Ayuda

Camilo Alonso Vega

Biografía

Alonso Vega, Camilo. El Ferrol (La Coruña), 29.V.1889 – Madrid, 1.VII.1971. Capitán general del Ejército, ministro de la Gobernación, subsecretario del Ministerio del Ejército, director general de Enseñanza Militar y de la Guardia Civil, procurador en Cortes, consejero nacional del Movimiento, Medalla Militar individual.

Hijo de Camilo Alonso Quintana y de Herminia Vega Vizoso. El 27 de agosto de 1907, con dieciocho años, ingresó por oposición en la Academia de Infantería de Toledo, en una promoción formada por 354 alumnos, de la que también formaban parte José Asensio Torrado y Francisco Franco Bahamonde, ambos compañeros de juegos y condiscípulos suyos en su ciudad natal, así como Eduardo Álvarez Rementería, Helí Rolando Tella y Juan Yagüe Blanco.

En julio de 1910 recibió el despacho de segundo teniente y fue destinado al Regimiento de Infantería Zamora n.º 8 de guarnición en Ferrol. En febrero de 1912, fue destacado a Melilla, quedando agregado al Regimiento de Infantería África n.º 68, mandado por el coronel Villalba Riquelme, a cuyas órdenes intervino en diversas operaciones para sofocar la rebelión encabezada por El Mizián. En julio, le correspondió ascender a primer teniente y en plantilla del mismo Regimiento, al que acababa de incorporarse también el teniente Francisco Franco, continuó combatiendo en las inmediaciones de Melilla.

En septiembre de 1913, volvió al Regimiento Zamora, aunque continuó operando en la zona de Melilla hasta que, a comienzos de diciembre, se incorporó a su destino en Ferrol. Allí permaneció hasta su ascenso a capitán en diciembre de 1916, siendo destinado al Regimiento de Infantería Lealtad n.º 30, al que se incorporó en Burgos a principios de 1917. De marzo a noviembre, marchó con su unidad a Asturias para reprimir la huelga desencadenada en la cuenca minera, movimiento que se repetiría entre noviembre de 1918 y febrero de 1919. Y en mayo de 1920 regresó a su ciudad natal, destinado al Regimiento de Infantería Ferrol n.º 65.

Solo permanecería cinco meses con su familia, pues en octubre del mismo año obtuvo destino en el recién creado Tercio de Extranjeros, mandado por el teniente coronel Millán-Astray, y cuyo segundo jefe era el comandante Franco. Nada más llegar a Ceuta, recibió el encargo de organizar la Compañía de Ametralladoras de la II Bandera, trasladándose a Dar Riffien con el personal que debía integrarla. En aquellos momentos, el alto comisario, general Berenguer, intentaba someter de la forma más pacífica posible el Protectorado de Marruecos, mediante los denominados ‘paseos militares’, logrando un relevante éxito con esa estrategia en Xauen. La compañía de Alonso Vega, encuadrada primero en la columna mandada por el general Sanjurjo y posteriormente en la del coronel Castro Girona, intervino en diversas y penosas operaciones de ese tipo durante los últimos meses de 1920 y primeros de 1921 en la zona de La Yebala con la pretensión de poner término a la rebelión encabezada por El Raisuni. En junio, en el curso de dichas operaciones, fue propuesto para la laureada de San Fernando por su heroico comportamiento en la defensa de las lomas de Buharrat, abriéndosele el preceptivo juicio contradictorio. A las tres semanas se produjo el desplome de la Comandancia de Melilla tras el desastre de Annual, pero la II Bandera del Tercio continuó operando en la zona de La Yebala, encuadrada en la columna mandada por el general Marzo durante el resto del año 1921.

A todo lo largo de 1922, una vez reincorporadas la I y la III Banderas del Tercio a Ceuta, continuó operando junto con ellas en la misma zona, a las órdenes de Sanjurjo y de Castro Girona, siendo citado varias veces en la orden general de la Alta Comisaría por su distinguido comportamiento en.

Durante el primer semestre de 1923, al mando interino de la III Bandera y encuadrado en la columna del teniente coronel Franco, volvió a operar en la zona de Tetuán, siendo recompensado con el ascenso a comandante por méritos de guerra, lo cual supuso su baja en el Tercio y su traslado a La Coruña, en situación de disponible forzoso. En noviembre pasó destinado al Regimiento de Infantería del Príncipe n.º 3, de guarnición en Oviedo, contrayendo poco después matrimonio con la asturiana Ramona Rodríguez Bustelo, con la que no tendría hijos y con la que recorrió Francia e Italia durante dos meses.

