Mateo-Sagasta y Echeverría, Bernardo. Pontevedra, 21.IX.1866 – 2.XI.1937. Ingeniero agrónomo.
Hijo del ingeniero de montes Pedro Mateo-Sagasta, natural de Logroño, y de Juana Echeverría, nacida en Pontevedra, verificó el ejercicio de grado de bachiller en el instituto de Pontevedra el 21 de junio de 1880.
A continuación, cursó la carrera de ingeniero agrónomo, pero también siguió, en la Universidad Central, la licenciatura en Derecho, verificando el 29 de enero de 1895 el ejercicio de grado en dicha licenciatura.
Muy joven obtuvo la cátedra de Botánica en la Escuela de Ingenieros Agrónomos y, desde ella, desplegó una actividad docente extraordinaria, para cuya actualización realizó numerosos viajes de estudio a centros análogos europeos. Inspector general del Cuerpo de Ingenieros Agrónomos, durante algún tiempo fue director de la Escuela de Ingenieros Agrónomos, aunque también fue director general del Instituto Geográfico y Estadístico y de Correos y Telégrafos.
A su iniciativa se debió la instalación, en la Escuela de la Moncloa, de una “Estación para el ensayo de semillas”, a modo y semejanza de las que había visto en otros centros docentes europeos y, de modo particular, a la establecida en Viena, que era de las que contaban con mayor predicamento.
El 4 de diciembre de 1901 fue elegido académico de la de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, para ocupar la vacante producida por el fallecimiento de Miguel Colmeiro, si bien tuvieron que transcurrir casi quince años antes de su toma de posesión, que, finalmente, tuvo lugar el 9 de mayo de 1915. Eligió como tema, para dicho ocasión, la importancia del agua en la agricultura y durante su lectura justificó que, aunque los riegos eran condición necesaria, no era suficiente para alcanzar la máxima producción de los cultivos.
Pese a ello, concluía su discurso señalando que “el agua, en efecto, es la condición primera de fertilidad y el más firme motor de prosperidad agrícola”.
El encargado de contestar a dicho discurso fue el célebre ingeniero Joaquín María de Castellarnau (1848-1943), quien señaló una triple personalidad en el nuevo académico: su actividad como ingeniero, el ser hombre de ciencia y su decidida actuación dentro de la política. Sobre esta última cabe apuntar que fue diputado en Cortes en varias legislaturas y, dos veces, subsecretario del Ministerio de Hacienda.
Obras de ~: Importancia del agua en la agricultura Discurso leído ante la Real Academia de Ciencia Exactas, Físicas y Naturales en su recepción pública por el Excmo. e Ilmo. Sr. D. ~, Madrid, Imprenta Renacimiento, 1916.
Bibl.: J. M. Castellarnau, “Contestación”, en Discurso leído ante la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales en su recepción pública por el Excmo. e Ilmo. Sr. D. Bernardo Mateo Sagasta, Madrid, Imprenta Renacimiento, 1916, págs. 41-62; J. M. Torroja Menéndez, “Los ingenieros en la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales”, en P. García- Barreno et al., La Real Academia de Ciencias, 1582-1995, Madrid, RACEFN, 1995, págs. 385-429.
Alberto Gomis Blanco
