Ristori Guistiniani, Pedro Antonio. Nápoles (Italia), 28.V.1742 – San Fernando (Cádiz), 23.I.1823. Teniente general de la Armada.
Nació en Nápoles el 28 de mayo de 1742, siendo su padre Lucas Octavio Ristori Fiesco, gobernador de Melfi al servicio de Carlos VII de Nápoles quien, en recompensa a su fidelidad, concedió plaza a sus hijos para que pudieran emplearse a su servicio cuando tuvieran edad suficiente para ello; circunstancia a la que se debe que en los escalafones de la Real Armada española comenzaran a poblarse de marinos con el apellido Ristori.
Reinando ya en España Carlos de Nápoles con el nombre de Carlos III, Pedro Antonio Ristori sentó plaza en la Real Compañía de Guardia Marinas de Cádiz el 23 de agosto de 1759. Su primer embarque fue en el navío Princesa y su primer destino en Ferrol para hacer lo que se denominaba “el corso”, especie de guerrilla marítima que tuvo vigencia legal hasta que en 1856 la Declaración de París acordó la abolición de dicha práctica por contraria al derecho de gentes.
En 1763 ascendió a alférez de navío, embarcó en varios navíos desempeñando una comisión en Argel para un intercambio de prisioneros, prestó nuevamente servicios en Ferrol durante una década, navegando por aguas de dicho departamento promovido ya a los empleos de teniente de fragata y de navío, hasta que en 1778 llegó a Cádiz para embarcar en la escuadra que en unión de otra francesa pretendía invadir Inglaterra haciendo realidad aquel deseo histórico que un día pretendiera Felipe II, operación nuevamente frustrada, por lo que tras su desembarco y promovido a capitán de fragata llegó a La Habana como segundo comandante del navío Guerrero con el que participó en algunas acciones bélicas, regresó a España e intervino en el sitio de Gibraltar y más tarde en la batalla de cabo Espartel, encarnizada lucha entre la escuadra española y la inglesa.
Al comenzar el reinado de Carlos IV se le concedió un año de licencia al término de la cual sufrió un grave accidente a consecuencia de la caída de un caballo cuando se disponía a regresar a Cádiz. Tras un período de recuperación se incorporó a su destino en el departamento gaditano.
En 1789 ascendió a capitán de navío y se le encomendó el mando del navío San Joaquín participando en todas las operaciones de la defensa de Orán y Ceuta hasta su final (1790-1791), pero al declararse la guerra con Francia navegó al mando del navío Oriente dedicado al corso por el Cantábrico contra unidades navales de la Convención.
En mayo de 1794 viajó a Livorno en la escuadra de Juan de Lángara, para conducir a Cartagena al príncipe heredero de Parma que había de casar con la infanta María Luisa. A finales de 1794 las tropas republicanas francesas pasaron la frontera, rindiendo la plaza de Figueras y avanzando hacia Rosas que fue ocupada tras sufrir un prolongado ataque. Una división naval dirigida por Federico Gravina contribuyó a la defensa de la ciudad y Pedro Ristori mandando el Oriente asistió a todas las acciones de la plaza de Rosas socorriendo a la escuadra de Gravina, que según las crónicas se hallaba en gran apuro. El 26 de mayo de 1795, dispuso y dirigió un ataque con trece lanchas cañoneras contra las baterías, plaza, castillo y dos fragatas de guerra que los franceses tenían en Rosas.
Desembarcó en Cartagena en septiembre siguiente enfermo de escorbuto, pasó convaleciente a la isla de León, ascendiendo a brigadier (contralmirante) por Real Orden de 5 de septiembre de 1795.
Firmada la paz con Francia se le confirió el mando de los navíos Mexicano y Terrible navegando nuevamente al corso, ahora contra Inglaterra. El Mexicano participó en el combate naval del cabo de San Vicente (1797) pero Ristori había sido sustituido en el mando por enfermedad, lo que seguramente le salvó la vida, ya que el comandante sustituto murió a bordo del buque.
En junio de 1800 fue nombrado segundo comandante general de Batallones y comandante principal de los del Departamento de Cádiz, permaneciendo en dicho puesto hasta septiembre de 1805 cuando se le confirió el cargo de comandante principal interino de los Tercios Navales de Poniente cuyo mando obtuvo en propiedad en 1807.
Ascendido a jefe de escuadra (vicealmirante) por patente otorgada por la Junta Suprema de Gobierno en Sevilla el 14 de marzo de 1809 continuó en el mando de los Tercios Navales de Poniente durante todo el asedio francés a la isla de León y Cádiz, en cuya defensa participó activa y eficazmente su séptimo hijo Francisco. En septiembre de 1812 finalizado ya el bloqueo y a consecuencia del fallecimiento del teniente general Manuel de Sousa, se posesionó accidentalmente del mando supremo del Departamento de Cádiz, hasta enero de 1813 que lo entregó al teniente general Ignacio de Álava.
El 16 de octubre de 1814, restablecido ya en el trono Fernando VII, ascendió a teniente general (almirante) a la edad de setenta y dos años continuando como comandante general de los Tercios Navales de Poniente durante los años siguientes, fue nuevamente capitán general interino del Departamento durante unos meses en 1818 entre dos mandatos de Baltasar Hidalgo de Cisneros.
Por estos años Pedro Ristori prestó destacados servicios cívicos, muy especialmente en la isla de León con ocasión de la epidemia de fiebre amarilla de 1819.
Producido el alzamiento del coronel Riego (enero de 1820) no quiso reconocer el gobierno revolucionario que en la isla de León estableció el general Quiroga, y a pesar de su avanzada edad y notables achaques pudo llegar a Cádiz “presentándose a la autoridad legítima”.
Tras normalizarse la situación política con la jura de la Constitución por parte de Fernando VII, y la instauración del gobierno liberal continuó al frente de los Tercios Navales de Poniente.
El 12 de septiembre de 1822 fue nombrado capitán general del Departamento Marítimo de Cádiz por el Gobierno de Evaristo San Miguel, cargo que desempeñó cuatro meses, ya que en el ejercicio de esta alta función falleció en San Fernando el 23 de enero de 1823, estando en posesión de las más altas condecoraciones españolas.
Como ha escrito Pavía, Pedro Antonio Ristori “militó con crédito en nuestras guerreras escuadras y llegó al alto empleo en que terminó su vida” y añade: “el general Ristori ennobleció más su apellido en su patria adoptiva por sus hechos y conducta y dejó su honrosa memoria en el Cuerpo de la Armada Española”.
Fuentes y bibl.: Archivo Museo don Álvaro de Bazán (El Viso del Marqués, Ciudad Real), Exp. personal.
F. Pavía y Pavía, Galería biográfica de los generales de Marina, jefes y personajes notables que figuraron en la misma corporación desde 1700 a 1783, Madrid, Imprenta á cargo de J. Lopez, 1873-1874; F. Mosig Pérez, Crónica de la familia Ristori, San Fernando, Imprime Gráficas La Isla, 1995.
José Ramón Cervera Pery