Gefaell, María Luisa. Madrid, 5.XI.1918 – 1978. Escritora y traductora.
Escritora española de origen austríaco, estudió Música en España y se especializó como clavecinista en Alemania. En 1945 se casó con el poeta Luis Felipe Vivanco, con el que tuvo tres hijos.
Colaboró en prensa y radio, dirigiendo la sección de literatura infantil de El Correo Literario. Tradujo a Rilke y a Astrid Lindgren, entre otros. Utilizó el seudónimo María Campuzano para publicar la traducción de los cuentos de Kasperle, de Josephine Siebe, que es una serie de siete libros publicada en castellano por Noguer.
Su andadura en el mundo de la literatura infantil se inició para complacer las peticiones de sus hijos: “En realidad escribo para mis niños [...] Cuando no encuentro bastantes libros de los que me gustan, trato de escribírselos yo”. En 1952 ganó el Premio Nacional de Literatura con La princesita que tenía los dedos mágicos, una colección de diez cuentos en los que ofrecía un tratamiento renovador de la fantasía de inspiración tradicional.
A partir de entonces publicó otras colecciones de cuentos: Las Hadas (reeditado posteriormente como Las hadas de Villaviciosa de Odón, incorporando así en el título la localidad madrileña en la que la familia veraneaba) y seis libros sobre Antón Retaco (El bautizo; La función; Por los caminos; En Villavieja; Los niños tristes y Del ancho mundo), en los que la autora relataba las aventuras de una familia de titiriteros que viajaban por una España rural. Se centra en las incomprensiones que despiertan allá donde van y en la figura infantil de su protagonista, de la que se sirve para hacer un canto de la libertad y del no sometimiento a las normas sociales. Desde 1965 publicó una serie de obras históricas noveladas para chicos inspiradas en cantares de gesta y en epopeyas medievales: El Cid (1965); Los Nibelungos (1966) y Roldán (1970). En 1969 apareció el libro de Navidad La estrella y el camino. María Luisa Gefaell fue candidata a la Lista de Honor del Premio Hans Christian Andersen, en el año 1958.
María Luisa Gefaell intentó a lo largo de su carrera elevar la dignidad de la literatura infantil porque, como ella misma afirmaba: “No creo en una literatura para niños, o para mujeres, o para ingenieros de caminos; no creo en una literatura para, sino desde: son libros buenos para niños los que se han escrito desde el niño que aún llevamos dentro, y se han hecho con amor, y exigencia, y oficio”.
Obras de ~: La princesita que tenía los dedos mágicos, Barcelona, José Janés Editor, 1953; Las Hadas, Madrid, Ediciones Nueva Época, 1953 (reed. Las hadas de Villaviciosa de Odón, Madrid, Alfaguara, 1979; epílogo de P. C. Cerrillo, Madrid, Anaya, 2004); Antón Retaco. Del ancho mundo, El Bautizo, En Villavieja, La Función, Los Niños tristes y Por los caminos, Madrid, 1956; El Cid, Barcelona, Noguer, 1965; Los Nibelungos, Barcelona, Noguer, 1966; La estrella y el camino, Madrid, Narcea, 1969; Roldán, Barcelona, Noguer, 1970; Antón Retaco, Barcelona, Noguer, 1979.
Bibl.: J. García Padrino, “María Luisa Gefaell, una voz renovadora en la literatura infantil española de los años cincuenta”, y L. F. Vivanco, “María Luisa Gefaell”, en Lazarillo, 7 (2002), págs. 66-67 y págs. 67-69, respect.; P. C. Cerrillo, “Epílogo”, en M.ª L. Gefaell, Las hadas de Villaviciosa de Odón, op. cit.
Cristina Cañamares Torrijos y Pedro César Cerrillo Torremocha