Hija de Gómez Fuentenebro, 1892; Los jardines botánicos, su número, organización e importancia en las naciones más cultas e ilustradas, Madrid, Imprenta de la Viuda e Hija de Gómez Fuentenebro, 1894.

 

Bibl.: L. Lázaro e Ibiza, “Noticia necrológica de Don Miguel Colmeiro y Penido”, en Anales de la Sociedad Española de Historia Natural, 30 (1901), págs. 201-210; I. J. Inza, “Excmo. Sr. D. Miguel Colmeiro y Penido. Notas biográficas”, en Linneo en España, Zaragoza, Bibiano Escar, 1907, págs. 261- 263; J. Fernández Pérez, “La formación de la flora española en la segunda mitad del siglo xix y los botánicos Colmeiro, Willkomm y Pérez Lara”, en Actas II Congreso de la Sociedad Española de Historia de las Ciencias, II, págs. 83-104, Zaragoza, 1984; J. M. Camarasa, Botànica y botànics dels Països Catalans, Barcelona, Enciclopèdia Catalana, 1989; B. Valdés Castrillón, “La biología en la Universidad de Sevilla”, en Historia de los Estudios e Investigación en Ciencias en la Universidad de Sevilla, Sevilla, Universidad, 2005.

 

Santos Casado de Otaola