Beck y Capelle, Juan Jorge de. Barón de Beaufort, en Flandes, Pfaffenthal (Luxemburgo), 1588 – Arras (Francia), 23.VIII.1648. Caballero de Santiago, militar.
Nació en el seno de una familia humilde. Su padre era postillón o mensajero, oficio que él mismo desempeñó —tras haber sido zagal en su infancia—, antes de ingresar en la milicia, algo tardíamente, cuando contaba treinta años de edad. Su baja extracción no representó obstáculo para que Felipe IV le concediera un hábito de Santiago (9 de abril de 1644), cuyas pruebas se aprobaron con extremada brevedad, ya que el título fue despachado al año siguiente. Para entonces, había sido previamente ennoblecido por el Emperador y era gobernador y capitán de Luxemburgo, el primer nativo que alcanzaba tan alta dignidad bajo la Casa de Austria. Finalmente, alcanzó los títulos de barón de Beaufort y señor de Widim y de Ringsheim.
Beck ingresó de soldado en el Ejército Imperial en 1618. Su carrera fue meteórica, pues nueve años más tarde era teniente coronel (1627); en 1629 tenía su propio regimiento, y, en 1632, Wallestein le nombró general mayor y comandante de la guarnición de Praga (1633). Sin embargo, supo mantener su lealtad al emperador Fernando II y contribuyó a la caída de su antiguo protector, siendo recompensado con una patente nobiliaria del imperio (25 de febrero de 1634), la coronelía del regimiento que tuvo Aldringen, tras la muerte de éste (25 de febrero de 1634), y la baronía de Widim, en Bohemia (18 de abril de 1637). Desde 1636 cooperó con el ejército de Alsacia, financiado entre el rey de España y el Emperador, y aquel año participó en la invasión de Francia con el cuerpo de ejército de Piccolomini. En 1638, a las órdenes del mismo, coadyuvó al levantamiento del asedio francés sobre Saint Omer.
A primeros de junio de 1639, el mariscal Pfeuquières cayó con su ejército sobre la importante plaza de Thionville, acabando las líneas de circunvalación al oeste de la villa el día 6. Aún precisaba tres días para completar su circuito, pero Piccolomini no le dio tiempo para ello. El mismo día su vanguardia alcanzaba Ottange, a tres leguas del campo francés, sin que fuese advertido, y, a las siete de la mañana del día siguiente, Beck sorprendía las líneas francesas por la parte de Guetrange, aunque el mariscal francés logró reagrupar sus fuerzas en torno a Florange, tras el río Fensch. Comenzó entonces un combate dudoso, debido a la ventajosa posición del enemigo, pero Beck —rodeándola por Veymerange— puso en fuga a la caballería francesa y su infantería hubo de batirse en retirada, perseguida por el barón de Soye. El mérito de la victoria fue para el comandante en jefe, Piccolomini, aunque Beck había hecho casi todo el trabajo.
Considerándose postergado por no haber recibido recompensas comparables a las de aquél, pasó al servicio del rey de España, que le recibió en sus ejércitos con el grado de sargento general de batalla y le mantuvo la coronelía de su regimiento, transferido al servicio real con el consentimiento del Emperador. Se conserva una certificación suya, como coronel de este regimiento de infantería alemana, sobre los servicios del coronel Van den Lahr, que permite reconocer las operaciones en que intervino desde dicho año de 1639.
Beck no lo mandó personalmente, ya que, en abril de 1640, fue designado maestre de campo general del ejército de Alsacia, ahora al mando del duque de Lorena; Fadrique Enríquez, castellano de Milán, y el marqués de Lède sirvieron a sus órdenes, respectivamente, como generales de la caballería y artillería de dicho ejército.
El 18 de enero de 1642, Felipe IV le nombró su gobernador y capitán general del ducado de Luxemburgo y condado de Chiny. Beck hizo su entrada en la capital de su gobierno el 2 de marzo siguiente. El júbilo de la población fue enorme, multiplicándose los festejos, los desfiles, las cabalgatas y las representaciones teatrales para celebrarlo. Poco después abandonaba Luxemburgo para unirse al ejército de Melo, nuevo gobernador de los Países Bajos, en La Bassée (24 de mayo), plaza que acababa de recobrar (el 13 del mismo mes) tras haber reconquistado Lens previamente (18 de abril). Por orden de Melo, Beck dispuso la marcha nocturna del ejército (25 de mayo), formado en batalla, para atacar a la mañana siguiente al mariscal de Guiche, atrincherado en torno a la abadía de Honnecourt, cerca de Le Catelet. Al día siguiente, el ejército español derrotó completamente al francés, causándole 4.000 mil bajas y capturando 3.369 prisioneros (según la relación pormenorizada que se formó), y fue fama que Beck inspiró en todo momento a Melo cuanto debía ejecutarse. Fue él quien reconoció la posición del enemigo, quien compuso el despliegue de las tropas y quien dispuso la forma de atacar las fortificaciones. Más aún, refiere el mismo Vincart, secretario de los avisos secretos de guerra del propio gobernador general, que “el barón de Becq se halló en medio de todo y en los mayores peligros, disponiendo y ordenando lo necesario, y viendo que por el costado derecho no se atacaba, mandó al teniente de maestre de campo general Orozco que fuese hacer avanzar los batallones [...]” (1873: 156).
