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Juan Navarro de Ituren Caramús

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Biografía

Navarro de Ituren Caramús, Juan. Tortosa (Tarragona), 19.IV.1790 – Tarazona (Zaragoza), 21.III.1860. Militar.

De una noble familia aragonesa y de honda tradición militar, fue hijo de Juan Navarro de Ituren y de Lucía Caramús. Ingresó en el Ejército como cadete de Infantería en junio de 1808. Nombrado subteniente en agosto del mismo año, pronto hubo de participar en la Guerra de la Independencia (1808-1814). Durante el primer año de la guerra participó como subteniente en ocho acciones, a saber: acción de San Cugat del Vallés, llanos de Barcelona, voluntariamente en el ataque de las baterías en la Cruz Cubierta, nuevamente llanos de Barcelona, voluntariamente en la de San Feliú, Gracia, retiradas al Coll de Tercerola y de la línea de Llobregat. En febrero de 1809 participó también como subteniente de Infantería en la acción de Sariñona. Ascendido a teniente en ese mismo año, participó además en la batalla de Alcañiz, en la acción de María y en las retiradas de Botomita y Belchite. Participó en la salida de la plaza de Tortosa (1810), destinado a mandar una guerrilla de setenta hombres, en donde por acción distinguida, el conde del Abisbal, José Enrique O’Donnell (1769-1834), capitán general que era del Ejército y principado de Cataluña, le agració en nombre de Su Majestad con el grado de capitán de Infantería.

Después de seis meses de sitio de aquella plaza hasta su rendición, fue conducido a Francia prisionero de guerra, habiendo tenido en dicha ciudad de Tortosa otras muchas acciones y defendido la brecha. Se fugó en 1814. Por sus servicios en la Guerra de la Independencia, fue condecorado con las Cruces de distinción del 1.er y el 2.º Ejércitos, acción de San Cugat del Valles, batalla de Alcañiz y la del sufrimiento por la patria. En 1815 fue nombrado alférez del Real Cuerpo de Infantería Valona y en 1820, cuando tan sólo tenía treinta años, teniente coronel de Infantería. Con motivo de hallarse infestada Castilla la Nueva de malhechores que asaltaban a cada paso las vidas y fortunas de los ciudadanos, y en virtud de desinteresada oferta que hizo voluntariamente al capitán general, fue nombrado por éste comandante general de todas las partidas y destacamentos de la provincia para la persecución de aquellos, habiendo logrado la aprehensión de setenta malhechores entre junio y diciembre de 1820, año este último en el que cesó en aquel encargo por haber sido llamado para el preferente servicio de dar guardia a Su Majestad en el Real Palacio. Por el buen desempeño de la referida comisión, mereció se le diesen las gracias más expresivas por el capitán general y jefe político, con la oferta de ser empleado con preferencia para estos servicios. Fue tesorero de Rentas de las provincias de Mallorca (1821) y Tarragona (1822), en cuyo desempeño quedó abolido el sistema constitucional en Cataluña. En 1824 se presentó en Madrid en el depósito llamado de la Academia, punto de reunión señalado para los oficiales que en 7 de marzo de 1820 pertenecieron a la antigua Guardia Real. Tesorero principal de Rentas de Mallorca en 1825, fue nombrado tesorero de Rentas de la provincia de Ávila (1832), desempeñando en este último cargo un importante servicio a la Hacienda Militar, proporcionándole más de diecisiete mil fanegas de trigo a un precio tan bajo, que produjo un ahorro de 124.000 reales. Por tal servicio le fue expedida una Real Orden por el ministro de la Guerra al de Hacienda, a instancias del intendente general del Ejército Francisco Antonio Canseco, en la que mandaba la Reina gobernadora se le recomendase al referido Ministerio de Hacienda, para que aquel servicio tan importante prestado a la Hacienda Militar y al Erario le sirviera de méritos para los ascensos en su carrera.

Durante la Primera Guerra Carlista (1833-1840) y hallándose con licencia en la ciudad de Tarazona en 1834, se presentó en las inmediaciones de Moncayo el rebelde Basilio García con fuerza de bastante consideración. En el momento en que llegó a su noticia se presentó al corregidor de dicha ciudad a ofrecerle sus servicios, que fueron admitidos nombrándole comandante de una columna móvil que se formó en aquellos momentos, compuesta por una partida de fusileros de Aragón, y varias partidas de los pueblos de aquel Corregimiento y del de Borja en número de setecientos hombres y cuarenta caballos, fuerza con que se aproximó al enemigo y lo ahuyentó del territorio, quedando libre el país de la invasión, por cuyos servicios por los cuales le dieron las gracias más expresivas el capitán general de Aragón y el mencionado corregidor.

En 1835 fue nombrado comisionado principal interino de Arbitrios de Amortización de Aragón, y por sus servicios le fueron dadas nuevamente las gracias más expresivas. Capitán de granaderos del primer batallón de la Guardia Nacional (1836), hizo varias salidas en persecución de los rebeldes carlistas Ramón Ignacio Alonso Cuevillas (1785-1853) y Basilio García (1791-1844). Tesorero de las provincias de Salamanca y Aragón (1834), fue nombrado intendente en comisión y subdelegado de todas las Rentas de la provincia de Huesca (1837). Por los servicios que había prestado, proporcionando fondos con que hacer frente a las atenciones militares, se le confirió este mismo destino en propiedad. Por seis Reales Órdenes de 1838 comunicadas por el secretario de Estado y del Despacho de Hacienda se le dieron las gracias en nombre de Su Majestad por el buen desempeño de las funciones del destino que entonces servía, y así mismo lo hizo la Intendencia del distrito de Aragón en varias comunicaciones por los recursos que con oportunidad facilitó a aquella dependencia en las circunstancias más críticas. En 1838 fue nombrado comendador de la Real Orden Americana de Isabel la Católica. Fue jefe político de la provincia de Huesca (1839) e intendente de las provincias de Alicante (1839) y Cádiz (1841), e intendente en comisión de la de Valencia (1840) y jefe político de la provincia de Cádiz (1841). También se le dieron las gracias por Real Orden de 1840 por los buenos resultados que ofreció la visita que practicó a los pueblos de la provincia de Alicante, removiendo cuantos obstáculos ofrecía la recaudación de contribuciones, y lo hizo también el intendente militar del Ejército del Centro en tres comunicaciones, por su exactitud en el pago de las consignaciones de guerra. En 1842 fue nombrado por Su Alteza el regente del reino, general Espartero, contador general de las Cajas de La Habana, y con misma fecha se le agració con los honores de intendente de Ejército de Ultramar.

 

Fuentes: Archivo General Militar de Segovia; Archivo Familia Navarro de Ituren.

 

Carlos Viscasillas Vázquez

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