Ayuda

Antón Martín Aragón

Biografía

Martín Aragón, Antón. Antón Martín. Mira (Cuenca), c. 1500 – Madrid, 24.XII.1553. Venerable hospitalario (OH), siervo de Dios, primer compañero y sucesor inmediato de san Juan de Dios en la dirección del hospital de Granada.

Sus padres fueron labradores. Pasó su infancia en la casa paterna dedicado a las faenas del campo, hasta que, fallecido su padre, dejó su casa y se dirigió a Valencia, en cuya ciudad se colocó como vigía en las costas del Mediterráneo. Después se trasladó a Requena, donde trabajó como empleado de aduanas. Su madre había contraído nuevas nupcias cuando le comunicó la noticia de la muerte de su hermano Pedro Aragón.

Desde ese momento no paró en pleitos ante la justicia hasta poner en la cárcel al asesino de su hermano, Pedro Velasco, con quien más tarde ingresará en la Fraternidad Hospitalaria, ambos de la mano del propio san Juan de Dios. Con el asesino ya en la cárcel trató de que el tribunal lo condenara a muerte.

La fama de santidad que Juan de Dios tenía en Granada hizo que los familiares de Pedro Velasco acudieran a él para informarlo del caso y que mediara en el perdón. Por otra parte, Antón Martín ya había tenido contacto con el santo, pues en repetidas ocasiones le había dado limosna para sus pobres y enfermos del hospital. Juan de Dios, puesto de rodillas y con el crucifijo en la mano, el santo hospitalario le dijo: “Antón Martín, vengo para pediros y rogaros que así perdone este divino Señor crucificado vuestras culpas, que perdonéis la que cometió contra vuestro hermano vuestro contrario, perdonad a vuestro enemigo y seréis amigo de Dios”. Bastaron estas palabras para que Antón Martín lo perdonara. Tras firmar el perdón en la Chancillería y retirada la demanda, se dirigieron a la cárcel para encontrarse con Pedro Velasco. Juan de Dios los recibió en la hospitalidad y tras un período de prueba, Antón Martín vistió el hábito hospitalario, signo de consagración a Dios.

Tan buen discípulo vio Juan de Dios en Antón Martín que se dispuso a formar su alma para sucederlo. Imitó en todo a su maestro, incluso en los signos externos: se rapó el cabello y caminaba descalzo o en alpargatas.

Cuando Juan de Dios tenía que ausentarse, dejaba a Antón Martín como hermano mayor. Ayudó en el traslado de los enfermos al nuevo hospital de la calle Gomeles, que pronto se quedaría también pequeño por la gran afluencia de enfermos de todos los lugares, atraídos por la hospitalidad de Juan de Dios. Antón Martín fue destacado colaborador y fiel seguidor del carisma del santo fundador. Esto quedó patente cuando intervino en la fundación del nuevo y definitivo Hospital de Granada, junto con Juan de Ávila y el arzobispo Pedro Guerrero, cercana ya la muerte de Juan de Dios. Era el año 1552.

Cuando Juan de Dios cayó enfermo, Antón Martín cogió el relevo. Visitaba al santo en casa de los Pisas y lo informaba de todo lo que acontecía en el hospital. Le pedía consejos y lo asistió en sus últimos momentos. Él fue testigo de la muerte del santo, de rodillas y abrazado al crucifijo. Marchó junto al féretro en la comitiva fúnebre, seguido de los demás hermanos y de los enfermos del hospital que podían andar.

Después de la muerte de Juan de Dios, nada cambió en la marcha del hospital, pues Antón Martín fue confirmado como hermano mayor.

Como buen gestor del hospital, procuró sanear la economía del mismo a través de las limosnas extraordinarias que conseguía de poderosos señores. Para ello los visitaba en sus residencias y, con la ayuda de Juan de Ávila, inclinaba su voluntad para que sus donaciones se dirigieran al hospital, lo mismo que ocurriera en vida de san Juan de Dios. A este respecto, cabe destacar el viaje que hizo a la Corte de Madrid. Con el permiso del arzobispo se dirigió primero a Toledo para visitar a Leonor de Mendoza, prima de la duquesa de Sesa, una de las insignes bienhechoras de Juan de Dios. Ya en Madrid se entrevistó con el príncipe Felipe y su hermana la infanta Juana. Les expuso las grandes necesidades del hospital. Además, en Madrid visitó a otros grandes señores y se dedicaban a pedir por las calles al igual que hacían en Granada. De esta visita sacó alta rentabilidad, ya que, además de los grandes donativos en metálico, se trajo la oferta de fundar un hospital en Madrid. A su vuelta dio cuenta de todo a Pedro Guerrero, que lo animó a llevar a cabo cuanto antes la nueva fundación.