Según dicho relato, compuesto para su remisión a Felipe IV, fue Beck quien tomó las decisiones tácticas pertinentes, lo que no ha de extrañar considerando que Melo era un cortesano sin experiencia militar.
Tras la batalla, mientras el gobernador invadía el Boloñés (Boulonnais), quedó al mando de un cuerpo de ejército para defender las provincias de Artois y Hainaut frente al segundo ejército francés, al mando del conde de Harcourt, ante el cual tomó el castillo de Dolhem (7 de agosto). Concluida la campaña, el cuerpo de ejército que había tenido a su cargo marchó a invernar en Luxemburgo, y recibió instrucciones —en abril de 1643— de reunirse con el ejército de Melo para el asedio de Rocroi, adonde éste llegó el 13 de mayo. El día 18 se presentó a socorrer la plaza un ejército francés al mando del duque de Enghien —futuro príncipe de Condé— y Melo envió un correo a Beck, que se hallaba a una jornada de camino, para que acelerara su marcha. Aquella misma tarde, Melo se halló en una coyuntura ventajosa para haber atacado a los franceses, pero renunció a hacerlo porque aguardaba a Beck a la mañana del día siguiente.
Sin embargo, Enghien, que supo la circunstancia por la delación de un desertor, le atacó a las cuatro de la mañana, tratando de vencerle antes de que Beck pudiera reforzarle. Según el duque de Alburquerque, que mandó la caballería en la batalla, Melo fue derrotado porque “no dispuso su ejército para pelear, sino para mostrarle”. En efecto, el general español esperaba impacientemente a Beck de un momento a otro; le aguardaba para que aquel experimentado soldado le llevara otra vez a la victoria, como en Honnecourt el año anterior. Pero Beck solamente llegó a tiempo de recoger a los restos de un ejército que no luchó para vencer, sino que se limitó a esperar su llegada.
El 17 de junio de 1643, el vencedor el Rocroi puso sitio a Thionville. Beck, que había llegado el día anterior, organizó la defensa con las tropas que pudo sacar de Luxemburgo, pero en esta ocasión no fue socorrido y hubo de capitular el 8 de agosto, salvando —al menos— a la guarnición, que pudo recogerse en Luxemburgo. Pero su defensa desorganizó al ejército francés, que no pudo emprender ninguna otra conquista aquel año. Mejor fortuna tuvo ante el mismo rival al año siguiente, como describe nuevamente Vincart: “El duque de Enghien salió de su plaza de armas de Vitry y marchó hacia Luxemburgo, pero el barón de Beck, con su cuerpo de ejército, se opuso con tal valor a sus designios que a cualquier parte que el duque se dirigía siempre le hallaba enfrente para resistirle; así, desesperando del éxito, marchó con su ejército hacia el Rhin” (1869: 43).
Durante la campaña de 1645 mandó Beck el cuerpo de ejército opuesto a los holandeses, cuya iniciativa pudo contener hasta que cayó gravemente herido a primeros de octubre. Federico Enrique de Nassau supo aprovechar su ausencia para sitiar Hulst, que se rindió el 4 de noviembre tras veintiocho días de asedio.
Aquel mismo año, por Real Patente expedida en Zaragoza (12 de noviembre de 1645), Felipe IV le designó maestre de campo general de los Países Bajos, el segundo cargo de mayor importancia militar de aquel Estado, sólo subordinado al gobernador general, que lo era entonces Manuel de Moura y Corterreal, marqués de Castelrodrigo; su gobierno de Luxemburgo fue concedido poco después a Felipe Francisco de Croy (1609-1650), conde de Solre, duque de Havré y caballero del Toisón. Aquel año aprovechó Beck su convalecencia para adquirir el castillo y señorío de Beaufort, que mandó reconstruir en estilo renacentista, pero no llegó a disfrutarlo. Hoy es propiedad del Estado luxemburgués y puede visitarse.
