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Antonio de Córdova y Lasso de la Vega

Biografía

Córdova y Lasso de la Vega, Antonio de. Sevilla, 1740 – 19.II.1811. Marino y explorador.

Nació en la ciudad Sevilla, en el año de 1740, ingresando en la escuela de Guardias Marinas de Cádiz en el año de 1755. Tomó parte en el socorro a la ciudad de Ceuta, para levantar el sitio que los moros habían puesto a la plaza. Destinado después a la escuadra de Andrés Reggio, pasó al departamento de Cartagena.

Embarcado en el navío Soberano condujo a Carlos III de Nápoles a Barcelona. En el año 1762, embarcado en el navío Aquilón y a las órdenes del marqués del Real Transporte, contribuyó a la defensa del Castillo del Morro de La Habana, donde fue hecho prisionero por los ingleses y transportado a España en el año 1763. Al mando del paquebote Marte fue incorporado a la escuadra del marqués de Casa Tilly, tomando parte en la ocupación de la isla de Santa Catalina, Río Grande y Colonia de Sacramento. En 1785 se organizó una expedición con la fragata de treinta y seis cañones Santa María de la Cabeza al mando de Antonio de Córdoba ya capitán de navío, y con Fernando Miera como segundo comandante, para comprobar si era más conveniente la navegación por el estrecho de Magallanes que por el cabo de Hornos para proporcionar pronto socorro a todas las colonias de América. El objetivo inmediato, además del geopolítico, presente siempre, era levantar cartas precisas de aquellos lugares pues sólo se contaba con la cartografía inglesa poco contrastada, y poner a prueba los nuevos instrumentos y métodos de observaciones astronómicas que ya se habían ensayado en la Península con la expedición de Vicente Tofiño para realizar el Atlas Marítimo de España. Para este fin llevaban a bordo los nuevos relojes de longitud de Berthoud, prestados por el Observatorio Astronómico de Cádiz, además de una colección completa de instrumentos adquiridos en Londres. Todos estos instrumentos fueron manejados por Dionisio Alcalá Galiano y Alejandro Belmonte, oficiales astrónomos. También se debe a estos oficiales los diarios de la expedición llenos de detalles etnográficos y de ciencias naturales, el derrotero y las cartas esféricas, mientras que el piloto Joaquín Camacho se encargó de hacer los planos particulares de puertos, bahías y ensenadas.

La expedición de la Santa María de la Cabeza levantó una abundante cartografía manuscrita, determinó la conveniencia de hacer la travesía por el cabo de Hornos y estableció el protocolo de actuación en esta clase de expediciones. Como por causa de los vientos contrarios, lo avanzado de la estación y la falta de amarras, se dejó de visitar la parte occidental del estrecho, en el año 1788 se organizó otra expedición para finalizar estos trabajos. En esta ocasión se eligieron los paquebotes de dieciséis cañones Santa Casilda y Santa Eulalia, que eran de poco calado y más ligeros y manejables que las fragatas e iban forrados en cobre para evitar problemas con la broma, muy abundante en esas aguas. Al mando de ellos iba también Antonio de Córdova, que ya había comandado la primera expedición. Cosme Churruca, que era teniente de navío, fue destinado como oficial hidrógrafo en el paquebote Santa Casilda. Ciriaco Cevallos, teniente de fragata, iba con el mismo encargo en el Santa Eulalia.

Con muchas fatigas debido al clima de la zona y a los problemas de la navegación en aquellas costas tan quebradas, consiguieron determinar las posiciones relativas por medio de una serie de triángulos de primer grado, de todos los puntos notables de la costa sur del estrecho hasta el cabo Pilar. Sus reconocimientos se ciñeron a la costa de la Tierra de Fuego hasta la salida al Pacífico, ya que por la norte del estrecho no se podía navegar por el peligro de islas y rocas y por la falta de fondeaderos. La expedición regresó a Cádiz el 13 de marzo de 1789, publicándose enseguida sus resultados y alcanzando el reconocimiento científico internacional. Esta expedición, desarrollada en dos fases, tiene una extraordinaria importancia entre las que organizó la Marina en el siglo XVIII por varias razones: fue la primera que se organizó según la Instrucción de Floridablanca, sentó las bases para la organización del resto de las expediciones científicas de la Marina, incluida la de Malaspina, y puso de manifiesto la necesidad de organizar un depósito hidrográfico para guardar y grabar después las cartas producidas en ella.

