Toledo, Hernando de. La Aldehuela (Ávila), c. 1527 – Madrid, 21.X.1591. Militar, virrey de Cataluña y consejero de Estado, prior de Castilla y de León de la Orden de San Juan de Jerusalén.
Hijo bastardo de Fernando Álvarez de Toledo, III duque de Alba, más conocido como el Gran Duque.
Fue, sin embargo, Hernando de Toledo reconocido y apreciado por su padre como si hubiera sido un hijo legítimo. Alba se sirvió de él en sus campañas en Flandes y en Portugal, no sólo en el terreno militar sino también en el político, manteniéndole siempre cerca. Hay quien dice que incluso le apreciaba más y le tenía en mayor consideración que a su propio hijo Fadrique. En sus últimos años se convirtió en el personaje principal de la casa, ejerciendo una tutela moral sobre el joven duque Antonio.
Lope de Vega dedica una obra de teatro, La Aldehuela, a los supuestos amoríos entre el Gran Duque y una molinera de Valdecorneja, en la provincia de Ávila, fruto de los cuales nació Hernando de Toledo.
A falta de datos históricos que hablen de sus primeros años, la obra de Lope puede servir como aproximación a su figura, conociendo sin duda el gran dramaturgo parte de la verdadera historia del hijo natural del duque. Así, Hernando de Toledo nació de una campesina llamada María, hija de un molinero de los alrededores de La Aldehuela. Pasó los primeros años de su vida como hijo de un matrimonio de aldeanos, y reconocido más tarde por el duque, estuvo durante algún tiempo residiendo en el palacio que éste poseía en Piedrahita, y más tarde en la milicia bajo la atenta mirada de su padre. Todo parece indicar que el duque tuvo esta aventura amorosa cuando aún era soltero.
La primera noticia histórica sobre Hernando de Toledo tuvo lugar cuando acompañó a su padre en la jornada de Inglaterra, cuando el todavía príncipe Felipe fue con toda su Corte a desposarse con la reina María Tudor. Lo más probable es que de Inglaterra pasara a Italia cuando su padre fue nombrado gobernador general. En 1555 fue enviado por el duque a Roma para negociar con el papa Pablo IV, y más tarde fue nombrado coronel y dirigió un tercio.
Después de hacer la paz con el Pontífice, el duque regresó a Bruselas como mayordomo de Felipe II, pero Hernando de Toledo permaneció en Italia o quizás en Malta. Así, cuando regresó a España, o bien lo hizo ya con el título de gran prior de Castilla, o bien lo obtuvo al poco de su regreso. Este cargo venía a significar como el representante cerca del Rey de España del gran maestre de la Orden de San Juan de Jerusalén, residente en Malta. En 1579 llegó a ostentar ambos prioratos, el de Castilla y el de León. En 1565 acompañó a su padre en la Entrevista de Bayona, donde se dieron cita las Cortes española y francesa para dialogar sobre temas políticos y religiosos. Por su calidad, fue nombrado por Felipe II general del Ejército que se reunió para ir a socorrer a los malteses asediados por los turcos en 1565, y al año siguiente participó en la defensa de La Goleta. En 1567 partió como general de toda la Caballería del Ejército del duque rumbo a Flandes, donde se había levantado una revuelta. En la guerra de los Países Bajos, el prior Hernando de Toledo se distinguió como uno de los soldados más activos, sobre todo en el período del duque de Alba, a quien también asistió en tareas de gobierno y cuyos consejos tenía en muy alta estima.
En 1570, aprovechando el viaje que hizo por mar Ana de Austria, cuarta esposa de Felipe II, desde los Países Bajos hasta España, el Rey pidió que fuera Hernando de Toledo quien acompañase en la travesía a tan distinguida señora. Acto seguido, el Rey le nombró virrey de Cataluña (1571).
Después del gobierno de Cataluña volvió Hernando de Toledo a mandar soldados, esta vez en la expedición de Portugal en 1580. Tuvo el recado del Rey de proteger del saqueo por las tropas españolas a la ciudad de Lisboa. Fue él quien asistió al Gran Duque en sus últimos momentos (diciembre de 1582), y quien presidió y acompañó sus restos desde la capital del Tajo hasta su última morada en Alba de Tormes. Pero pronto tuvo que volver a Portugal al ser nombrado por el Rey capitán general de la provincia de “Entre Duero y Miño”. Éste fue el último cargo de importancia que desempeñó fuera de la Corte. En 1585 acompañó al Rey y a su familia, con el resto de la Corte, a la jornada de Zaragoza, Barcelona y Valencia.
En este mismo año fue nombrado consejero de Estado.
Hernando de Toledo está enterrado en el Convento de las Carmelitas Descalzas de Consuegra (Toledo), por ser la sede en Castilla de la Gran Orden de San Juan, de la que era prior.
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José Miguel Cabañas Agrela