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Rafael Vidiella i Franch

Biografía

Vidiella i Franch, Rafael. Tortosa (Tarragona), 1890 – Barcelona, 29.IX.1982. Tipógrafo, dirigente sindical y político.

Desde muy joven empezó a trabajar como cajista de imprenta y en 1905 se hizo socio de la Sociedad Obrera de Tortosa y se integró en la Unión Obrera del Arte de Imprimir. Trabajó como aprendiz de tipógrafo en la imprenta donde se editaba el periódico republicano El Pueblo y colaboró estrechamente con Marcelino Domingo, llegando a militar en la Juventud Republicana de Tortosa. En 1909, marchó a Barcelona, donde participó en la Semana Trágica de julio del mismo año, entró a trabajar en la imprenta Sobirana y fue detenido en la Rambla por hacer campaña a favor de Francisco Ferrer i Guàrdia, el maestro racionalista acusado como instigador y dirigente de la Semana Trágica y posteriormente condenado a muerte y ejecutado. Regresó a Tortosa, donde reconstruyó, junto a Joaquim Pedret y Joaquim Pueyo, el Sindicato del Arte de Imprimir, de cuya junta formó parte.

En 1910 se trasladó a Tarragona, donde se afilió a la Unión General de Trabajadores (UGT), y trabajó en el Diario de Tarragona como traductor al castellano de los artículos que aparecían en La Veu de Catalunya. En 1911 marchó de nuevo a Barcelona, donde frecuentó el Ateneo Sindicalista, conoció a Salvador Seguí en la tertulia del Café Español del Paralelo y se afilió a la Confederación Nacional del Trabajo (CNT). Trabajó en la imprenta de la Casa de la Caridad y en 1913 participó en la huelga de tipógrafos.

Durante la huelga general revolucionaria de agosto de 1917, formó parte del Comité Revolucionario de la CNT y de un piquete de huelguistas que hizo parar los tranvías en Barcelona y se enfrentó, con armas en la mano, a los soldados y a las fuerzas del orden que pretendían poner orden en la ciudad. Activo sindicalista, después de la huelga de la Canadiense, en 1919, fue enviado por la CNT a Valencia, donde trabajó de corrector y tipógrafo y fue responsable de la publicación de Solidaridad Obrera. Presidió el Sindicato Único de las Artes Gráficas de Valencia, en cuya representación participó en el Congreso del Teatro de la Comedia de Madrid, en diciembre de 1919, fue detenido, acusado de inductor del asesinato de un patrón y procesado. Juzgado en 1921, el fiscal le pedía cadena perpetua, pero fue absuelto. Al salir en libertad en 1922 participó, junto a Seguí, en una campaña de mítines sindicales por Valencia y Madrid. Viajó a Andalucía, donde contribuyó a la reconstrucción de la Confederación Regional Andaluza y organizó el Sindicato de Artes Gráficas de Sevilla. Allí conoció a José Díaz, futuro dirigente del Partido Comunista de España, que en aquellos momentos militaba en las filas del anarcosindicalismo, y tuvo una controversia pública con Ramón Almoneda, recién incorporado al Partido Comunista de España (PCE), con motivo de la posición que estaba adoptando la CNT respecto a la revolución rusa. Vidiella defendía la independencia del sindicato respecto a cualquier partido político y era contrario a cualquier injerencia interna. En su estancia en Sevilla, trabajó también en el puerto, con el objetivo de contribuir a la organización sindical de los trabajadores portuarios.

