Domingo Sanjuán, Marcelino. Tarragona, 26.IV.1884 – Toulouse (Francia), 2.III.1939. Maestro, periodista y político.
Fue el mayor de trece hijos del matrimonio del oficial de la Guardia Civil Pedro Domingo y de Dolores Sanjuán. A pesar de los frecuentes traslados del padre, que la familia procuraba acompañar (Valls, Tarragona, Ulldecona, Lérida y Agramunt), Marcelino estudió bachillerato en Tarragona, donde vivían sus abuelos maternos. En ese período coincidió con otro destacado republicano, Antoni Rovira y Virgili. Y en esa misma ciudad, entre 1899 y 1902, cursó los estudios de Magisterio.
Acabada la carrera, se trasladó a Tortosa siguiendo el nuevo destino de su padre, y fue en esa capital donde echó sus raíces laborales, intelectuales y despertó para la vida política. Allí empezó a colaborar con el semanario El Pueblo con artículos de fuerte contenido anticatólico, laicizante y, en algunas ocasiones, con referencias a cuestiones pedagógicas. En 1906 creó su propia escuela en Roquetas, municipio vecino de Tortosa, donde implantó la coeducación, el racionalismo y la laicidad como modelo educativo.
Sintomáticamente presidía el aula un retrato de Pi i Margall, el líder histórico del federalismo al que siempre se consideró vinculado.
En noviembre de 1907 empezó una dilatada colaboración con el periódico barcelonés La Publicidad, defensor de Solidaridad Catalana, movimiento del que Domingo se convirtió en un puntal en las comarcas del Ebro del sur de la provincia de Tarragona.
En mayo de 1909 entró en el Ayuntamiento de Tortosa como concejal solidario. Era el inicio de su dilatada carrera política. Ya en mayo del año siguiente concurrió por primera vez en unas elecciones legislativas por el distrito de Roquetas, obteniendo menos del 2 por ciento de los sufragios. Y meses después, cuando se creó la Unión Federal Nacionalista Republicana, resultado de la fusión de los tres partidos republicanos solidarios (federales, Unión Republicana y Centre Nacionalista Republicà), se integró decididamente en la formación, de la que en 1911 fue designado miembro de su dirección. A partir de entonces, su nombre figurará siempre en las listas republicanas de la provincia. Así, fue candidato en las elecciones provinciales por Tortosa y por Tarragona-El Vendrell (respectivamente en 1911 y 1913) sin salir elegido.
Pero en las municipales de 1913, la lista que integraba sí resultó victoriosa y su capacidad de liderazgo se consolidó cuando dirigió la protesta de los concejales republicanos tras el nombramiento de un alcalde gubernativo cuando se constituyó el nuevo consistorio en enero de 1914, lo que desembocó en la quema de las oficinas de los fielatos y en la proclamación del Estado de guerra en Tortosa. En las legislativas de febrero de 1914 fue elegido diputado por primera vez por esta circunscripción, renovando su acta en 1916, 1918 y 1919. Pero en las legislativas de 1920, en una votación repleta de incidentes, perdió el escaño por doscientos votos, recuperándolo en las de 1923.
Tras su llegada a Madrid, en mayo de 1914, inició su aprendizaje masónico en la Logia Catoniana número 36, adscrita al Gran Oriente Español, pero al año siguiente fue dado de baja por inasistencia y por no pagar las cuotas. Sólo durante la dictadura volvería a relacionársele con esta sociedad secreta.
En enero de 1915 fue nombrado director del diario barcelonés La Publicidad y dirigió la constitución del Bloc Republicà Autonomista (BRA), junto con Lluís Companys, Francesc Layret y Gabriel Alomar. El fracaso electoral del BRA le llevó a dejar La Publicidad (noviembre de 1916) y a impulsar el rotativo La Lucha que, en abril de 1917 se convirtió en el órgano del Partit Republicà Català (PRC) del que Domingo fue, respectivamente, director y principal dirigente.
El 19 de julio de ese último año participó en la Asamblea de Parlamentarios celebrada en Barcelona y en agosto fue detenido por el artículo “Soldados” que publicó en La Lucha y en el que incitaba a los escalafones más bajos de las Fuerzas Armadas a unirse a la huelga general revolucionaria que habían convocado los sindicatos. A pesar de su condición de aforado fue encarcelado en un barco situado en el puerto de Barcelona, siendo liberado el 15 de noviembre.
