Soria, Alonso. Castillo de Garcimuñoz (Cuenca), s. xvi – Cuenca, c. 1601. Fraile agustino (OSA), predicador y escritor.
Ingresó en la Orden de San Agustín, probablemente en el convento de su pueblo natal, que perteneció a la provincia de Andalucía, formada de la provincia de Castilla en 1527, aunque en 1541 volvió a unirse con ésta hasta el capítulo de 1582, en que definitivamente quedaron separadas las dos provincias.
Los estudios de Filosofía y Teología los cursaría Alonso de Soria en el Convento San Agustín Sevilla, y de este convento saldría para establecer la reforma en la provincia de Aragón al ser elegido por el reformador Rodrigo de Solís (muerto en 1583). Éste, a instancias de Felipe II, había sido nombrado reformador de la citada provincia de Aragón por Pío V, en el breve expedido en Roma el 13 de julio de 1568.
El malogrado biblista Alonso de Gudiel (1526- 1573), catedrático de Teología en Huesca (1559), Lérida (1560) y de Biblia en la Universidad de Osuna durante nueve años (1563-1572), que sufrió la represión inquisitorial y murió en la cárcel de Valladolid, cita a Alonso de Soria como testigo a favor de una de las interpretaciones que daba a la Sagrada Escritura.
“Esta doctrina la comuniqué, declaró Gudiel ante la Audiencia en Valladolid el 2 de agosto de 1572, con hombres muy doctos del reyno para ver si la podía leer; con el maestro Ávila que es muerto [sic]; y testigo es fray Alonso de Soria predicador que está en Aragón, frayle de nuestra Orden; con fray Rodrigo de Solís, hombre muy doctor de nuestra Orden que es reformador en Aragón; con fray Joseph de Herrera, con el padre maestro de la Veracruz de nuestra Orden; [...]. Ninguno me dixo ser peligrosa” Santiago Vela, 1917: 336).
En efecto, Alonso de Soria se dedicó a promover la reforma en la provincia agustiniana de Aragón como predicador, pero también ejerciendo el cargo de prior en los conventos de Nuestra Señora del Socorro de Valencia (1572-1575), y en el de Jérica o Xérica (Castellón) desde su fundación en 1579. Aunque se ignora el año del regreso a su provincia agustiniana de Andalucía, el año 1598 figura en el convento de Cuenca como predicador.
Antes de su fallecimiento en el convento conquense escribió y publicó sus dos obras literarias. Historia de la gloriosa virgen Santa Catalina de Alejandría (Cuenca, 1599), e Historia y milicia cristiana (Cuenca 1601). Esta última es la más singular. Consta de cinco libros y fue impresa en la casa tipográfica de Cornelio Bodán, a costa de la viuda de Juan de Castro, es una novela mística o libro “caballería espiritual”, alternativa al género predominante en la época, los libros de caballerías. Narra la historia de un Caballero peregrino que nace en un desierto, muere su madre cuando el niño comenzaba a andar, y una cierva, con cuya leche se había alimentado, hizo el oficio de madre; fue creciendo y su vida la hizo en compañía de los animales, y guiado por la razón aprendió a buscar a Dios. Él le mostró, a través de un ángel o escudero invisible, “la casa del desengaño”, esto es, la Iglesia.
Una vez armado Caballero de la fe sus enemigos no son los molinos de viento de don Quijote, son el escuadrón de todos los vicios, y con todos sostiene el “Caballero peregrino” una dura batalla hasta conquistar victorioso los alcázares de todas las virtudes, arribando de este modo al monte santo, a la ciudad de Dios, a la paz y felicidad verdaderas.
Historia y milicia cristiana es una obra cargada de simbolismo, imaginación y conocimientos literarios, teológicos y espirituales. Las descripciones de los diferentes alcázares, muros y caminos están realizadas con detenimiento y belleza literaria. La doctrina cristiana enseñada en esta obra de caballería a lo divino se encuentra entretejida de múltiples composiciones poéticas.
Una influencia de Historia y Milicia cristiana en el Criticón de Gracián llegó a insinuar Ignacio Monasterio en su obra Místicos Agustinos Españoles (Madrid, 1929), tomo I, página 395, y Pedro Sáinz de Baranda señaló en 1962 las razones por las que se hace verosímil y probable que la lectura del libro de caballerías a lo divino de Alonso Soria por parte de Gracián sea una fuente literaria más a la hora de componer el Criticón.
Obras de ~: Historia de la gloriosa virgen Santa Catalina de Alexandría, Cuenca, Imp. Miguel Serrano, 1599; Historia y milicia cristiana del cavallero [sic] peregrino conquistador del cielo, metaphora y símbolo de cualquier sancto, que peleando contra los vicios ganó la victoria, incluyese en la Gerarchia Eclesiástica, y celestial, y la metaphora del infierno y purgatorio, y la gloria de los sanctos y glorioso recibimiento con ejemplos y sanctos y autoridades de la Sagrada Escriptura, Cuenca, Imp. Cornelio Bodán, 1601.
Bibl.: N. Antonio, Bibliotheca Hispana Nova, sive Hispanorum scriptorum qui ab anno MD ad MDCLXXXIV floruere notitia, I, Madrid, Apud Ioachimi Ibarrae, 1783, pág. 49 (ed. española, Biblioteca Hispana Nueva, o de los escritores españoles que brillaron desde el año MD hasta el de MDCLXXXIV, I, Madrid, Fundación Universitaria Española, 1999, pág. 55); J. Jordán, Historia de la Provincia de la Corona de Aragón de la Sagrada Orden de los Ermitaños de N. P. San Agustín¸ II, Valencia, 1712, págs. 36, 230; J. Lanteri, Postrema Saecula sex religionis augustinianae in quibus breviter recensentur illustriores viri augustinenses qui sanctitate et doctrina floruerunt post magnam Ordinis unionem peractam anno MCCLVI ab Alexandro IV usque ad haec tempora, Romae, Typ. Bernardi Morini, 1860, pág. 119; F. Caballero, La imprenta en Cuenca, Cuenca, Imp. Eco, 1869, págs. 32, 35-36 (ed. facs., con intr. de M. Poves, Cuenca, Ed. Gaceta Conquense, 1985); G. de Santiago Vela, Ensayo de una Biblioteca Ibero-Americana de la Orden de San Agustín. Obra basada en el Catálogo bio-bibliográfico agustiniano de Bonifacio Moral, vols. III y VII, Madrid y El Escorial, Imp. del Asilo de Huérfanos del Sagrado Corazón de Jesus e Imp. del Real Monasterio, 1917 y 1925, págs. 336 y 562-564 respect.; I. Monasterio, Místicos agustinos españoles, t. I, Real Monasterio de El Escorial (Madrid), Ed. Agustiniana, 21929, págs. 386-396; P. Sáinz Rodríguez, “Una posible fuente de El Criticón de Gracián”, en Archivo Teológico Granadino, 25 (1962), págs. 7-21; T. Viñas, Agustinos en Cuenca, Cuenca, Diputación Provincial, 1998, págs. 102-103.
Rafael Lazcano González
