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Antonio Magariños García

Biografía

Magariños García, Antonio. Madrid, 4.II.1907 – 4.IV.1966. Latinista y educador.

Antonio Magariños fue importante en varios campos de la vida española: como investigador de la antigua Roma, como catedrático de instituto de Latín y como fundador del “Estudiantes”, el club de baloncesto que dio nombre también a su estadio en la calle de Serrano de Madrid. Todo esto, aparentemente cosas diferentes, están en íntima conexión interna. Antonio Magariños fue, ante todo, un excelente profesor de Latín: primero, antes del año 1936, en el Instituto Escuela de Madrid; luego, catedrático del instituto Ramiro de Maeztu de Madrid, donde fue también jefe de estudios; también, profesor de la Universidad de Madrid y jefe del Gabinete Técnico de la Dirección General de Enseñanza Media.

Realmente, a través de él y de pocos más tuvo lugar la conexión entre los estudios de Humanidades de la década de 1930 y los de después de la Guerra Civil.

Fue un hombre apasionado por sus alumnos, a los que dedicaba todo su tiempo desde primeras horas de la mañana hasta después de las seis de la tarde. A todos los conocía, de todos se cuidaba. Fue el prototipo del profesor dedicado en alma y cuerpo a la enseñanza. Ayudó mucho a mejorar la del Latín.

Precisamente de aquí vino el impulso que dio al cultivo, entre los alumnos, del deporte en general y del baloncesto en particular. Ya en el Instituto Escuela comenzó esta política, tratando de sacar a los alumnos del fútbol y dedicándolos a otros deportes, según ellos, más formativos del cuerpo y la personalidad. En 1948 fundó el club “Estudiantes”, faceta por la que es más ampliamente conocido por el público en general. E impulsó, ya en 1965, la construcción del estadio que se llamó y se llama por su nombre, “Antonio Magariños”, en la calle de Serrano de Madrid.

Toda esta extensa actividad le quitó tiempo para sus publicaciones eruditas en el campo de los estudios latinos. Aparte de los escolares, publicó varios estudios sobre Cicerón y la edición comentada, de las Res gestae divi Augusti. No le dio tiempo a concluir su edición comentada de Horacio.

Trabajó en las revistas de la especialidad (Emerita y Estudios Clásicos, sobre todo), así como, tras el año 1939, en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, en la calle del Duque de Medinaceli (antes, en el Centro de Estudios Históricos, tras su fundación en 1933 en el mismo lugar). Hizo, pues, de lazo de unión entre las generaciones de antes y después de la Guerra Civil.

Era un hombre humano y modesto, que evitaba destacar. Pero sus virtudes humanas y científicas eran bien conocidas. Estuvo en todos los lugares en que debía estar un profesor antes y después de la guerra.

 

Obras de ~: Res gestae divi Augusti, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1951; Cicerón, Barcelona, 1951; “Más sobre el comienzo del libro III de las Geórgicas y la Eneida”, en Estudios Clásicos, t. 7, n.º 38 (1963), págs. 137-145.

 

Bibl.: F. Rodríguez Adrados, “Don Antonio Magariños” (necrológica), en Emérita, 34, fasc. 1.º (primer semestre de 1966), pág. 151; Redacción, “Nota de la Redacción en la muerte de D. Antonio Magariños”, en Estudios Clásicos, t. 10, n.º 48 (1966), pág. 109.

 

Francisco Rodríguez Adrados

 

 

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