En el Parlamento, en noviembre de 1918, defendió la concesión de un Estatuto para Cataluña, petición que reiteró al año siguiente. En junio de 1922, cuando no era parlamentario, fue condenado a residencia forzosa en Lérida por un artículo contra la guerra de Marruecos. En julio de 1923 participó en Madrid en una manifestación a favor del general Aguilera cuando éste parecía querer ocupar la presidencia del Ejecutivo por la fuerza, pues le pareció que aquel prestigioso militar podría acabar con el sistema restauracionista y debilitar definitivamente la Monarquía. Durante la dictadura de Primo de Rivera pasó por la cárcel y el exilio por su constante oposición al régimen militar. Fue en esa época cuando volvió a acercarse a la masonería. Así, en mayo de 1925, se adscribió a la logia Patria Grande de Madrid. Su ascensión en la organización fue rápida a partir de noviembre de 1926 cuando apareció vinculado al templo Dantón número 7 que, según Juan Avilés, lo habría creado el propio Domingo con la colaboración de José Salmerón, nieto del ex presidente de la Primera República, así como de otros futuros dirigentes radical socialistas. Domingo, en mayo de 1927, fue designado por la Logia Regional del Sudeste su representante en la VI Asamblea Nacional Simbólica del Grande Oriente Español. El carácter secreto de la masonería facilitó su intensa labor conspirativa durante todo el régimen autoritario. Su primera detención, y por un corto espacio de tiempo, se produjo por su supuesta vinculación con la sublevación de Vera de Bidasoa (noviembre de 1924), pero de la que él siempre se desvinculó y lo consideró un montaje policial. En junio de 1926 volvió a ser detenido por su participación en la sanjuanada como miembro provisional de la Alianza Republicana, aunque, por falta de pruebas concluyentes, fue absuelto en el Consejo de guerra, celebrado en abril de 1927. En enero de 1929 tomó también parte en el complot encabezado por el ex líder conservador Sánchez Guerra, siendo nuevamente detenido por un corto período de tiempo.
En julio de 1929 impulsó la constitución del Partido Republicano Radical Socialista Español (PRRSE), aunque formalmente continuó siendo líder del Partit Republicà Català (PRC), si bien en la práctica éste había dejado de funcionar.
Domingo tuvo un papel destacado en el Pacto de San Sebastián de agosto de 1930 y como miembro del Comité Revolucionario fue responsabilizado por la sublevación de Jaca, por lo que tuvo que exiliarse en París. Como líder del PRC fue escogido en el congreso fundacional de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), en marzo de 1931, miembro de su dirección, a pesar de que también era el principal dirigente del PRRSE. Siendo el único al que se le permitió la doble militancia.
Tras el triunfo de las candidaturas republicanas en las municipales del 12 de abril de 1931, regresó del exilio para hacerse cargo del Ministerio de Instrucción Pública del gobierno provisional de la República, y el 16 del mismo mes, el Consejo de ministros lo comisionó, junto a Nicolau d’Olwer y Fernando de los Ríos, para que convenciesen a Macià de pasar del Estado catalán a la autonomía, consiguiéndolo tras nueve horas de negociación. Como gobernante, sus mayores hitos fueron las leyes de bilingüismo en Cataluña (30 de abril) y la de la supresión de la enseñanza religiosa (6 de mayo), así como también la creación de 23.435 escuelas (23 de mayo).
En las constituyentes de junio de 1931 fue el candidato más votado por la circunscripción de Tarragona.
Pero un mes más tarde empezó a distanciarse de ERC, cuando el gobierno de Azaña pidió un voto de confianza al Parlamento, tras aplastar una huelga en Sevilla convocada por la Confederación Nacional de Trabajadores (CNT), que provocó treinta muertos y unos doscientos heridos, y la minoría catalana se lo negó. También la rapidez con que la Generalidad quería tramitar el Estatuto de autonomía levantó ampollas y recelos en el Ejecutivo central, por lo que Domingo y Gabriel Alomar publicaron una carta (8 de agosto) dirigida a la Generalidad y a los parlamentarios catalanes para que aplazasen la reivindicación hasta que la República estuviese consolidada (Archivo Histórico Nacional de Salamanca, PS-Madrid 949). Su postura no fue entendida y desde ERC fue atacado con extrema dureza.