A finales de 1552, habiendo dejado todo en orden en el hospital, se dirigió nuevamente a Madrid, caminando a pie y descalzo, sin abrigo, con su cayado en la mano y su capacha al hombro.

En Madrid, ayudado por las familias y caballeros amigos, se dispuso a fundar el hospital. El lugar elegido fue un camino que conducía a la ermita de Nuestra Señora de Atocha. Los dueños de la finca eran Fernando de Sotomonte, contador real, y su esposa Catalina de Reinoso. A ellos les compró el terreno en condiciones ventajosas. Obtenidos los permisos pertinentes de la Casa Real y del Arzobispado de Toledo, y con las limosnas recibidas, comenzó las obras. A los pocos meses entró en funcionamiento una gran sala con veinte camas para los primeros enfermos. Quiso que el hospital tuviera el nombre de Nuestra Señora del Amor de Dios, por la gran devoción que tenía a la Virgen. Más tarde el hospital sería conocido como Hospital de Antón Martín.

Su vida fue ejemplo de caridad, humildad y hospitalidad, lo que atrajo muchas vocaciones. Algunos de estos nuevos miembros de la Orden fueron su sobrino Miguel Vicente, Juan González, Cornelio Cisneros, Pedro Mateo y Alonso de Ayala. Con su ayuda se amplió el edificio con nuevas salas, habitaciones para los religiosos, oficinas e iglesia. Antón Martín ayudaba incluso como peón en las tareas de construcción, siempre que se lo permitía el desempeño de su ministerio hospitalario. Precisamente, a causa de estas tareas enfermó gravemente, a consecuencia del frío y de dormir a la intemperie. Ocurrió cuando ayudaba en los trabajos de acarrear madera de los bosques de Valsaín, propiedad del Rey, para las obras del hospital. Estando convaleciente en la casa de los Pisas, preparó su alma y dejó los asuntos del hospital en manos del joven hermano mayor Juan González. Reunida la comunidad, los animó a que continuaran con las obras y no descansaran en la asistencia caritativa a los enfermos. Era la Nochebuena de 1553 cuando falleció.

En los solemnes funerales lo acompañaron las principales autoridades civiles y eclesiásticas y, sobre todo, los pobres enfermos. Cumpliendo sus últimos deseos fue enterrado en San Francisco y trasladado a la iglesia de su hospital en 1596. Hoy sus restos reposan en la iglesia del Hospital de San Rafael de Madrid. Posteriormente en esta ciudad se dedicó a su memoria una estación de Metro que hasta la actualidad lleva su nombre.

 

Bibl.: J. Santos, Cronología Hospitalaria y resumen historial de la Sagrada Religión del Glorioso Patriarca san Juan de Dios, Madrid, 1715-1716; La Caridad, Copia del Testamento y Codicilo (de Antón Martín), Madrid, La Caridad, 1950; J. Álvarez- Sierra y Manchón, Antón Martín, el Madrid de los Austrias, Madrid, Imprenta de los Hermanos de San Juan de Dios, 1961; J. Ciudad Gómez Bueno, Compendio de la historia de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, Granada, Archivo Interprovincial, 1963; O. Marcos, “Martín, Antón”, en Q. Aldea Vaquero, T. Marín Martínez y J. Vives Gatell (dirs.), Diccionario de Historia Eclesiástica de España, vol. III, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Enrique Flórez, 1973, págs. 1428-1429; L. V. Ortega Lázaro, Antón Martín —el Hermano Antón Martín— y su Hospital en la Calle Atocha de Madrid, 1500- 1936, Madrid, 1981; M. de Cervantes Saavedra, Novelas Ejemplares, Barcelona, Ramón Sopeña, 1983; J. L. Martínez Gil, San Juan de Dios Fundador de la fraternidad Hospitalaria, Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos (BAC), 2002; Antón Martín. Pionero del voluntariado social, Madrid, BAC, 2010.

 

José Luis Martínez Gil, OH

Relación con otros personajes del DBE

Biografías que citan a este personaje

Personajes citados en esta biografía