Río Ramos, Luis del. Sevilla, 8.XI.1824 – XII.1900. Político y jurista.
Nacido en el seno de una familia de ricos labradores, hijo de Vicente del Río y de Antonia Manuela Ramos, su padre destinó buena parte de su patrimonio a apoyar la causa nacional durante la Guerra de la Independencia.
Decididos sus padres a que su vástago recibiera una esmerada educación, tras finalizar el estudio de las primeras letras, recibió la enseñanza de latín en el hispalense Colegio de San Diego. A continuación, obtuvo la licenciatura en Jurisprudencia por la Universidad de Sevilla, y abrió un bufete en la capital del Guadalquivir, adquiriendo rápidamente fama y un considerable prestigio profesional, por lo que formó parte de la dirección del Colegio de abogados de la antigua Hispalis.
De ideas progresistas, fue miembro de la Milicia Nacional de 1840 a 1843 y de 1854 a 1856. En su juventud, asistió a las clases de gramática general y filosofía de Nicolás María Rivero, quien lo atrajo a la ideología democrático-republicana. Tendencia política que caló de tal forma en Río Ramos que en torno a 1848, tras los sucesos revolucionarios, fundó el Diario de Sevilla, difusor de los principios demócratas, que no resultó precisamente del agrado del gobierno moderado.
También escribió en el diario sevillano El Porvenir y colaboró en Madrid en La República Ibérica.
Precisamente, su apoyo a la Vicalvarada le valió el nombramiento de secretario general de la Universidad de Sevilla, puesto que desempeñó hasta el finiquito del Bienio Progresista.
Tras la precipitada salida de Isabel II del país como consecuencia de la Revolución de 1868, se declaró republicano federal, resultando elegido diputado a Cortes por Sevilla (1869-1871 y 1873-1874).
La irrupción de la Primera República posibilitó su designación para ocupar la jefatura de una cartera ministerial, la de Gracia y Justicia, para la que fue nombrado el 7 de septiembre de 1873 por el cuarto de sus presidentes, Emilio Castelar, cuya función principal era lograr la estabilidad política en un momento de profunda crisis y el restablecimiento del orden ante los levantamientos cantonalistas. Sin embargo, el 3 de enero de 1874 este Gobierno se vio obligado a dimitir tras el golpe de estado del general Pavía, que la noche anterior asaltó y disolvió las Cortes.
Tras este revés, Río Ramos abandonó la política nacional, retornando a su patria chica. No obstante, antes de su fallecimiento experimentó una fugaz y última estancia en las Cortes, al asumir el cargo de senador electo por la Sociedad Económica de Sevilla, sentándose en el escaño sólo durante unos pocos meses de 1894, pese a lo cual perteneció a varias comisiones de la Cámara Alta.
Asimismo, fue poseedor de un mediano patrimonio rústico en Sevilla, incrementado con el arrendamiento de distintas cantidades de tierra en poblaciones de la provincia hispalense, caso de Constantina.
Fuentes y bibl.: Archivo del Senado, Expedientes personales, HIS-0375-06; Archivo del Congreso de los Diputados, Serie documentación electoral, 61 n.º 22, 76 n.º 4.
Los diputados pintados por sus hechos: colección de estudios biográficos sobre los elegidos por el sufragio universal en las constituyentes de 1869, Madrid, R. Labajos y compañía editores, 1870, págs. 85-87; M. Ossorio y Bernard, Ensayo de un catálogo de periodistas españoles del siglo XIX, Madrid, Imprenta y litografía de J. Palacios, 1903-1904, pág. 379; J. M. Cuenca y S. Miranda, El poder y sus hombres. ¿Por quiénes hemos sido gobernados los españoles? (1705-1998), Madrid, Editorial Actas, 1998, págs. 758-761; J. R. Urquijo Goitia, Gobiernos y ministros españoles (1808-2000), Madrid, CSIC, 2001, pág. 300.
Francisco Miguel Espino Jiménez