Entonces se lanzó a impulsar el Partido Republicano Radical Socialista Catalán (PRRSC) que en 1935, tras la fusión de los radical socialistas con el partido de Azaña se denominó Partit Republicà d’Esquerra (PRE) que fue la plataforma política que utilizaron sus seguidores en Cataluña, aunque la hegemonía de ERC impidió que las otras formaciones que se reclamaban republicanas y catalanistas (Partit Catalanista Republica (PRC) y PRE tuviesen excesiva influencia.
La salida formal de Domingo de ERC la hizo el 7 de enero de 1932, mediante una carta dirigida a Macià y publicada en la prensa, lo que afectó decisivamente la relación entre ambos. Por eso, en las legislativas de 1933, cuando trató de conseguir una alianza electoral entre todas las fuerzas republicanas catalanistas (ERC, PCR y PRRSC), Macià se opuso y Domingo acabó presentándose como candidato por Bilbao, pero no salió escogido. Fue el momento de su mayor declive político, declive que había iniciado en diciembre de 1931 cuando fue designado ministro de Agricultura, Industria y Comercio. Su actuación en sus nuevas funciones gubernamentales estuvo marcada por diversos diplomas, como el de la importación de trigo (13 de abril de 1932), el de la creación del Consejo ordenador de la Economía Nacional (23 de abril de 1932), el de la Protección y Fomento de la Industria Nacional (12 de agosto de 1932), el de la expropiación de los latifundios de los Grandes de España (24 de agosto de 1932), el de la Intensificación de Cultivos (1 de septiembre de 1932) y, especialmente, la Ley de Reforma Agraria (9 de septiembre de 1932).
En noviembre de 1932 se casó con Filomena Savé Mestres, una divorciada que tenía dos hijas de su anterior matrimonio.
En junio de 1933 se produjo la división del PRRSE entre dos sectores: el encabezado por Domingo, partidario de una política de centro izquierda y el liderado por Gordón Ordás que deseaba pactar con Lerroux.
Este conflicto interno estuvo en el centro de la remodelación del Gabinete (junio) y de su caída (septiembre 1933). Por eso, Domingo se vio en la obligación de firmar, junto con Azaña y Casares Quiroga, una carta que los tres enviaron al presidente de la República tras el fracaso del centro izquierda en las elecciones de noviembre de ese año, pidiéndole que convocase nuevas elecciones. Petición que fue desestimada por considerarla aquél un golpe de Estado. Los escrúpulos legalistas de Domingo afloraron durante la sublevación de octubre de 1934 por una cuestión de principios que le llevaba a no saltarse la legalidad. Por ese mismo motivo también se posicionó con firmeza contra la amplitud de la represión gubernamental.
En abril de 1934, los seguidores de Domingo agrupados en el denominado PRRS Independiente, los de Azaña en Acción Republicana y los de Casares Quiroga en la Organización Republicana Gallega Autónoma, se habían fusionado en una nueva formación: Izquierda Republicana (IR), de la que Azaña y Domingo fueron presidente y vicepresidente, respectivamente.
En las elecciones de febrero de 1936 encabezó la candidatura tarraconense del Front d’Esquerres que resultó vencedora, siendo nombrado nuevamente ministro de Instrucción Pública (20.II), pero abandonó el cargo meses después cuando Casares Quiroga fue designado primer ministro en sustitución de Azaña.
Domingo abandonó el Gabinete con la sensación de haber sido marginado, que no le abandonó a pesar de ser el nuevo presidente de IR, cargo que dejaba vacante Azaña al ascender a la primera magistratura del país.
En el nuevo Ejecutivo del 19 de julio encabezado por José Giral volvieron a dejarlo al margen del poder, lo que le llevó a un gradual alejamiento de la política activa, hasta que en agosto, después de consultas con Azaña y Giral —por iniciativa propia—, decidió defender a la República en el frente internacional.
A partir de septiembre se estableció en París, realizando viajes de propaganda por Francia, Gran Bretaña y Bélgica. El 14 de octubre de 1936 inició otro periplo por Estados Unidos y Canadá y en enero de 1937 volvió a Estados Unidos. También recorrió México y Cuba.
La tragedia de la revolución y la marcha de la guerra le hicieron ser pesimista sobre la realidad española; por eso, en julio de 1938, envió una carta privada al presidente del Consejo, Juan Negrín, alejándose de su política.
Murió en Toulouse el 2 de marzo de 1939, abrumado por la inmensidad de la tragedia del exilio, sin que sus largos años de vida política reportasen a su viuda otra fortuna que no fuese la transparencia y la dignidad de su legado.
