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Antonio Francisco Mejía de Tovar y Paz

Biografía

Mejía de Tovar y Paz, Antonio Francisco. Conde de Molina de Herrera (III). Madrid, 28.IV.1617 – 9.IX.1674 post. Militar, embajador y caballero de la Orden de Calatrava.

Segundogénito de Pedro Mejía de Tovar y Velázquez —fallecido en 1637, I conde de Molina de Herrera, caballero de Santiago, natural de Villacastín, mayordomo del cardenal infante y consejero de Hacienda— y de Elvira Clara de Paz —fallecida en 1628, natural de Salamanca—, ambos fundadores del Convento de Santa Clara en Villacastín. Su tío paterno, Alonso Mejía de Tovar (muerto en 1636), fue obispo de Mondoñedo y de Astorga.

Felipe IV le hizo merced del hábito de Calatrava el 2 de noviembre de 1622, cuando apenas contaba cinco o seis años de edad. Después sirvió como menino de la reina Isabel de Borbón y, tras recibir el estoque, sentó plaza de soldado en el tercio de Infantería de su hermano mayor, Pedro Mejía de Tovar (1614-1664), ya II conde de Molina por la muerte del padre. Con él se halló en la toma de Salces, donde su compañía fue la primera en entrar en la plaza, siendo designado su hermano para llevar al Rey la noticia de su captura (6 de enero de 1640). Antonio le acompañó a la corte mientras el tercio invernaba en Calella a las órdenes del sargento mayor Baltasar Pantoja. Dicho tercio quedó diezmado durante la insurrección del Principado, logrando llegar algunos supervivientes a Perpiñán, donde fueron reformados e incorporados a otras unidades. Su hermano sería nombrado posteriormente capitán de una compañía en la coronelía del príncipe Baltasar Carlos, desde su formación (1642), de la cual Antonio fue teniente. Aquel mismo año marchó a la jornada de Felipe IV a Cataluña, formando durante el viaje la guardia al Rey; después se halló en la batalla de Lérida (17 de octubre de 1642), en la cual se distinguieron tanto su coronelía como la del conde duque, aunque al anochecer el ejército se retirara hacia Torre de Segre. Debido a una disputa con otros capitanes de la coronelía, el conde de Molina fue enviado a la corte para servir de consejero de Hacienda, quedando Antonio a cargo de su compañía, que mandó en el asedio de Lérida y en la batalla en que se derrotó al ejército de socorro del conde de La Motte (14 de mayo de 1644), que permitiría la posterior captura de la plaza, el 3 de agosto de 1644.

Tras la muerte del príncipe Baltasar Carlos, en 1646, pasó a servir en la casa de Juan José de Austria, hijo bastardo de Felipe IV, a quien su padre le había concedido la dignidad de príncipe de España en 1643 y de quien llegaría a ser mayordomo mayor. Le asistió en la dominación de la revuelta de Nápoles (1647- 1651), en la reconquista de Barcelona (1652-1653), en su etapa de virrey de Cataluña (1653-1655), y en su gobierno de los Países Bajos (1655-1659), de cuyo ejército sería nombrado inspector general (veedor) en sustitución de Diego Enríquez de Castro (1660- 1665), errando Baena al reconocerle dicho empleo tan prontamente como 1654. Según consta (Archivo Histórico Nacional, expediente de Tomás Fraula), aún servía como veedor general del Ejército de Flandes el 12 de febrero de 1665. Ínterin sucedió en la casa, títulos y señoríos de su hermano, que murió sin posteridad, sirviendo el cargo de asistente de Sevilla (13 de julio de 1664).

Designado embajador en Londres por Felipe IV, llegó a dicha ciudad desde Bruselas el 16 de abril de 1665, donde permanecería hasta la primavera de 1669 (6 de junio), tras haber sido confirmado en el puesto por Carlos II, que le nombró después embajador ante Luis XIV. Se hallaba desempeñando esta embajada cuando, en virtud de instrucciones reales de 3 de junio y 1 de julio de 1670, hubo de regresar a Londres, ahora como enviado extraordinario ante Carlos II de Inglaterra, para cerrar los acuerdos comerciales previstos en el Tratado de Madrid (8 de julio de 1670), que puso fin a las hostilidades en América entre España e Inglaterra. Logró una equilibrada reciprocidad en las concesiones comerciales que habrían de poner fin al contrabando británico, aunque éste no llegó a decrecer sensiblemente pese a que la Corona inglesa dejase de incentivarlo. Esta segunda gestión en Londres se prolongó desde el 18 de septiembre de 1670 hasta el 5 de enero de 1672, en que retornó a París, donde continuó sirviendo la embajada ordinaria hasta mediados de 1673. Regresó entonces a su Madrid natal para servir el puesto de consejero del Supremo de Guerra. Murió el año siguiente, sin sucesión, tras haber testado el 9 de septiembre de 1674 con el nombre de Antonio Mexía de Tobar y Paz, señor de las villas de Monterrubio, Santo Domingo de las Posadas, Pozanco, Tobar y Molina de Herrera.

 

Fuentes y bibl.: Archivo Histórico Nacional, Sección Nobleza, Fernán Núñez, Testamentos de la familia Mejía de Tobar, Condes de Molina, 1570-1711, ms., C. 640, D. 1-19; Órdenes Militares, Calatrava, exp. 1582 y expedientillo n.º 13029 “Pruebas para la concesión del título de Caballero de la Orden de Calatrava de Antonio Francisco Mejía de Tovar y Paz, natural de Madrid, 1622”; Estado, leg. 1299, apd. 2 [exp. de Tomás Fraula etapa como veedor general]; leg. 1640, fols. 142, 344 y 381 [gastos de su embajada extraordinaria en Londres (1670-1672)].

J. A. Álvarez y Baena, Hijos de Madrid ilustres en santidad, dignidades, armas, ciencias y artes, t. I, Madrid, Benito Cano, 1789, págs. 162-163; J. L. Barrio Moya, “La colección pictórica del hidalgo segoviano Don Antonio Mexia de Tovar, tercer Conde de Molina de Herrera”, en Estudios Segovianos, t. XXXV, n.º 91 (1994), págs. 495-542; J. P. Alzina, Embajadores de España en Londres, Madrid, Ministerio de Asuntos Exteriores, Secretaría General Técnica, 2001, pág. 123; M. A. Ochoa Brun, Embajadas y embajadores en la Historia de España, Madrid, Aguilar, 2002.

 

Juan Luis Sánchez Martín

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