En febrero de 1925 regresó a Oviedo, donde permanecería tres años, hasta que en enero de 1928 el general Franco, nombrado por Primo de Rivera director la recién creada Academia General Militar de Zaragoza, le reclamó para formar parte de la plantilla de profesores para impartir las materias de táctica, tiro y armamento y ejercer el mando del Batallón de Cadetes. Allí recibió la noticia de que el Consejo Supremo de Guerra y Marina había desestimado concederle la laureada de San Fernando por la acción de Buharrat, pero Primo de Rivera decidió recompensarle con la Medalla Militar individual.

El 25 de abril de 1931, prometió por su honor ser leal a la recién proclamada República, obedecer sus leyes y defenderla con las armas, promesa que vulneraría en julio de 1936. A finales de agosto, a consecuencia de la disolución de la Academia General Militar, se trasladó  a Oviedo en situación de disponible forzoso y en marzo de 1932 fue destinado a su Caja de Reclutas de Oviedo, puesto en el que permaneció hasta que, en octubre de 1934, con ocasión de la Revolución de Asturias, se hizo cargo de la jefatura del Acuartelamiento de Santa Clara, donde estaba ubicada la Caja de Reclutas y otras diversas dependencias militares, viéndose obligado a repeler varios ataques y efectuar salidas en fuerza para proveerse de víveres, incorporándose después a la columna mandada por el coronel Solchaga, con la que coadyuvó a sofocar la violenta rebelión de los mineros durante veinte días. Una vez reintegrado a su destino, fue nombrado jefe de los Servicios de Censura de Prensa, a las órdenes directas del gobernador militar de Asturias, general López Ochoa, y seguidamente juez instructor de la Auditoría de Guerra del Ejército de Operaciones del Principado.

En abril de 1935 le correspondió ascender a teniente coronel por antigüedad, lo que forzó su traslado a Vitoria para mandar el Batallón de Montaña de Flandes n.º 8. Sin embargo, el ministro de la Guerra, José María Gil Robles, probablemente a instancias del general Franco, jefe del Estado Mayor Central, ordenó que regresase a Oviedo para continuar desempeñando el cometido de juez instructor, puesto que ejerció hasta finales de septiembre. Reincorporado a Vitoria, volvió a hacerse cargo del mando del Flandes, puesto en el que permaneció hasta que se sumó al golpe de Estado de julio de 1936, dirigido por el general Mola desde Pamplona.

Principal artífice de la trama golpista en Vitoria, logró que el gobernador militar, general García Benítez, se sumara a la rebelión, lo que fue decisivo para su parcial éxito en la provincia de Álava. A medianoche del 18 de julio, a instancias suyas, García Benítez convocó en su despacho a los jefes de las unidades que guarnecían Vitoria y les comunicó su decisión de alzarse en armas contra el llamado gobierno del Frente Popular. Tras recibir su beneplácito, informó a Mola de que Vitoria estaba a sus órdenes y declaró el estado de guerra en toda la provincia, sin que las autoridades republicanas llegaran a reaccionar y con la única oposición de las organizaciones obreras, que declararon la huelga general. Al amanecer del día 19 se leyó el bando de guerra y grupos de requetés y falangistas, escoltados por piquetes de soldados, se fueron adueñando de todas las dependencias oficiales de la ciudad.

El día 21, se puso al frente de una compañía reforzada de su propia unidad para sofocar los últimos núcleos de resistencia leales a la República. Durante los meses de agosto y septiembre, al mando de una columna motorizada, efectuó diversas salidas hacia el norte de la provincia de Álava y sur de la de Vizcaya para hacer frente a las agrupaciones de milicias enviadas desde Bilbao. Y a primeros de diciembre, una vez reforzada considerablemente su columna, logró ocupar Villarreal, resultando herido en el curso de la operación. En diciembre, Mola, jefe del Ejército del Norte, le puso al mando de la recién creada IV Brigada de Navarra, que encuadraba todas las unidades de guarnición en la provincia de Álava, con la que se estableció a la defensiva al sur de la provincia de Vizcaya.

El 31 de marzo de 1937, el Ejército del Norte inició la ofensiva que le permitiría apoderarse de toda la cornisa cantábrica a lo largo de los siguientes meses. A finales de abril, la IV de Navarra logró apoderarse del puerto de Barazar, quebrando así la primera línea del llamado Cinturón de Hierro, colosal obra de fortificación construida por el gobierno vasco en torno a Bilbao. El éxito alcanzado fue recompensado con el ascenso de Alonso Vega al empleo de coronel por méritos de guerra.