Obras de ~: Teatro: Flores del Almendro y Táctica Nueva, Tortosa, Imprenta Querol, 1906; A vuela pluma, Tortosa, 1903-1906; Política pedagógica, Barcelona, AEP, 1911; La afirmación de la personalidad colectiva como base de la pedagogía social, Ateneu Igualadí de la Classe Obrera, 1911; Temas, Tortosa, Monclús, 1916; ¿Qué es España y qué es Cataluña?, 1916; España en pié por un diputado a Cortes, Barcelona, A. López, 1917; En esta hora única, 1917; ¿Qué espera el rey?, Tortosa, Monclús, 1918; En la calle y en la cárcel. Jornadas Revolucionarias, Madrid, Renacimiento, 1921; Alas y garras, Madrid, Mundo Latino, 1922; Un visionario, Madrid, col. La Novela de Hoy, 1922; ¿Qué es España?, Madrid, Atlántida, 1925; Vidas rectas: comedia en tres actos, Madrid, S.M., 1925; On va Catalunya?, Barcelona, Llibrería Catalonia, 1926; El pan de cada día. Comedia en tres actos, Madrid, Prensa Moderna, 1926; La isla encadenada, Madrid, 1926; Libertad y autoridad, Madrid, Javier Morata Ediciones, 1928; Una dictadura en la Europa del siglo XX, Madrid, col. Historia Nueva, 1930; ¿Qué espera el rey?, Madrid, Javier Morata Ediciones, 1930; ¿A dónde va España?, Madrid, col. Historia Nueva, 1930; La escuela en la República, Madrid, M. Aguilar, 1932; Doña María de Castilla. Drama en cuatro actos, Madrid, 1933; La experiencia del poder, Madrid, Tipografía S. Quemades, 1934; La revolución de Octubre. Causas y experiencias, Barcelona, Llibreria Catalonia, 1935; Conferencia pronunciada por el eximio político [...] sobre la economía nacional en la Constitución, pronunciada en el Ateneo de Madrid el día 18 de marzo de 1935, Madrid, 1935; España ante el mundo, México, Nuevo México, 1937; México ejemplo: El mundo ante España, París, La Téchnique du Livre, 1938.
Bibl.: G. Alomar, El frente espiritual, Tortosa, Monclús, 1918; J. Besteiro, La huelga de agosto en el Parlamento. Acción de la minoría socialista. Discursos de J. Besteiro, I. Prieto, A. Saborit, D. Anguiano, F. Largo Caballero y M. Domingo, Madrid, F. Peña, 1918; G. Alberola, Marcelino Domingo, Alicante, Imprenta Hijos de J. García, 1919; J. B. Foguet, Datos para la historia política de Tortosa. Las hazañas de Marcelino Domingo y las peripecias de un alcalde de Real Orden, Tortosa, Imprenta Querol, 1919; A. Garcitoral, La ruta de Marcelino Domingo, Madrid, Javier Morata Ediciones, 1930; F. Madrid, Els exiliats de la Dictadura. Reportatges i testimonis, Barcelona, A. López, 1930; V. Marco Miranda, Las conspiraciones contra la Dictadura, Madrid, 1930; R. Llopis, La revolución en la escuela, Madrid, M. Aguilar, 1933; J. M. Poblet, La catalanitat de Marcel·lí Domingo, Barcelona, Teide, 1978; J. Avilés, La izquierda burguesa en la II República, Madrid, Espasa Calpe, 1985; J. Ll. Carod Rovira, Marcel·lí Domingo. De l’escola a la República, Tarragona, El Mèdol, 1989; J. Sánchez Cervelló (coord.), Marcel·lí que torna, Tarragona, Amics de l’Ebre-Port de Tarragona, 1995; J. Subirats Piñana, Marcel·lí Domingo per ell mateix, Barcelona, Viena-Columna, 1995; X. Pujades Martí, Marcel·lí Domingo i el marcel·linisme, Barcelona, L’Abadia de Montserrat, 1996; J. Sánchez Cervelló, Conflicte i violència a l’Ebre. De Napoleó a Franco, Barcelona, Flor del Vent, 2001; À. Duarte, Republicans. Jugant amb foc (de Lluís Companys a Josep Tarradellas), Barcelona, L’Esfera dels Llibres, 2006.
Josep Sánchez Cervelló