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Juan Caballero y Arigorri

Biografía

Caballero y Arigorri, Juan. Porto Azzurro (Italia), 23.IV.1713 – Valencia, 24.XI.1791. Teniente general e ingeniero director.

Empezó a servir en la carrera militar como cadete del Regimiento de Infantería de Sevilla el 1 de abril de 1729, permaneciendo en tal situación hasta su ascenso a subteniente de Infantería en 1735. En 1733, siendo aún cadete, tomó parte con su Regimiento, en el marco de la conquista del reino de Nápoles, en los sitios del castillo de Baya, monte Filipo, puente de Hércules, etc., y posteriormente en la campaña de Lombardía. Sufrió naufragio en el golfo de Rosas al volver con su regimiento a España.

En 1737 pasaba a estudiar matemáticas en la Real y Militar Academia de Barcelona como discípulo de Lucuce, hasta 1740, en que se integraba de nuevo en su Regimiento en Sevilla, siendo destinado posteriormente a Mallorca. Volvía más tarde, para completar sus estudios a la Academia de Barcelona, terminando los mismos en 1742, ingresando en mayo de 1743 como ingeniero extraordinario en el Real Cuerpo de Ingenieros. En esa fecha marchaba destinado como subteniente al Regimiento de Infantería de Burgos, con el que concurría a la conquista de Saboya, ejerciendo el cargo, además del propio como oficial de Infantería, de ingeniero voluntario. En el transcurso de la campaña, se distinguió en los reconocimientos del coll de Sanverans, coll de Fer, en el sitio de Demont (17 de agosto de 1744) y en la toma de la plaza de Oneglia.

Tomó parte durante esta época, además de en la campaña de Saboya ya señalada, en la de Italia en el Piamonte, donde en 1744, en las trincheras de Montalbant, caía herido de gravedad. En 1745 realizaba el reconocimiento de la plaza de Alejandría e intervenía en sitios como el de Cortona y su castillo. Un año después, ya como ingeniero ordinario (había ascendido el 2 de mayo de 1743), concurría en la batalla de Piacenza y en la quema de los puentes sobre el río Po, y finalmente en 1747 en la campaña de Provenza y en la defensa de Génova.

Acordada la paz, en 1747 volvía a España, siendo destinado como ingeniero ordinario a Gerona y Tortosa. En esta última ciudad realizó planos y perfiles de la plaza, así como del frente llamado “de las Brechas”, comenzando así (junto a numerosas fortificaciones en la costa) su actividad como ingeniero tracista o de obras. En 1751 era destinado a Cartagena para la construcción de los muelles y dársenas de su puerto y trabajos en el arsenal, a las órdenes del ingeniero D. Sebastián Feringán Cortés. Siendo ya teniente coronel e ingeniero en segunda, en 1756 se le destinaba al servicio del futuro Carlos III, en el reino de Nápoles, hasta que éste regresaba a España en 1759 para tomar posesión del trono.

Era promovido a coronel e ingeniero en jefe el 22 de julio de 1760, tomando parte, entre el 5 de mayo y el 24 de noviembre de 1762 en la guerra de Portugal, en el marco de la Guerra de los Siete Años. A partir de 1763 se le encargaba la asistencia al brigadier D. Pedro Martín Cermeño en su puesto de director general de Ingenieros del Principado de Cataluña, y al que sustituyó en el inicio de la construcción del puente del Llobregat, realizando además diversos planos para un cuartel de infantería en la Barceloneta y planos del castillo de San Fernando de Figueras.

Por una R.O. de 15 de mayo de 1772 se le mandaba pasar a Ceuta para el reconocimiento de aquella plaza y sus fortificaciones, para ponerla “en estado de defensa”, y al año siguiente era designado para el reconocimiento de los tres presidios menores del norte de África, entre ellos Melilla, redactando un informe, acompañado de varios planos, del citado reconocimiento, en colaboración con otros dos ingenieros. En ese mismo año de 1773 se le enviaba a Sevilla para que informara de las obras de la Real Maestranza, ascendiendo a brigadier el 27 de diciembre de ese año.

De nuevo por una R.O. (de fecha 23 de noviembre de 1774), pasaba destinado a Melilla, a la que pocos días después de su llegada ponía sitio el rey de Marruecos con un numeroso ejército (unos 40.000 hombres con un importante tren de artillería) mandado por él mismo. Juan Caballero, ingeniero en jefe, organizaba y dirigía las operaciones de defensa, llevando a cabo una serie de minas y contraminas tan eficaces que terminaron por desalentar al enemigo, el cual, a pesar de su superioridad numérica, abandonaba el asedio el 16 de marzo del año siguiente. Terminado el asedio, realizaba nuevas trazas para la mejora del cuarto recinto de la plaza, trazas con arreglo a las cuales se llevarían a cabo las importantes obras de reforma previstas. Con posterioridad, Caballero partía para Cartagena y de allí para Nápoles para reconocer las obras en marcha, a fin de poner las principales plazas de aquel reino en “estado de defensa”.

En 1765 era destinado a Cádiz, donde realizaba los planos de un proyecto para una nueva casa de la Aduana, dirigiendo su construcción, así como un elevado número de proyectos de fortificaciones e informes relativos a las defensas de la plaza, refuerzo de sus murallas y finalmente proyectos e informes de fortificación de su entorno.

