Balart Elgueta, Federico. Pliego (Murcia), 22.X.1831 – Madrid, 11.IV.1905. Poeta y periodista.
Estudia bachillerato en Murcia, y en Madrid inicia estudios de Derecho y Filosofía y Letras que no llegó a terminar. En la capital de España asiste a tertulias literarias y políticas, en las que se integra en una línea de pensamiento avanzada y progresista. Desempeña, en principio, modestos cargos administrativos. Frecuenta y se hace socio del Ateneo y se inicia en el positivismo materialista de la época. Nombrado secretario del Ateneo en 1865, comienza sus actividades periodísticas colaborando asiduamente en La Verdad de Madrid, en El Universal y en Gil Blas. En este periódico publica un famoso artículo, “Ejercicios de rasgueo”, en el que critica la actuación del intendente de la Casa Real, Francisco Goicorretea, a consecuencia del cual mantuvo con él un duelo del que resultó herido en una pierna. Después de la Revolución de 1868 su carrera política y administrativa se acelera vertiginosamente, ya que en 1870 ocupa el cargo de subsecretario de Estado, y en abril del mismo año el de subsecretario de la Gobernación con su amigo el político Nicolás María Rivero, nombrado a la sazón ministro. Hasta la Restauración, Balart ocupa los cargos de director general, diputado de las Cortes, senador y consejero de Estado.
Retirado de la ajetreada vida política, seguramente desengañado, entre 1874 y 1890, la época más tranquila de su vida, intensifica su labor periodística en la prensa más importante de entonces: El Imparcial, Los Lunes del Imparcial y La Ilustración Española y Americana. Hubiera ocupado el Sillón f minúscula en la Real Academia Española, para el que fue elegido en 1891 y presentó el correspondiente discurso de ingreso, que la Academia aprobó el 14 de marzo de 1894, según constata Alonso Zamora Vicente. Circunstancias desconocidas impidieron su recepción, aunque se puede conjeturar que se debió a sus notorias desavenencias con Tamayo y Baus, secretario entonces de la corporación. En 1900 es nombrado director del Teatro Español de Madrid, cargo que ocupa hasta su muerte y desde el que colabora con su paisano el actor Fernando Díaz de Mendoza y la esposa de éste, la gran actriz María Guerrero, con los que le unió una gran amistad.
Aparte de su extensa labor periodística, sus obras en prosa se reducen a Impresiones. Literatura y arte (1894) y El prosaísmo en el arte (1895), en las que recoge trabajos ensayísticos sobre crítica de arte en general. Pero la popularidad de Balart, acaso exagerada en su época, proviene de sus obras en verso, sobre todo de Dolores (1893-1894), poemario elegíaco que dedica a la memoria de su primera esposa, fallecida en 1879. Alabada y recibida con fervor por la crítica más exigente —Clarín, Valera, Ganivet—, la muerte de su esposa le proporciona al poeta un patente e intenso dolor y una incontenible pena que le hace recobrar la fe perdida, como estudió Luis Valenciano Gayá. Poeta de la pena, como lo denominó Clarín, acertó a expresar su dolor con naturalidad y con gran capacidad para la “confesión de dolores comunes”.
En 1897 publica Horizontes, colección de poesías de circunstancias, entre ellas las dedicadas a la riada de Santa Teresa o al terremoto de Granada, y en las que destaca el aire filosófico de algunos poemas que evocan inquietudes universales. Muerto el poeta, aparece Sombras y destellos, en 1905, con imitaciones de Goethe, poemas inspirados en las ideas de Leibnitz y Pascal y en donde se incluye una colección de sonetos de Antero de Quental, traducidos por Balart. En 1906 se publica Fruslerías, poesía humorística en la que se mezcla la burla de los tópicos literarios y los chistes epigramáticos, mientras se censura la falta de moralidad urbana.
Obras de ~: Impresiones. Literatura y arte, Madrid, Fernando Fe, 1894; El prosaísmo en el arte, Madrid, La España Editorial, 1895; Horizontes. Poesías, Madrid, Sucesores de Rivadeneyra, 1897; Sombras y destellos, Madrid, Sucesores de Rivadeneyra, 1905; Fruslerías. Poesías festivas, Madrid, Sucesores de Rivadeneyra, 1906; Sus mejores versos, pról. de B. Argente, ils. de Ibáñez y Pujol, Madrid, Gráficas Unión, 1928 (Los poetas, 17); Composiciones inéditas. Cartas de contemporáneos, Barcelona, Gustavo Gili, 1929; Poesías completas, Barcelona, Gustavo Gili, 1929; Dolores. Poesías, Madrid, Sucesores de Rivadeneyra, s. f. [ed. y pról. de P. Álvarez Blanco, Dueñas (Palencia), Simancas, 2003].
Bibl.: B. Argente, “Prólogo”, en F. Balart, Sus mejores versos, op. cit.; Clarín (L. García Alas y Ureña), “Estudio crítico de Dolores”, en F. Balart, Composiciones inéditas. Cartas de contemporáneos, op. cit.; E. Gómez de Baquero, “La poesía de Federico Balart y la nueva sensibilidad poética”, en F. Balart, Poesías completas, op. cit.; J. Barceló Jiménez, Vida y obra de Federico Balart, Murcia, Diputación, 1956; L. Valenciano Gayá, “Federico Balart y Vicente Medina. Un análisis del amor y de la pena”, en Anales de la Universidad de Murcia, 15 (1956-1957); F. J. Díez de Revenga, “El humor de Federico Balart”, en Monteagudo (Murcia), 55 (1976); J. Barceló Jiménez, “Historia de dos duelos famosos: Romea-Escolar y Balart-Goicorretea”, en Monteagudo, 64 (1979); F. J. Díez de Revenga y M. de Paco, Historia de la Literatura Murciana, Murcia, Universidad de Murcia-Academia Alfonso X el Sabio-Editora Regional, 1989; A. Zamora Vicente, Historia de la Real Academia Española, Madrid, Espasa Calpe, 1999; P. Álvarez Blanco, “Prólogo”, en F. Balart, Dolores, op. cit.; F. J. Díez de Revenga, Académicos de la Región de Murcia en la Real Academia Española, Murcia, Real Academia Alfonso X el Sabio, 2006.
Concepción Ruiz Abellán