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Mohammed b Abdelkrim

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Biografía

Abdelkrim Mohamed bEl Jattabi. Axdir (Marruecos), 1883 – El Cairo (Egipto), 5.II.1963. Insurrecto, periodista, político.

De familia integrada en la tribu rifeña de Beniurriaguel —aunque con raíces en la de Gueslaya—, su padre, el patriarca, también llamado Abdelkrim El Jattabi, alfaquí de Axdir, le envió a estudiar en Fez; estudios que siguió durante dos años. A su regreso logró un buen acomodo en Melilla, donde cultivó el periodismo —como director del suplemento árabe de El Telegrama del Rif— e incorporado luego a la Oficina de Asuntos Indígenas que dirigía el coronel Morales, donde impartió clases de chelja (dialecto beréber). En 1914, fue nombrado cadí-qudat. Pero a partir de esa fecha fue distanciándose de sus protectores, y nutriendo la idea de que la supuesta riqueza minera de la zona de Beniurriaguel-Tensaman era un patrimonio de los naturales, que podrían negociarlo con los alemanes para contrarrestar a las compañías francesa y española que explotaban, por concesión del sultán de Marruecos, las minas del Rif. Durante la Primera Guerra Mundial, sus contactos subterráneos con los alemanes —de acuerdo con el gran enemigo de Francia, Abdelmalek— que apuntaban en último término a la posibilidad de acabar con el Protectorado, previa la derrota de Francia, le costaron una prisión en el fuerte melillense de Cabrerizas Altas (1915-1917); un intento frustrado de fuga, al romperse la cuerda con que se descolgaba desde una almena, le provocó la cojera que padecería en adelante. Reincorporado a sus actividades en Melilla al llegar la paz, pero temiendo las represalias de Francia por sus relaciones con Abdelmalek, buscó refugio en Beniurriaguel y no retornó ya a la capital del Rif: su padre había sido asesinado poco antes, víctima de una oscura venganza de sangre. En el seno de su tribu, Abdelkrim se entregó a los preparativos de una rebelión armada, obligando a su hermano menor, Mahmed, que había cursado estudios en la Escuela Normal de Málaga, y obtenido luego una beca en la Residencia de Estudiantes, de Madrid, donde se hallaba a la sazón, a que se reuniese con él. La rebelión rifeña que estalló en 1921, aprovechando los fallos organizativos y tácticos del general Fernández Silvestre, muerto y desaparecido en la resonante derrota de Annual, que costó a España más de diez mil bajas y el hundimiento de la Comandancia de Melilla, constituyó el gran momento de Abdelkrim, cuyas hordas aplastaron las últimas defensas de Melilla en Nador y Monte Arruit, y a punto estuvieron de asaltar la capital del Rif. Pero reorganizadas en ésta, las fuerzas militares españolas, en las que destacaría ahora la llamada Legión Extranjera, recién creada por Millán Astray, se inició desde Melilla una lenta reconquista, llevada con prudencia y éxito por el alto comisario, general Berenguer, que devolvió a España las posiciones perdidas hasta alcanzar Drius (1922); sin embargo, a partir de ese momento, el frente quedó estabilizado, dadas las vacilaciones de los gobiernos de Madrid, agudizadas por el llamado Expediente Picasso (nombre del general que lo instruyó), a la búsqueda de responsabilidades por el Desastre, que afectaron al propio Berenguer. Abdelkrim, por su parte, proclamó la llamada “República del Rif” amenazando la unidad de Marruecos, y reforzó sus medios bélicos con el rescate pagado por España para liberar a los prisioneros de Monte Arruit.

Sobrevenida la dictadura de Primo de Rivera, marqués de Estella, el repliegue táctico decidido por éste en Yebala permitió a Abdelkrim lanzarse a una gran ofensiva que alcanzó incluso a la zona francesa, con grandes pérdidas para ésta, pero ello provocó como contrapartida el acuerdo París-Madrid (1925) que tuvo su fruto en el victorioso desembarco español en Alhucemas (concretamente en la playa de la Cebadilla) y el progresivo hundimiento de la “República del Rif”. En retirada desde ese momento, frente a la coalición franco-española, Abdelkrim hubo de entregarse a los franceses (26 de mayo de 1926), que le recluyeron en la isla de la Reunión, mientras los españoles ultimaban la pacificación de su zona. Liberado tras la finalización del Protectorado (1956), Abdelkrim se instaló en Egipto, donde murió en 1963.

 

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Carlos Seco Serrano

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