Nombela y Tabares, Julio. Juan de Madrid, J. Obleman, Julián Sotillo, Vicencio, Fidelio, Pedro Jiménez, Mayoliff-Mayoloff, Mario Lara. Madrid, 1.XI.1836 – 6.III.1919. Periodista y novelista.
Se inició como actor y director de un pobre teatro provinciano, a mediados del siglo XIX, hacia 1849- 1852, al comienzo, en el pueblo sevillano de Morón de la Frontera y pasó más tarde a Madrid, cuando aún se llamaba Santos Justo Nombela, nombre que cambió luego por el más eufónico de Julio Nombela; aunque su aportación fundamental se encuentra en el terreno del periodismo, como articulista de algunos periódicos literarios y políticos, llegando a ser el fundador y dueño de numerosos semanarios y diarios, aproximadamente una veintena, entre 1859, La Zarzuela, y finales de siglo, La Última Moda (1886), etc. Fue redactor o colaborador de muchos otros, como La Época (1864-1868), La Ilustración Española y Americana (1870), La Correspondencia de España (1877), etc.
Ocupa durante algún tiempo el cargo de secretario del político Antonio de los Ríos Rosas (1812-1873) y más tarde acepta el mismo puesto al servicio del general carlista Ramón Cabrera (1806-1877), lo que le permite escribir después un extenso volumen sobre las guerras carlistas y los avatares de esta corriente política tradicionalista, titulado Detrás de las trincheras. Páginas íntimas de la guerra y la paz desde 1868 hasta 1876, editado en 1876. Con todo, su obra más representativa y recordada es la amplia serie de memorias personales, titulada Impresiones y recuerdos (1909-1912), impresa en cuatro nutridos volúmenes correlativos, que abarcan sucesos personales e históricos entre 1836 y 1912 y que es prácticamente la única obra de Julio Nombela reeditada en nuestros días (1976). En ella se analizan, entre muchas otras cuestiones de la política y de la literatura de su momento, que vivió muy de cerca, la amistad que mantuvo con el joven poeta sevillano Gustavo Adolfo Bécquer, cuando el novel escritor se traslada desde su tierra natal hasta Madrid, donde fue recibido y ayudado por su amigo Nombela. Otra conexión con los románticos españoles más representativos se tiene en la continuación que hace de la novela Sancho Saldaña, de Espronceda.
En el ámbito personal, hay que recordar una estancia del autor en París (1860-1863), donde trató a Jules Janin y a otros novelistas folletinescos; la concesión de algún cargo en el ministerio de Hacienda y el nombramiento, al final de su vida, de cronista de Madrid. Uno de los grandes sinsabores padecidos por el escritor fue la temprana muerte de su hijo, Julio Nombela y Campos (1864-1908), que llegó a ser catedrático de la Universidad de Salamanca, al que se debe una biografía de Larra (1906) y del que nos ha llegado también una selección póstuma de escritos, titulada Labor intelectual (1911), de crítica filosófica, literaria y social.
La labor literaria de Julio Nombela y Tabares se desarrolla sobre todo en el ámbito de la novela por entregas, del folletín; la crítica lo incluye en la tendencia de la narración moral que abanderó con gran éxito Enrique Pérez Escrich, como uno de sus cultivadores más destacados, puesto que se le adjudican más de cuarenta obras extensas, en un arco temporal que abarca más de cincuenta años, entre mediados y finales del siglo XIX.
Es autor, por lo tanto, de una amplísima obra narrativa, mal conocida en la actualidad y además poco estudiada y valorada, recogida casi toda ella en la colección de Obras literarias, recopilada por el propio autor, en 22 volúmenes, y publicada en Madrid, casi al final de su larga vida, entre 1905 y 1914; para Azorín, esta fertilidad y abundancia hacen de él un auténtico trabajador de la pluma, en sus palabras, un “infatigable y honrado obrero intelectual” (1913). Entre sus maestros literarios se suelen citar a Alejandro Dumas, Alfonso de Lamartine y Alfonso Karr, autores franceses de tendencia romántica y sentimental en los que Nombela encontraba “imaginación, sentimiento [e] ironía sin pesimismo”, que son también rasgos que se pueden apreciar en su propia producción.
Ideológicamente presenta un perfil poco definido y un tanto acomodaticio a las corrientes de su momento; de esta forma, aparece durante una etapa muy inmerso en el carlismo, hasta 1876 aproximadamente, aunque luego se muestra partidario de Alfonso XII; en realidad, su compromiso no parece haber sido excesivo con ninguna de las tendencias políticas decimonónicas.
Obras de ~: Pepe Hillo: memorias de la España de pan y toros, Madrid, J. Castro y Cía., 1871; Detrás de las trincheras. Páginas íntimas de la guerra y la paz desde 1868 hasta 1876, Madrid, Imprenta de Manuel G. Hernández, 1876; Retratos de mujeres, Madrid, Imprenta La Última Moda, 1893-1898, 6 vols.; Obras literarias, Madrid, 1905-1914, 22 vols.; Impresiones y recuerdos, Madrid, Casa editorial La Última Moda, 1909-1912, 4 vols.; Impresiones y Recuerdos, pról. de J. Campos, Madrid, Tebas, 1976; Crónica de la provincia de Navarra, Valladolid, Maxtor, 2003; Bécquer, Coria del Río, Mono Azul, 2010.
Bibl.: Azorín (J. Martínez Ruiz), “Una casa de Madrid”, en ABC (Madrid), 23 de abril de 1913, pág. 5; J. Nieto Mozo, Labor literaria de Nombela. Apuntes críticos sobre algunas de sus obras, Valladolid, Imprenta Julián Torres, 1914; J. I. Ferreras, La novela por entregas, 1840-1900, Madrid, Taurus, 1972, págs. 170-176; J. Campos, “Julio Nombela, un publicista de antaño”, en J. Nombela, Impresiones y Recuerdos, op. cit.; J. I. Ferreras, Catálogo de novelas y novelistas españoles del siglo XIX, Madrid, Cátedra, 1979, págs. 278-280; F. Gutiérrez Carbajo, “La escritura autobiográfica de Julio Nombela”, en J. Romera et al. (eds.), Escritura autobiográfica: actas del II Seminario Internacional del Instituto de Semiótica Literaria y Teatral, Madrid, UNED, 1-3 de julio, 1992, Madrid, Visor, 1993, págs. 233-240; M. A. Ayala, “Impresiones y recuerdos de Julio Nombela”, en Anales de Literatura Española, 14 (2000-2001), págs. 11-28; R. Pageard, “Le témoignage de Julio Nombela (1836-1919) d’après ses Impresiones y recuerdos (1909-1912)”, en M. L. Ortega (coord.), Escribir en España entre 1840 y 1876, Madrid, Visor, 2002, págs. 123-138.
Antonio Cruz Casado