Al producirse el golpe de estado militar de Primo de Rivera, en septiembre de 1923, fue expulsado de Andalucía, y al llegar a Valencia fue detenido, hasta diciembre de 1923. En 1924, después de estar unos meses en Barcelona donde trabajó en la imprenta de López Llausàs y como corredor de libros, marchó a París, donde residió hasta 1926, trabajó en la imprenta del anarquista francés Sébastien Faure y formó parte, en representación de la CNT, del comité revolucionario que coordinaba la oposición española exiliada en Francia. Participó en las conspiraciones organizadas desde París por Francesc Macià. Realizó distintos viajes clandestinos a Barcelona y en 1926 fue detenido en Irún. Pasó dos años en las cárceles de San Sebastián, Madrid y Valencia. Al salir en libertad, en 1928, fue confinado en Madrid, donde trabajó como vendedor de libros y donde residió hasta 1932. Durante los últimos años de la dictadura, el Comité Nacional de la CNT le confió su representación en Madrid, con el objetivo de colaborar en todas las conspiraciones antimonárquicas y llegó a entrevistarse, junto a Massoni, con Miguel Maura, Ángel Galarza y Ramón Franco. Fue detenido en una docena de ocasiones. En abril de 1930, mientras residía en Madrid, envió una carta a Marcelino Domingo, en la que se disculpaba por no poder asistir a un homenaje que se le rendía al dirigente republicano y recordaba las relaciones que habían mantenido y el papel de maestro que el dirigente republicano había desempeñado con él durante su juventud.

Con la proclamación de la República, el 14 de abril de 1931, se manifestó en contra de las campañas antipolíticas y antiparlamentarias de los sectores anarquistas de la CNT y simpatizó con los trentistas. En 1932 regresó a Barcelona, donde pasó a trabajar como empleado municipal del Ayuntamiento de la ciudad, en la sección de estadística. Junto a otros militantes de la CNT, afectos a la corriente sindicalista, como Viadiu, Jové Brufau, Martí Barrera, Roldán Cortada y otros intentó publicar una revista Política Sindical, de la que sólo aparecieron cuatro o cinco números, dirigida a los militantes de la CNT con el objetivo de hacerles ver la necesidad de defender el nuevo régimen republicano. Fue entonces, en un momento en que la CNT se hallaba en una profunda crisis y los sectores más radicales de la Federación Anarquista Ibérica (FAI) acabaron haciéndose con su control, cuando abandonó el sindicato e ingresó en la UGT y en el Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Durante el año 1933 formó parte de la corriente obrerista que, en representación de la Federación Catalana del PSOE, se opuso a la unificación con la Unió Socialista de Catalunya. Contrario a la participación obrera en el Gobierno de la Generalitat, en las elecciones de noviembre de 1933, propició la candidatura conjunta con el Bloque Obrero y Campesino, y se presentó como candidato por Tarragona en las listas del Frente Obrero. El 9 de diciembre de 1933 firmó, en representación de la federación de Barcelona del PSOE, el manifiesto constitutivo de la Alianza Obrera de Cataluña, y participó en el primer mitin de este organismo, que se celebró el 18 de enero de 1934 en el Palacio de Artes Decorativas de Barcelona. Frustrada la unificación entre el PSOE catalán y la Unió Socialista de Catalunya, en 1934 fue nombrado presidente de la Federación Catalana del PSOE. Participó en los acontecimientos del 6 de octubre de 1934, durante los cuales participó en la manifestación multitudinaria que había organizado la Alianza Obrera, se dirigió hacia el Palacio de la Generalitat y formó parte de la delegación que se entrevistó con el presidente Companys para pedirle armas. Tras el fracaso de la revolución de octubre y la consiguiente represión gubernamental contra todos los que habían participado en ella, pasó a la clandestinidad. Adscrito a las filas del largocaballerismo, formó parte de la redacción de Claridad en julio de 1935, y en diciembre del mismo año representaba a Cataluña en la reunión del comité nacional del PSOE. En marzo de 1936 se incorporó, en representación de la Federación Catalana del PSOE, al comité de enlace constituido por la Unió Socialista de Catalunya, el Partit Comunista de Catalunya y el Partit Català Proletari, con vistas a su unificación, que culminó en la fundación, el 23 de julio de 1936, del Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC).