La ruptura del frente permitió que la IV de Navarra se apoderase de Durango y de la asolada Guernica y que, pese a la tenaz resistencia ofrecida por el Eusko Gudarostea, se situase a finales de mayo prácticamente a la vista de Bilbao. Tomada esta ciudad por las tropas franquistas el 19 de junio, la IV de Navarra la rebasó por el sur y se estableció a la defensiva en la línea de Balmaseda.

En julio, para hacer frente a la ofensiva lanzada por el Ejército Popular de la República al oeste de Madrid, la IV de Navarra marchó al Teatro de Operaciones de la Zona Centro, interviniendo en las acciones que culminaron con la ocupación de Brunete el día 25.

A primeros de agosto, su unidad desplegó al norte de Burgos para iniciar la ofensiva contra Cantabria. El 14 de agosto, rompió el frente y al día siguiente se apoderó de Reinosa, prosiguiendo la marcha hacia Santander, donde entró el día 26. Cuatro días después se dirigió hacia Unquera, resultando Alonso Vega herido grave. Aun sin estar totalmente recuperado, retomó el mando de su Brigada, con la que ocupó Ribadesella y continuó avanzando por el norte de Asturias, llegando a Gijón el día 21, momento en que se dio por finalizada la campaña del Norte y su unidad, debido a la entidad que había alcanzado, pasó a ser denominada 4.ª División de Navarra.

A finales de enero de 1938, la flamante División se trasladó al frente de Aragón para intervenir en la batalla del Alfambra, iniciando después una vertiginosa marcha hacia el este que culminaría con la ocupación de Benicarló y Vinaroz el 15 de abril, logrando partir en dos el territorio leal a la República. Seguidamente, se dirigió hacia el sur, tomando Castellón de la Plana el 14 de junio, quedando finalmente detenida en la sierra de Espadán, frente a la línea fortificada XYZ, al norte de Sagunto el 25 de julio.

Ese mismo día, el Ejército del Ebro, mandado por el coronel Modesto, cruzó el Ebro por la zona de Gandesa. Ante la situación sobrevenida, la 4.ª de Navarra fue trasladada al sector de Amposta. Logrado el objetivo de contener a la XIV Brigada Internacional, se incorporó a la acción principal en el área de Prat de Comte, interviniendo en las sucesivas contraofensivas que culminaron con el asalto a la sierra de Pándols. Se dirigió después hacia el norte y, tras durísimos combates, tomó Corbera y se situó en Ribarroja a mediados de noviembre, momento en que las últimas unidades republicanas se replegaron al otro lado del Ebro, dando fin a esta decisiva batalla.

Sin solución de continuidad, las tropas de Alonso Vega se incorporaron a la ofensiva contra Cataluña, logrando apoderase de Valls en enero de 1939, de donde prosiguieron hacia Martorell y Rubí y entraron en Barcelona el día 26. De allí se dirigieron a Gerona y finalmente a la frontera francesa, en la zona de Port Bou, adonde llegaron a primeros de febrero, siendo recompensado con el ascenso a general de brigada por méritos de guerra.

Finalizada la campaña de Cataluña, la 4.ª División fue trasladada al frente de Toledo, desde donde se lanzó en tromba a ocupar el sur de la provincia. El día 29, una vez suspendidas las hostilidades, Alonso Vega recibió orden de llevar sus tropas a toda marcha a Cartagena, llegando allí el 1 de abril, logrando copar a los responsables políticos y tropas enemigas que confiaban en poder embarcar hacia Argelia.

Finalizada la guerra, el general Varela, ministro del Ejército, le nombró director general de Enseñanza Militar, puesto que desempeñó hasta hacerse cargo de la Subsecretaría del Ministerio del Ejército en agosto de 1940. En enero de 1942 fue promovido al empleo de general de división y confirmado en su cargo. Un año después fue designado procurador de las recién constituidas Cortes Españolas y en agosto de 1943 se hizo cargo de la Dirección General de la Guardia Civil. En marzo de 1947 ascendió a teniente general y continuó desempeñando el cargo hasta que, en junio de 1955, dejó de estar en activo y quedó en situación de disponible.

El 25 de marzo de 1957, a consecuencia de la gran crisis del régimen iniciada con los sucesos estudiantiles de febrero de 1956 y la subsiguiente pretensión falangista de monopolizar el poder, fue nombrado ministro de la Gobernación, en sustitución de Blas Pérez González, que llevaba desempeñando ese puesto desde 1942. Aunque la remodelación gubernamental de 1957 puso fin a la autarquía y abriría la senda hacia el desarrollismo de los años sesenta, Franco decidió confiar el control del orden público a una persona de su total confianza. No obstante, el Ministerio de la Gobernación revestía una extraordinaria importancia, al depender de él en aquella fecha, aparte de Guardia Civil, Policía y Tráfico, la gestión de la Administración Local, la Sanidad, la Asistencia Social, el Correo y las Telecomunicaciones.

