Gregorio y Mauro, José de. Marqués de Vallesantoro (II), en el Reino de las Dos Sicilias. Mesina (Italia), 26.VI.1725 – Zaragoza, 25.VII.1784. Teniente general, gobernador político militar, corregidor.
Según el testimonio del Cabildo de la iglesia metropolitana de la ciudad de Mesina, se le bautizó el 28 de junio de 1725 (fecha que algunas fuentes dan como de nacimiento) en la iglesia parroquial de San Nicolás y se le puso el nombre de Joseph, Juan Antonio, Pablo.
Fue hijo de Leopoldo de Gregorio y Masnata, marqués de Esquilache, natural de Génova, ministro de Carlos III en Italia y España, y de Josefa Mauro y Grimaldi, nacida en Mesina en 1692. Fueron sus abuelos paternos Francisco María de Gregorio y María Úrsula Masnata, oriundos de Génova, y sus abuelos maternos Josef de Mauro y Antonia Grimaldi, ambos de Mesina.
José Gregorio de Mauro entró a servir en las unidades españolas estacionadas en Italia. El 1 de agosto de 1744 empezó como cadete del Regimiento de Parma de Infantería, en Nápoles, y lo fue durante algo más de un mes, pues el 5 de septiembre fue ascendido a subteniente de dicho Regimiento. El 3 de octubre de 1745 ascendió a teniente del mismo regimiento y en 1746, durante la campaña de Tidón, fue ayuda de campo de Eustache de Vieuville, capitán general de los ejércitos napolitanos. Ese mismo año, el día 27 de junio, logró el ascenso a capitán del Regimiento de Infantería Real italiano (Nápoles) y estuvo unos meses en el ejército napolitano, antes de pasar al Regimiento de Infantería de Milán, el 2 de abril de 1748, con el grado de coronel de Infantería.
Dos meses después, el 2 de junio de 1748, contrajo matrimonio en Francia, en la ciudad y diócesis de Montpellier, con María Ignacia Paternó, natural de Valencia e hija de Mario Paternó y de Francisca de Pera de Cruielles, con la que tuvo tres hijos: Leopoldo, III marqués de Vallesantoro y caballero de San Juan (1784); Francisco María (1755), caballero de Santiago (1784), y Ramón María (1774), caballero de Santiago (1800).
El 2 de abril de 1750, José de Gregorio figuraba como comandante con batallón en el Regimiento de Infantería de Milán.
En 1760, su padre, marqués de Esquilache desde 1755, le cedió el título de marqués de Vallesantoro (o marqués del Valle de Santoro), que le había concedido Carlos III, siendo rey privativo de las Dos Sicilias, por Resolución de 29 de junio de 1745 y Real Cédula de 10 de junio de 1749, y lo hizo para sí y sus sucesores “ex iure feudali Siculo” (según el Derecho feudal siciliano) por lo que tiene carácter de título extranjero. Ese mismo año de 1760, pasó a España con el grado de brigadier de Infantería (22 de julio de 1760). Mariscal de campo el 3 de abril de 1763, con destino en el ejército de Cataluña y un salario de 18.164 reales de vellón anuales, aceptó el cargo de gobernador político militar y corregidor de Gerona, tomando posesión de los cargos el 24 de octubre y el 1 de noviembre de 1764 respectivamente.
En 1767, fue vocal de la comisión sobre los sucesos de 1766 formada en Gerona por comisión del consejo extraordinario (con motivo de los ecos del motín conocido por el título de su padre, Esquilache). La comisión produjo un informe que culpaba a los jesuitas y les acusaba de hablar mal del Rey, de pronosticar su muerte y de favorecer los desórdenes.
En esta segunda mitad del siglo xviii, a la luz de la ilustración, se examinaron en España, al igual que en el resto de Europa, las cuestiones agrarias, y en este marco, en 1769, la Corona, en su intento por reglamentar las actividades de los comerciantes de granos, debido a los problemas que originaba el abastecimiento de las ciudades en los años de escasez, solicitó a los corregidores que elaboraran informes sobre el comercio de granos.
Los corregidores coincidieron en sus dictámenes sobre el comercio de granos.
El marqués de Vallesantoro era en aquel año de 1769 corregidor de Gerona y así hizo constar en el informe fechado el 3 de septiembre que en Gerona no había verdaderos comerciantes, sino “unos arrendatarios de Rentas” que, al igual que sucedía en Castilla, valiéndose de su condición, acumulaban granos para aumentar su ganancia incidiendo en el problema de desabastecimiento de las ciudades.