En el año de 1794, Antonio de Córdova fue ascendido a jefe de escuadra, en agradecimiento a la labor desarrollada en las tierras de América. En 1797 se le destinó al departamento de Cádiz, como general subordinado en la escuadra de José de Mazarredo. En el navío de tres puentes Reina Luisa tomó parte en los combates para rechazar los ataques de las lanchas armadas de Nelson. En el año 1799, junto con la flota francesa del almirante Bruix llegó al puerto de Brest, donde fue relevado del mando de la escuadra por el general Mazarredo, a favor del general Federico Gravina, que salió en la expedición que se realizó contra la isla de Santo Domingo, en compañía del almirante francés Villaret y el general Leclerc.

En 1802 regresó con la flota al arsenal y bahía de Cádiz. Fue ascendido a teniente general en la promoción que se llevó a cabo, por el enlace matrimonial del príncipe de Asturias. Falleció en la ciudad de Sevilla, donde se había retirado, el 19 de febrero de 1811.

 

Obras de ~: Diario de navegación que va a hacer el capitán de navío D. Antonio de Córdoba sobre la fragata de S. M. Santa María de la Cabeza, con destino de reconocer el estrecho de Magallanes, sondar sus puertos, bahías, calas y ensenadas, bajos, placeres y bancos; observar los vientos reinantes y períodos de sus mareas, examinar los canales principales y levantar planos del todo haciendo las observaciones astronómicas que permita la intemperie de su situación, Años de 1785 y 1786, en Museo Naval, sign. MS. 615, 146 hojas; Diario de la navegación del capitán de navío Antonio de Córdoba Laso de la Vega en los paquebotes Santa Casilda y Santa Eulalia. 1788 y 1789 al reconocimiento del Estrecho de Magallanes, en Museo Naval, sign. MS. 616 bis.

 

Bibl.: Relación del último viaje al Estrecho de Magallanes de la fragata de S. M. Santa María de la Cabeza en los años de 1785 y 1786. Extracto de todos los anteriores desde su descubrimiento impresos y MSS. y Noticia de los habitantes, suelo, clima y producciones del estrecho, Madrid, 1788; Apéndice a la relación del viaje al Magallanes de la fragata de guerra Santa María de la Cabeza que contiene el de los paquebotes Santa Casilda y Santa Eulalia para completar el reconocimiento del estrecho en los años de 1788 y 1789, Madrid, Imprenta de la viuda de D. Joaquin Ibarra, 1793; F. P. Pavía, Galería biográfica de los generales de Marina, jefes y personajes notables que figuraron en la misma corporación desde 1700 a 1868, t. II, Madrid, Imprenta de J. López, 1873, págs. 369-372; J. Oyarzun, Expediciones españolas al estrecho de Magallanes y Tierra del Fuego, Madrid, 1976; H. Rodolfo y E. Ramírez Rivera, Don Antonio de Córdoba y la primera expedición científica española reconocedora del estrecho de Magallanes (1785-1789): viaje de la fragata Santa María de la Cabeza y de los paquebotes Santa Casilda y Santa Eulalia de la Real Armada, Santiago de Chile-Madrid, Embajada de España, 1990; I. Vázquez de Acuña. “Las exploraciones del estrecho de Magallanes por el capitán de navío don Antonio de Córdoba y Lasso de la Vega: su primer viaje (1788-1789)”, en Revista de Historia Naval, año X, n.º 22, n.º 84 (2004), págs. 7-26; L. Martín-Merás, “Cosme Damián de Churruca, científico: ilustración versus adocenamiento”, en C. Damián de Churruca y L. Martín-Merás (coords.), Cosme Damián de Churruca. Vivió para la Humanidad, murió por la patria, catálogo de exposición, Madrid, Museo Naval Junio-noviembre de 2005, págs. 21-40; J. A. Maeso Buenasmañas, Expediciones navales españolas a la Patagonia argentina durante el siglo XVIII, Madrid, Ministerio de Defensa, 2005.

 

Luisa Martín-Merás

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