Vidiella había propuesto el nombre del nuevo partido y formó parte de su comité ejecutivo en el que se ocupó de la Secretaría de relaciones. Al estallar la Guerra Civil, fue el jefe de investigaciones del Comité Central de Milicias Antifascistas de Cataluña y el 31 de julio de 1936 fue nombrado consejero de Comunicaciones en el gobierno Casanovas que fue vetado por la CNT. El 6 de octubre de 1936 formó parte de la Junta de Seguridad Interior de Cataluña y en diciembre de 1936 sustituía a Andreu Nin en la Consejería de Justicia. El relevo en dicha consejería fue especialmente tenso en la medida en que el PSUC había sido el responsable de la salida de Nin —y de su partido, el Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM)— del Gobierno catalán. Desde el cargo de consejero de Justicia Vidiella preparó el camino para que se iniciase la progresiva adecuación de la normativa que en materia de justicia regía en Cataluña por la que estaba vigente en el resto del territorio republicano.

Desde la Consejería de Justicia pasó a la de Trabajo y Obras Públicas en abril de 1937. En marzo de 1937 había participado en el Pleno Ampliado del Comité Central del Partido Comunista de España, que se celebró en Valencia y donde fue designado miembro de aquel organismo. Contrario a Comorera, durante la Guerra Civil se alineó con el PCE en las críticas sobre las “desviaciones nacionalistas” del PSUC. Al mismo tiempo era un conocido miembro de la masonería.

Durante los enfrentamientos que tuvieron lugar en Barcelona, en mayo de 1937, habló por la radio con el objetivo de restablecer la calma y la unidad y fue nombrado consejero de Trabajo, Obras Públicas y Justicia en el Gobierno de crisis que se constituyó el 5 de mayo de 1937. Finalmente, el día 29 de junio de 1937, y hasta el fin de la Guerra Civil, volvió a ocupar la Consejería de Trabajo y Obras Públicas. El 7 de septiembre de 1937 protagonizó un conflicto dentro del Gobierno de la Generalitat al criticar públicamente a los jueces catalanes que detenían a militantes antifascistas acusados de delitos cometidos al inicio de la guerra, y fue replicado por Josep Andreu Abelló, presidente del Tribunal de Cassació de Cataluña. Volvió a provocar un incidente cuando, después de la dimisión de Jaume Aiguader como ministro del Gobierno de la República, en agosto de 1938, criticó a Companys por haber provocado la crisis de gobierno. Formó parte de la delegación del PSUC que se entrevistó con Negrín para designar nuevo ministro en sustitución de Aiguader.

En noviembre de 1937, en el III Congreso regional, había sido escogido presidente de la Unión General de Trabajadores de Cataluña. Colaboró en la revista Meridià, que inició su publicación en febrero de 1938, y este mismo año publicó Los de ayer, novela autobiográfica centrada en su militancia anarcosindicalista durante el período de la Primera Guerra Mundial.

Evacuado de Barcelona antes que el resto de la dirección del PSUC, por haber caído enfermo, después de la Guerra Civil, en 1939, pasó a residir en Moscú, donde se trasladó desde París, y al mismo tiempo que causaba baja en el comité ejecutivo del PSUC, fue designado, a propuesta de Dimitrov, delegado de este partido en la Internacional Comunista, cargo que ocupó hasta 1943, cuando se disolvió la Internacional. En Moscú escribió Los mismos de ayer, continuación de la anterior novela autobiográfica, que se publicó en París en 1947 y mantuvo un estrecho contacto con la elite del movimiento comunista internacional. En enero de 1945 fue propuesto, en representación del PSUC, para formar parte del gobierno de la Generalitat presidido por Josep Irla y en diciembre del mismo año se trasladaba a Francia, donde se incorporó al Secretariado del PSUC y donde vivió durante cinco años, hasta 1950. En mayo de 1946 fue uno de los dos miembros, junto a Moix, del Secretariado del PSUC que apoyó a Comorera cuando el Buró Político del PCE le propuso a éste la integración de la organización catalana en el seno del PCE, posición que cambiaría más tarde. Pasó a dirigir de hecho el periódico Lluita, y durante la crisis provocada en la dirección del PSUC en 1949 se alineó claramente en las posiciones del PCE y en contra de Joan Comorera, a quien en marzo de 1950 calificó públicamente de “vil, traidor, agente del imperialismo y nacionalista burgués”. Tras la expulsión de Comorera, pasó a formar parte de la dirección del PSUC en el exilio junto a Josep Moix, Wenceslao Colomer, Josep Romeu, Margarida Abril y Pere Ardiaca. En 1950 marchó a residir a Budapest, donde vivió hasta su regreso del exilio. En el V Congreso del PCE, celebrado en septiembre de 1954, presentó la propuesta, que no triunfó, de convertir al PSUC en parte integrante del PCE. En octubre de 1956 participó en el I Congreso del PSUC que se celebró en una municipalidad cercana a París, donde gobernaban los comunistas, y fue escogido miembro del comité ejecutivo. Mantuvo su cargo de dirección en el segundo Congreso (1965), aunque su influencia en la toma de decisiones ya no era muy importante puesto que no residía en Francia.