Después de recibir promoción a teniente general el 1 de abril de 1770, con especial mención a su buen hacer, “bueno para todo” (según se puede leer en el nombramiento), fue nombrado gobernador político militar y corregidor de Barcelona (27 de marzo y 24 de mayo de 1772), gracias, en gran medida, a los méritos de su padre, pues había otros tenientes generales con mayor antigüedad que la suya, que también pretendían el puesto. Percibía un salario de 60.000 reales de vellón y fue cesado el 16 de junio de 1772 por su papel en la represión del motín de “Avalot de les quintes” (levantamiento popular que estalló en Barcelona con motivo de la orden de reclutamiento obligatorio que se impuso en primer lugar en Cataluña y según la cual entraba en el sorteo de reclutamiento todo hombre soltero que tuviera entre dieciséis y treinta y seis años, lo que hizo que muchos jóvenes huyeran y que otros se enfrentaran, armados con palos, a los soldados que vigilaban las puertas de la ciudad de Barcelona), a pesar de su petición de permanecer en Cataluña por su conveniencia personal y por el temor a los rumores sobre las causas de su traslado. El 28 de julio de 1773 se le nombró comandante general interino del ejército y provincia de Extremadura, con un salario anual de 90.000 reales de vellón. Dos años más tarde, el 2 de octubre de 1775 se le designó capitán general del ejército y provincia de Castilla la Vieja, con un salario de 120.000 reales de vellón anuales.
En este mandato con sede en Zamora, fue director y promotor de la Real Sociedad de Amigos del País de Zamora (1779), sociedad que dirigió hasta 1782.
El 24 de febrero de 1779 se le designó con el empleo en el que permaneció hasta su muerte, el de capitán general de reino de Aragón, con sede en Zaragoza y el mismo salario que en Castilla la Vieja. En esa misma fecha, fue nombrado presidente de la Audiencia de Aragón, y un año más tarde, el 21 de noviembre de 1780, se le concedió licencia inquisitorial para tener y leer libros prohibidos.
El 11 de febrero de 1784, el Rey le concedió merced de hábito de la Orden de Santiago y unos meses después, el 25 de julio, falleció en Zaragoza.
Fuentes y bibl.: Archivo del Ministerio de Justicia (Madrid), Títulos Nobiliarios, leg. 15-2bis, exp. 116; Archivio di Stato (Palermo), Conservatoria di Registro, vol. n.º 506, carta/foglio da 52v. a 54v.; Archivo Histórico Nacional, Órdenes Militares, lib. VIIIº de genealogías de caballeros de la Orden de Santiago, fol. 728; Consejos, leg. 4173; Consejos, lib. 2375/ 204V; Inquisición, lib. 452; Archivo General de Simancas, Guerra y Marina, leg. 1618; Guerra y Marina, leg. 56, exp. 61; Dirección General del Tesoro, invent. 2, leg. 44; invent. 2, leg. 47; invent. 2, leg. 48; invent. 2, leg. 57; invent. 2, leg. 59; Centre National de la Recherche Scientifique y Universidad Complutense de Madrid, Sistema de Bases de Datos Actoz (Actores Ozanam); Cataleg Col.lectiu de les Universitats de Catalunya, http://ccuc.cbuc.cat/.
G. Anes Álvarez de Castrillón, marqués de Castrillón, Las crisis agrarias en la España moderna, Madrid, Taurus, 1970; P. Molas Ribalta et al., Historia Social de la Administración española, Barcelona, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), 1980; G. Anes Álvarez de Castrillón, marqués de Castrillón, La Ley Agraria, Madrid, Alianza Editorial, 1995; M. C. Irles Vicente, “Italianos en la administración territorial española”, en Revista de la Historia Moderna, n.º 16 (1997), págs. 157-176; J. P. Dedieu, “Los gobernadores de Lérida, Barcelona y Gerona en el siglo xviii”, en Pedralbes, 18 (1998), págs. 491-507; G. Anes Álvarez de Castrillón, marqués de Castrillón, Cultivos, cosechas y pastoreo en la España moderna, Madrid, Real Academia de la Historia, 1999.
Gonzalo Manglano y de Garay