En la siguiente campaña (1646) debía mandar en jefe el ejército de Alsacia, entonces reducido a tres mil infantes y mil doscientos caballos porque, al hacerse cargo del mismo sólo halló los tres regimientos del rey de España (el suyo, el de Fitzgerald y el de Reicheling), no habiéndose incorporado aún los tres que debía enviar el Emperador, que nunca llegaron. Por ello, hubo de unir sus fuerzas con las del duque de Amalfi y actuar como su segundo. Pero fue él quien sorprendió el cuartel del mariscal Rantzau en Kuurne (Cuerne), junto al río Lys (23 de junio), y se encargó posteriormente de la defensa de los puestos del Escalda entre Termonde y Gante. Luego regresó a Bruselas para disponer el acantonamiento de las tropas.
En 1648 se halló por tercera vez frente al duque de Enghien. Fue en la batalla de Lens (20 de agosto), ahora a las órdenes de un nuevo gobernador, el archiduque Leopoldo Guillermo (1614-1662), a quien aquél logró atraer hacia el terreno que le convenía fingiendo que se retiraba. Beck se puso al frente de los escuadrones de la caballería alsaciana, prácticamente los mismos que, en Rocroi, al mando de Isenburg, habían arrollado a la caballería francesa que tenían enfrente. Lo logran de nuevo, incluso desbandan a la gendarmería (caballería pesada) de Châtillon, que había acudido en apoyo de su vanguardia; pero, como en Rocroi, los croatas arrastran al resto de los jinetes al saqueo del bagaje y Condé logra restablecer la situación. La caballería de Beck, como en Rocroi, se dispersa y abandona el campo de batalla ante la desesperación de su jefe, que se arroja él solo sobre el enemigo, tratando de dar ejemplo y ser imitado. Nadie le sigue; cae acribillado por los disparos sin que tampoco le socorra nadie. Capturado por los franceses, fue traslado a Arras en la propia carroza de su caballeroso enemigo, el gran Condé. Allí rehusó recibir asistencia médica y expiró tres días más tarde, dejando por heredera a una hija, Sidonia, que casó con Francisco Schelleart, señor de Muggenhausen.
Fuentes y bibl.: Archivo Histórico Nacional, secc. Ordenes Militares, Santiago, Pruebas para la concesión del título de Caballero de la Orden de Santiago de Juan Jorge de Beck y de Capela, natural de Luxemburgo, Barón de Beaufort, 1645, exp. 938; secc. Estado, Certificación (autógrafa) de los servicios militares del coronel Juan de Behr van der Lahr, que firma en Luxemburgo, el 5.XI.1643, como Baron de Beck, Mtro. de Campo General y coronel por SM y gobernador y Capitán General del Pays y Ducado de Luxemburgo y Condado de Chini, apd. 1, exp. 1285 de Behr.
Election de David au gouvernement du peuple d’Israel, practiquée par la Providence divine, répresentée et dediée a S. E. Monseigneur le Baron de Beck, Maistre de Camp général des Armées de Sa Majesté, Gouverneur & Capitaine général du Duché de Luxembourg & Comté de Chiny, a l’heureuse entrée de son gouvernement, Tréveris, Jeunesse du Collège de la Compagnie de Jesus à Luxembourg, H. Reylandt, 1642; M. G. Delvenne, Biographie du Royaume des Pays-Bas, ancienne et moderne, Liège, Vve. J. Desoer, 1828-1829, 2 vols.; A. Neyen, Biographie luxemburgeoise, Luxembourg, 1860, 2 vols.; C. Rahlenbeck, “Jean de Beck, 1588-1648”, en Biographie nationale de Belgique, vol. II, Bruxelles, 1866-1938, págs. 72-74; J. A. Vincart, Relations des campagnes de 1644 & 1646, tirées des Archives du Royaume, ed. de P. Henrard, Bruxelles, Société de L’Histoire de Belgique, 1869; Relación de los progresos de las Armas del S. M. Catholica el rey D. Phelipe IV [...] gobernadas por el Ilmo.
y Excmo. señor D. Francisco de Melo [...] de la campaña del año 1642, en Colección de Documentos inéditos para la Historia de España, vol. LIX, Madrid, 1873, págs. 115-204; Relación de la campaña del año de 1645 [...] dirigida a S. M. Católica, el Rey Phelipe IV, en Colección de Documentos inéditos para la Historia de España, vol. LXVII, Madrid, 1877, págs. 459-586; A. Pérez de Vivero, Relación de lo sucedido en Flandes desde 1648 hasta 1653, siendo general del Ejército de S. M. católica el conde de Fuensaldaña, en Colección de Documentos inéditos para la Historia de España, vol. LXXV, Madrid, 1880, págs. 547- 576; A. Prinsen y P. Stockman, De tuyn ghesloten: het beleg van Hulst anno 1645, Hulst, Maelstede, 1993; J. L. Sánchez, “El barón de Beck”, en Dragona (Madrid), 3 (1993), pág. 56; J. L. Sánchez, Un plano inédito de la batalla de Honnecourt, Madrid, Researching & Dragona, 2000, págs. 26-41.
Juan Luis Sánchez Martín