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Juan de Santibáñez

Biografía

Santibáñez, Juan de. Granada, 1582 – 29.XII.1650. Predicador jesuita (SI) e historiador.

Había sido alumno del colegio de la Compañía de Jesús en Granada, aunque era paje del marqués de Estepa. Entró en el Instituto ignaciano en la localidad cordobesa de Montilla en julio de 1598. Una vez concluido el noviciado, inició su formación en las disciplinas propias de las humanidades, en el colegio de su localidad natal entre 1600 y 1601, además de las propias de las artes y la teología en Sevilla y Córdoba, respectivamente, entre 1601 y 1608. Concluyó este periodo con un acto general público. Sus superiores le consideraron como adecuado para el ejercicio de la predicación, desde 1609-1610. De esta manera, como predicador pasó por los púlpitos de diversos colegios de la provincia de Andalucía como Trigueros, Baeza, Marchena, Carmona, la casa profesa de Sevilla —la cual reunía las características exigidas para este tipo de domicilios—, Granada y Córdoba. A partir de 1618, y por espacio de tres años, fue superior de la residencia de Jaén y desde 1624, rector de los colegios de Baeza y Guadix, este último entre 1625 y 1626. Sin embargo, Juan de Santibáñez no reunía las características propias de los hombres de gobierno dentro de la Compañía. Por eso, considerando estas circunstancias, el prepósito general Mucio Vitelleschi ordenó su relevo, pidiendo que se dedicase a los ministerios para los cuales había sido dispuesto.

No estuvo ajeno a la construcción de los colegios, pues demostró como otros jesuitas, conocimientos arquitectónicos. A su autoría se debían las trazas del colegio de Écija en septiembre de 1627, debiendo corregir las que había ofrecido un clásico en la construcción de los colegios, Pedro Sánchez. Sin embargo, también en esta materia se enfrentó con la oposición. No gustó su intervención efectuada en la iglesia del colegio de Guadix que había gobernado, hasta el punto que Vitelleschi ordenó derribar lo que se había construido, no respetando lo dispuesto por Pedro Sánchez. Santibáñez mereció la sanción pública por haber tomado una decisión sin la conveniente licencia.

A partir de 1629-1630, sus trabajos cambiaron de rumbo, pues se enroló en una empresa militar, eso sí, como confesor y director espiritual del general de la Armada del Océano, Fadrique de Toledo y Osorio, la cual había sido enviada para acabar con los piratas franceses e ingleses que se hallaban en las Antillas. Santibáñez desarrolló un trabajo pastoral mucho más amplio, pues ejerció los ministerios de la palabra entre los marineros y los soldados.

Contaba con una nueva proyección, no solamente como predicador, hombre de trabajos apostólicos entre los soldados, sino también como director espiritual o próximo a los conocimientos arquitectónicos. Santibáñez, igualmente, trabajó para la proyección histórica de la Compañía de Jesús. En Granada, aparecía en los catálogos en 1635, como “historicus provinciae”. Por sus manos pasaron diferentes fuentes históricas para los jesuitas andaluces. Una de ellas fue la propia de Martín de Roa, en la historia de la Compañía en Andalucía. Santibáñez investigó en los archivos y bibliotecas de los diferentes colegios, además de solicitar información entre los padres antiguos de esta provincia bética, realizando toda una muestra de historia local. Él se preocupó por la conservación de su obra, realizando tres copias de la misma. Cuando se hallaba responsabilizado de estas tareas intelectuales e investigadoras, pasó por diferentes colegios como el de Montilla, Sevilla y Granada, su ciudad natal en la que terminó falleciendo. La historia de la provincia bética que dejó manuscrita abarcaba entre 1554 y 1610, además de cuatrocientos elogios de varones ilustres, divididos en centurias: una metodología que se hizo muy habitual en la Compañía para recordar a sus antiguos jesuitas, varones ilustres, ya fallecidos. Sus aportaciones se han puesto en cuestión por algunos autores. Antonio Astrain, la principal figura de la historiografía jesuítica de la primera mitad del siglo XX, ofrecía hacia él algunas opiniones muy críticas. Francisco de Borja Medina matizaba las aportaciones que realizó Santibáñez, pues valoraba las noticias que ofrecía, además de las referencias que podían extraerse de sus “Centurias”, los mencionados menologios. Un trabajo histórico, el de Juan de Santibáñez, indispensable para conocer el primer siglo de los jesuitas en Andalucía.

 

Obras de ~: Relación de Diego de Molina y Juan de Santibáñez sobre el viaje de vuelta de la Armada de D. Fadrique de Toledo, Sanlúcar de Barrameda, 1630; Historia de la Provincia de Andalucía de la Compañía de Jesús, s.l., 1635; Elogios de Varones ilustres de la Provincia de Andalucía o Centurias (ms. en Archivo Histórico Jesuita de Alcalá de Henares).

 

Bibl.: A. Astrain, Historia de la Compañía de Jesús en la Asistencia de España, Madrid, Razón y Fe, 1905-1925, vol. 5, pág. 103; J. Vallery-Radot, Le recueil des plans d’edifices de la CJ, Roma, Institutum Historicum Societatis Iesu, 1960, pág. 128; F. B. Medina, “Santibáñez (Santiváñez), Juan de”, en Ch. O’Neill y J. M.ª Domínguez, Diccionario Histórico de la Compañía de Jesús, vol. IV, Roma-Madrid, Institutum Historicum Societatis Iesu-Universidad Pontificia de Comillas, 2001, págs. 3502-3503.

 

Javier Burrieza Sánchez

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