Miquelarena Regueiro, Jacinto. El Fugitivo. Bilbao (Vizcaya), 11.I.1891 – París (Francia), 10.VIII.1962. Periodista y escritor.
Realizó sus estudios en Bilbao, que completó en colegios de Burdeos, Liverpool y Londres. En su ciudad natal inició la carrera periodística dedicado a la crítica deportiva: fundó la revista Norte Deportivo y en 1924 el periódico Excelsior, el primer diario especializado en deportes que se publicó en España. En Bilbao asistía a la tertulia “españolista” que en el café Lyon d’Or presidía Pedro Eguillor.
En 1929 publicó El gusto de Holanda, conjunto de ágiles crónicas viajeras de tono humorístico que fue el primero de sus frutos literarios tras los viajes que emprendió por Europa y América.
En 1930 se trasladó a Madrid para entrar como redactor de deportes en el diario ABC y colaborador de la revista deportiva Campeón. Desde 1932, ejerció la corresponsalía de ABC en el extranjero (París y Londres). Fue también corresponsal del diario Ya en Buenos Aires.
Fiel al género de su primer libro, en 1930 publicó Pero ellos no tienen bananas, y, en 1931, Veintitrés, crónicas y notas de viaje cargadas de humor vanguardista, suma de la impronta de Julio Camba y Ramón Gómez de la Serna.
Resultado de su dedicación al comentario deportivo es el libro Stadium, personalísimos e ingeniosos apuntes que suponen una visión diferente y diferenciadora del deporte.
En Madrid formó parte del círculo de escritores agrupados en torno a la figura de José Antonio Primo de Rivera y colaboró asiduamente en el semanario falangista F.E.
Al estallar la Guerra Civil española, consiguió refugiarse en la embajada de Argentina en Madrid.
Esta experiencia la refirió posteriormente en el relato El otro mundo. Tras ser evacuado y conducido hasta Marsella, en febrero de 1937 se instaló en Salamanca, incorporándose así a la España “nacional”.
Durante la guerra, fue director de programas de Radio Nacional de España. Concibió programas como El plato del día, escribió semanalmente las famosas aventuras de Pepinillo y Garbancito y una serie de perfiles irónicos de distintos personajes de la España republicana. El común denominador es el humor como arma de combate frente al enemigo.
Con eficacia militante escribió también numerosos artículos (firma “El Fugitivo”) en ABC de Sevilla, en La Nación de Buenos Aires y en Vértice. Algunos de estos artículos fueron incluidos en las páginas del volumen Cómo fui ejecutado en Madrid. En el año 1938 fue galardonado con el Premio Mariano de Cavia.
El humor de Miquelarena tuvo también expresión en La Ametralladora, periódico de humor bélico que creó junto a Mihura y Tono en 1938, y, posteriormente, en las revistas La Codorniz, Horizontes y Tajo.
Su producción literaria tras la contienda se mantuvo dentro de los caminos del humor. En 1939 publicó la colección de relatos breves Cuentos de humor y, un año después, la novela Don Adolfo el libertino.
En la posguerra residió en el extranjero como periodista corresponsal, oficio que no abandonó hasta su muerte. En 1940 fue corresponsal de guerra del diario ABC en Berlín; desde 1944 hasta 1949, corresponsal de la Agencia EFE en Buenos Aires; a partir de 1949 se ocupó de la corresponsalía de ABC en Londres, donde permaneció hasta 1960, fecha en la que se trasladó a París como corresponsal del mismo diario.
De las innumerables crónicas enviadas por Miquelarena, sólo se publicaron reunidas en libro (Un corresponsal en la guerra) una selección de las escritas para el diario ABC en el año 1941 desde Alemania y los frentes de guerra.
Jacinto Miquelarena murió en París el 10 de agosto de 1962 arrollado por el metro, en un accidente que ha sido generalmente interpretado como suicidio.
Sus contemporáneos destacaron su papel en el surgimiento y desarrollo de la prensa deportiva, así como la conjunción de sus dotes periodísticas y literarias, siempre aderezadas de ingenio y humor, en sus distintos quehaceres.
Obras de ~: El gusto de Holanda, Madrid, Espasa Calpe, 1929; Pero ellos no tienen bananas, Madrid, Espasa Calpe, 1930; Veintitrés, Madrid, Espasa Calpe, 1931; Stadium (notas de sport), Madrid, Espasa Calpe, 1934, Cómo fui ejecutado en Madrid, Ávila, Imprenta Católica Sigiriano Díaz, 1937; El otro mundo, Burgos, Ediciones Castilla, 1938; Unificación: diálogo heroico, Tolosa, Delegación de Prensa y Propaganda, 1938; Cuentos de humor, San Sebastián, Librería Internacional, 1939; Don Adolfo el libertino. Novela de 1900, Madrid, Ediciones Españolas, 1940; Un corresponsal en la guerra, Madrid, Espasa Calpe, 1942; El lenguaje del amor y Las mil y una frases peregrinas, Madrid, Aguilar, 1951; El joven piloto, Barcelona, Seix Barral, 1973.
Bibl.: J. C. Mainer, Falange y Literatura, Barcelona, Labor, 1971; A. C. Saiz de Valdivielso, Triunfo y tragedia del periodismo vasco, Madrid, Editora Nacional, 1977; E. Amézaga, Autores vascos, Bilbao, Gorka, 1984-1988; J. M.ª Martínez Cachero, “Miquelarena, un escritor en la guerra civil”, en Razón Española, n.º 29 (1988), págs. 281-300; M. Argaya Roca, Historia de los falangistas en el franquismo (19 de abril de 1937-1 de abril de 1977), Madrid, Plataforma 2003, 2003; P. y M. Carbajosa, La corte literaria de José Antonio: la primera generación cultural de la Falange, Barcelona, Crítica, 2003.
Mónica Carbajosa Pérez