En 1778 se encontraba de nuevo nuestro ingeniero en su anterior destino de Cádiz, donde proyectaba el edificio del consulado, encargándole además el conde de Ricla que con el mayor secreto elaborara un plan de ataque a la plaza de Gibraltar. Declarada la guerra a Inglaterra al año siguiente, tomó parte en el sitio de la colonia británica, como comandante general de Ingenieros del Ejército encargado del bloqueo. De su actividad como tal se conservan diversos planos referentes a las líneas de “circunvalación” y “contravalación”, así como planos del proyecto de los futuros ataques, entre otros. En ese año de 1779 era nombrado director de la Academia de Barcelona, aun cuando siguiese en el sitio de Gibraltar, por lo que se designaba como director interino al ingeniero Miguel Sánchez Taramas.

El año de 1784 alcanzaba el grado de mariscal de campo, siendo nombrado además director comandante del ramo de Academias Militares. En ese mismo año, por R.O. de 17 de enero fue designado director comandante del ramo de Fortificaciones, conservando el de Academias, y trasladándose a la corte.

En 1786 era nombrado vocal de la Junta de Generales para el arreglo y plan de las plazas de América, ocupando su presidencia en 1788. Ascendió a teniente general en la promoción del 14 de enero de 1789.

Además de sus numerosas campañas como ingeniero militar, realizó gran cantidad de planos, obras de fortificación y obras militares y civiles en otras localidades, además de en las plazas citadas anteriormente. Por ejemplo: fortificaciones de Tortosa, muelles de Cartagena, cuartel de Infantería de la Barceloneta en Barcelona, planos de Gibraltar y de su Puerta de Tierra, o finalmente, planos de un cuartel de Infantería en las inmediaciones de las Atarazanas, en Barcelona.

 

Obras de ~: Reconocimiento de los tres Presidios menores de África, 1773; Diario del Sitio de Melilla. 1774-1775, mss. en Instituto de Historia Militar.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de Simancas (AGS), Expedientes Personales; Instituto de Historia y Cultura Militar, Colección Aparici.

J. Almirante, Bibliografía Militar de España, Madrid, Imprenta y Fundición de Manuel Tello, 1876; Estudio Histórico del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, Madrid, Est. Tipográfico Sucesores de Rivadeneyra, 1911, 2 ts.; H. Capel et al., Los Ingenieros Militares en España. Siglo XVIII. Repertorio biográfico e inventario de su labor científica y espacial, Barcelona, Publicaciones y Ediciones de la Universidad de Barcelona, 1983; A. Bravo Nieto, Ingenieros Militares en Melilla. Teoría y práctica de Fortificación durante la Edad Moderna, Melilla, Universidad de Educación a Distancia, 1991; J. López Muiños, Algunos aspectos de la Ingeniería Militar española y el Cuerpo Técnico, Madrid, Ministerio de Defensa, 1993; M. G. Cano Révora, Cádiz y el Real Cuerpo de Ingenieros Militares (1697-1847). Utilidad y Firmeza, Cádiz, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cádiz, 1994; J. A. Calderón Quijano, Las Fortificaciones Españolas en América y Filipinas, Madrid, Editorial Mapfre, 1996; J. Carrillo de Albornoz y Galbeño, “Los directores de la Real y Militar Academia de Matemáticas de Barcelona”, en La Academia de Matemáticas de Barcelona. El legado de los ingenieros militares, Barcelona, Ministerio de Defensa – BBVA - Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, 2004, págs. 131-138; C. Díaz Capmany, “Els enginyers de la fortaleza de Sant Ferran de Figueres”, en Annals de l'Institut d'Estudis Empordanesos, 38 (2005), págs. 279–302; H. Capel, “Los ingenieros militares y el sistema de fortificación en el siglo XVIII”, en VV. AA., Los ingenieros militares de la Monarquía Hispánica en los siglos XVII y XVIII, Madrid, Ministerio de Defensa y Asociación Española de Amigos de los Castillos, 2006; F. Castillo Cáceres, Discurso de los brigadieres don Pedro Lucuze don Pedro Zermeño, sobre conservar o abandonar los tres presidios menores (1765), Plano de la Plaza de Melilla y sus fortificaciones (1773): Museos de Las Pañuelas, Melilla, Madrid, BNE-Acción Cultural Española, 2012; A. Martín-Lanuza Martínez, Diccionario Biográfico del Generalato Español. Reinados de Carlos IV y Fernando VII (1788-1833), Madrid, Foro para el Estudio de la Historia Militar de España, 2012; M. Ceballos González, J. Núñez Valdés, y R. Villacampa Gutiérrez, “Pedro de Lucuce y Ponce y las instituciones matemático-militares españolas del siglo XVIII”, en Gaceta de la RSME, 16, 1 (2013), págs. 147-168; J. Sánchez Miñana, “Aclarando una confusión. Noticia de dos ingenieros militares llamados Manuel Caballero (siglos XVIII-XIX)”, en Llull: Revista de la Sociedad Española de Historia de las Ciencias y de las Técnicas, 39, 83 (2016), págs. 249-255.

 

Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño

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