Doce años después, en octubre de 1969, al cesar como ministro, fue ascendido a capitán general del ejército. Tras una larga enfermedad, falleció en Madrid el 1 de julio de 1971, siendo inhumado sus restos en el cementerio de El Pardo.

 

Obras de ~: Discurso pronunciado por el Presidente del Consejo de Administración de Central Siderúrgica, S. A., Excmo. Sr. D. Camilo Alonso Vega, con ocasión de la Junta General de Accionistas celebrada en Madrid el 27 de junio de 1956, Madrid, s. n., 1956.

Bibl.: J. Ramos Winthuyssen, Tropas indígenas y ejército colonial, Sevilla, Imp. de Gómez Hnos., 1921; Historia de las Campañas de Marruecos, Madrid, Servicio Histórico Militar, 1951; J. Bardavío, La estructura del poder en España: sociología política de un país, Madrid, Ibérico Europea de Ediciones, 1969; E. Romero, Los 90 ministros de Franco, Madrid, Dopesa, 1970; J. M. Martínez Bande, Monografías de la Guerra de España, Madrid, San Martín, 1972-1986; C. de Arce, Los generales de Franco: los hombres que hicieron posible la España de Franco, Barcelona, Mitre, 1984; J. J. Puig, Historia de la Guardia Civil, Barcelona, Mitre, 1984; M. Alonso Baquer, “Las Fuerzas Armadas en la época del general Franco”, en Historia Social de las Fuerzas Armadas, Madrid, Alhambra, 1986, t. 8, págs. 11-66; S. G. Payne, El régimen de Franco, 1936-1975, Madrid, Alianza, 1987; G. Cardona, “Franco, Camilo y la Benemérita”, en Historia 16, 210 (1994), págs. 48-54; P. Preston, La política de la venganza: el fascismo y el militarismo en la España del siglo XX, Barcelona, Península, 1997; M. Aguilar Olivencia, El ejército español durante el franquismo, Madrid, Akal, 1999; J. de Antón, Historia de la policía española: la policía del reino, la policía republicana, la policía del régimen, la policía democrática, Madrid, El Autor, 2000; C. Engel, Historia de las divisiones del ejército nacional, Madrid, Almena, 2000; G. Cardona, Franco y sus generales: la manicura del tigre, Madrid, Temas de Hoy, 2001; R. Muñoz Bolaños, “Operaciones militares (1910-1918)”, en Las Campañas de Marruecos (1909-1927), Madrid, Almena, 2001, págs. 84-127; G. Cardona, El gigante descalzo: el ejército de Franco, Madrid, Aguilar, 2003; F. Puell de la Villa, “Cadetes de la 2.ª Época, Generales de la Transición”, en La Enseñanza Militar en España: 75 años de la Academia General Militar en Zaragoza. V Congreso de Historia Militar, Madrid, Ministerio de Defensa, 2003, págs. 219-274; M. Alonso Baquer, Franco y sus generales, Madrid, Taurus, 2005; F. Franco Salgado-Araújo, Mis conversaciones privadas con Franco, Barcelona, Planeta, 2005; F. Puell de la Villa, Historia del Ejército en España, 2.ª ed., Madrid, Alianza, 2005; R. Salas Larrazábal, Historia del Ejército Popular de la República, Madrid, La Esfera de los Libros, 2006; F. Puell de la Villa y J. A. Huerta Barajas, Atlas de la Guerra Civil española: antecedentes, operaciones y secuelas militares (1931-1945), Madrid, Síntesis, 2007; J. R. Urquijo Goitia, Gobiernos y ministros españoles en la edad contemporánea. Madrid, CSIC, 2008; F. Puell de la Villa, “El devenir del Ejército de Tierra (1945-1975)” en F. Puell de la Villa y S. Alda Mejías (eds.), Los ejércitos del franquismo (1939-1975), Madrid, Instituto Universitario General Gutiérrez Mellado-UNED, 2010, págs. 63-96; F. Alía Miranda, Julio de 1936: conspiración y alzamiento contra la Segunda República, Barcelona, Crítica, 2011; P. Preston, El holocausto español: odio y exterminio en la Guerra Civil y después, Barcelona, Debate, 2011.

 

Fernando Puell de la Villa

Personajes similares