Desde su exilio en Budapest colaboró intensamente en Horitzons y, sobre todo, en Nous Horitzons, donde a menudo publicó artículos sobre episodios históricos vividos donde ofrecía su visión personal. Son especialmente destacables los que dedicó a “La Setmana Trágica”, “La repercució a Catalunya de la Revolució d’Octubre” o “La lluita de classes a Barcelona en el període 1917-23”, todos ellos publicados en Nous Horitzons. Regresó a Barcelona el 21 de noviembre de 1976 y fue recibido en la estación de Sants por más de diez mil personas. En el IV Congreso del PSUC, celebrado ya en España, en octubre de 1977, después de la restauración de la democracia, aún siguió formando parte del Comité Central del Partido, aunque ya no de su ejecutivo.

 

Obras de ~: De Paris á la cárcel de Madrid, Madrid, Argis, 1931; con J. Comorera Soler y J. del Barrio, Catalunya en peu de guerra: Discursos pronunciats en el Ple del C.C. Ampliat del Partit Comunista d’Espanya celebrat a València els dies 5, 6, 7 i 8 de març de 1937 pels camarades Joan Comorera, ~ i Josep del Barrio, pról. de J. Díaz, Barcelona, Ed. del Partit Socialista Unificat de Catalunya, 1937 (trad. castellana, Barcelona, Partido Comunista de España, 1937); “Introducció”, en Acords del III Congrés de la Unió General de Treballadors a Catalunya 13-18 de novembre del 1937, pról. de M. Ferrer, Barcelona, Edicions UGT, 1937; Los de ayer: novela, Barcelona, 1938; “Paraules preliminars”, en J. Comorera, El PSU davant la situaciò actual, s. l., Aguitaciò i Propaganda, PSU, 1938; Los mismos de Ayer: novela, París, 1947.

 

Bibl.: M. Roig, Rafael Vidiella, l’aventura de la Revolució, Barcelona, Editorial Laia, 1976; J. L. Martín Ramos, Els orígens del Partit Socialista Unificat de Catalunya (1930-1936), Barcelona, Editorial Curial, 1977; M. Caminal Badia, Joan Comorera. I. Catalanisme i Socialisme (1913-1936), Barcelona, Ed. Empúries, 1984; Joan Comorera. II. Guerra i Revolució (1936-1939), Barcelona, Empúries, 1984; Joan Comorera. III. Comunisme i Nacionalisme (1939-1958), Barcelona, Ed. Empúries, 1985; VV. AA., La nostra utopia. PSUC, cinquanta anys d’història de Catalunya, Barcelona, Planeta, 1986; C. CEBRIÁN, Estimat PSUC, Barcelona, Empúries, 1997; J. Puigsech, Nosaltres, els comunistes catalans. El PSUC i la Internacional Comunista durant la Guerra Civil, Vic, Eumo, 2001; J. L. Martín Ramos, Rojos contra Franco. Historia del PSUC, 1939-1947, Barcelona, Edhasa, 2002; M. Aznar Soler y J. R. López García (eds.), Diccionario biobibliográfico de los escritores, editoriales y revistas del exilio republicano de 1939, vol. 4, Sevilla, Renacimiento, 2016, págs. 563-565.

 

Pelai Pagès Blanch

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