Solano y Polanco, Ramón de. Santander (Cantabria), 2.XII.1871 – 19.III.1946. Abogado y escritor.
Hijo de Máximo de Solano y Vial y de María Antonia Polanco y Bustamante, tuvo dos hermanos, Casimiro, profesor de Derecho, y Antonio, miembro de la Compañía de Jesús y capellán de Marina. El padre figuraba en las tertulias literarias santanderinas formadas alrededor de Pereda y Amós de Escalante, por los que su hijo sintió temprana admiración. Realizó estudios brillantes de bachillerato en Santander y después Derecho entre Oviedo, Deusto y Salamanca, recibiendo el título de abogado en 1893. Entre 1894 y 1898 trabajó para el bufete de su padre. En este último año, se presentó a las oposiciones para Abogado del Estado en Madrid y obtuvo su primer destino en Vitoria. En 1899 se casó con Matilde de Campuzano y Avilés, hija de los condes de Mansilla, y se trasladó a Santander, donde vivió hasta su muerte, participando intensamente en la vida social y cultural de la ciudad.
Desde los catorce años venía publicando versos en la prensa santanderina, y a lo largo de toda su vida continuó colaborando con poemas y artículos en ella (El Atlántico, La Atalaya, El Cantábrico, El Diario Montañés, Revista Veraniega, Revista de Santander) y en la madrileña (El Adalid, El Siglo Futuro, ABC, La Esfera, Blanco y Negro). Su primera novela, La tonta (1904), ganó el segundo premio del primer concurso de la católica Biblioteca Patria, convocado en 1903, del que fue jurado Pereda. En 1907 apareció el poemario conocido como Via Crucis, compuesto a instancias de unas amigas y el ejemplo más claro de su acendrado catolicismo, que impregnó toda su obra. Ese mismo año ganó otro premio literario por Amor de pobre. En marzo de 1910 se estrenó en el Teatro Principal de Santander su obra Las domadoras. Para el tercer centenario de la muerte de Cervantes, presentó a concurso su biografía en verso del autor, Romancero de Cervantes (1915), que resultó ganadora. Entabló entonces amistad con Francisco Rodríguez Marín, miembro del jurado, y gracias a él fue académico correspondiente de la Real Academia Española en 1921, en sustitución de Enrique Menéndez Pelayo. En agradecimiento, le dedicó su Libro de versos (1922), donde recopiló lo más destacable de su producción poética. En la década de 1930 aún dirigió algunas funciones teatrales de aficionados, pero su jubilación y una tuberculosis le obligaron a apartarse de la vida social, aunque continuó colaborando en El Diario Montañés hasta su muerte.
Obras de ~: La tonta, Madrid, Biblioteca “Patria” de Obras Premiadas, [1904]; Via Crucis. Devotas oraciones para seguir a Cristo en su Calvario, [Santander], Imprenta y Librería Católica de V. Oria, 1907; Amor de pobre, Madrid, La Novela Ilustrada, [1907]; Las domadoras (comedia), Santander, La Propaganda Católica, 1910; Canas, muletas y amor, Madrid, Los Contemporáneos, 1913; Romancero de Cervantes, Madrid, Establecimiento Tipográfico Sucesores de Rivadeneyra, 1916; Libro de versos, Madrid, Voluntad, 1922; Ramón de Solano y Polanco, selecc. y est. de R. Gullón, Santander, Imprenta de la Librería Moderna, 1950 (col. Antología de escritores y artistas montañeses, 7).
Bibl.: R. Gullón, “Estudio Preliminar” en Ramón de Solano y Polanco, op. cit., págs. VII-LVIII; L. Rodríguez Alcalde, “Hermanos Polanco”, en Retablo biográfico de montañeses ilustres. t. I: Los Escritores, Santander, Ediciones de Librería Estudio, 1978, págs. 143-146; J. Lázaro Serrano, Historia y Antología de Escritores de Cantabria, Santander, Ayuntamiento de Santander y Ediciones de Librería Estudio, 1985.
Eduardo Hernández Cano
