Romagosa Pros, Juan. La Bisbal del Penedès (Tarragona), 17.X.1791 – Igualada (Barcelona), 18.IX.1834. General carlista.
Casó en 1809 con Raymunda Hylari, de la que tuvo siete hijos. Tomó parte en la guerra contra los franceses a partir de 1808, acabándola con el grado de capitán de Caballería. En mayo de 1822 se puso a la cabeza de la revuelta realista del Penedés, dirigiendo a sus hombres la siguiente proclama: “El objeto que he tenido en levantarme no ha sido otro que el de defender la Religión y el Rey. El que no esté poseído de estos nobles sentimientos, apártese de mis filas. El robo y el asesinato serán rigurosamente castigados. Si esto os agrada, seguid, y si no volveos a vuestras casas. Yo nada os puedo prometer de fijo, se dará una peseta diaria a los soldados, cinco reales a los cabos, seis a los sargentos, a los tenientes y subalternos diez y a los capitanes tres pesetas. Nadie diga después que se le ha engañado; si no pudiese daros esto os daría menos […] El que defiende el Rey y la Religión, debe procurar su subsistencia, mas no hacerse rico ni engordar a costa ajena.”
El 8 de mayo entró en Vendrell al frente de unos setecientos hombres “armados unos con palos, otros con sables, otros con carabinas, otros con escopetas, otros con fusiles cortos y otros largos y algunos trabucos”. El 10 penetraba en Valls pese a la defensa de los constitucionales. Poco más tarde ya disponía de una fuerza de dos mil hombres. Por estas fechas entró en contacto con el Trapense, que actuaba en la zona del Priorato y la Cuenca de Barberà, y con Miralles, hacendado de Cervera, ciudad donde se formó una Junta encargada de conseguir y administrar los recursos para la lucha. El 13 cayó en Sarral sobre una columna constitucional de cerca de trescientos hombres, que a duras penas consiguió refugiarse en Santa Coloma de Queralt, pues “al paso que el cansancio y la fatiga iba debilitando la fuerza de esta pequeña tropa, la multitud amotinada que les daba caza iba engrosándose instantáneamente con los refuerzos de los somatenes de los pueblos circunvecinos fanatizados por el horrísono eco de las campanas.”
Ante la importancia de la revuelta, el Gobierno procedió a concentrar tropas en Cataluña y pronto recuperó Cervera. Los realistas experimentaron numerosos reveses, pero tras cada derrota sus fuerzas volvían a reunirse y a finales de junio se apoderaron de Seo de Urgell, donde se instaló primero la Junta Superior provisional de Cataluña y luego la Regencia realista. Romagosa fue ascendido a mariscal de Campo y poco más tarde reconquistaba Cervera (que pasó de campo varias veces más a lo largo de la guerra), aunque hubo de retirarse ante Santa Coloma. Los éxitos realistas tuvieron como consecuencia aumentar la presión liberal sobre el Principado, cuyo ejército fue puesto a las órdenes de Espoz y Mina, que se apoderó de Seo de Urgell, cuyos fuertes fueron defendidos por Romagosa hasta el 2 de febrero de 1823, fecha en la que pudo evacuarlos tras sufrir numerosas pérdidas. A finales de abril la situación se invirtió, y los hombres de Romagosa, que habían tenido que refugiarse en Francia, penetraron en Cataluña al amparo de las tropas francesas y participaron en diversas acciones. En total, y según la exposición que hizo a Fernando VII en 24 de septiembre de 1824, Romagosa había combatido en 39 acciones a lo largo de la campaña.
Tras la guerra fue nombrado presidente de la Junta de Purificación de Cataluña y posteriormente de la de Clasificación. El 3 de marzo de 1825 fue designado gobernador de Mataró, donde organizó los voluntarios realistas. Al producirse la revuelta de los “malcontents” no consta tomase parte en la misma, aunque fue alejado del Principado y nombrado gobernador de Ciudad Rodrigo el 12 de noviembre de 1827, siendo cesado el 6 de marzo de 1833.
Deportado a Tarifa se reunía allí con otros oficiales separados del servicio y sospechosos de carlismo, por lo que fue enviado a Algeciras. Se fugó a Gibraltar a principios de febrero de 1834, y desde allí paso a Portugal, donde se unió a don Carlos, que le ascendió a teniente general en 10 de abril de 1834. Embarcó junto a su rey rumbo a Inglaterra, y fue nombrado comandante general de Cataluña el 26 de junio de 1834. Para desempeñar su cometido pasó a Francia, y de allí a Génova, donde consiguió apoyo del rey Carlos Alberto, uno de cuyos bergantines le desembarcó en la punta de Bara la noche del 12 de septiembre. Pocos días más tarde era traicionado por su asistente y cogido prisionero por los isabelinos en Selma, que le pasaron inmediatamente por las armas en la localidad de Igualada.
Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), exp. personal.
M. Bofarull i Terrades, Don Joan Romagosa i Pros. Un general del Penedès, Villafranca del Penedès-Sant Sadurní d’Anoia (Barcelona), M. Bofarull, 1986.
Alfonso Bullón de Mendoza y Gómez de Valugera
