Gómez García, Domingo Julio. Madrid, 20.XII.1886 – 23.XII.1973. Músico, compositor y crítico.
Hijo del violinista y violista Casimiro Gómez Mínguez y nieto de Eulogio Gómez, organista y maestro de capilla, Julio Gómez fue el mayor de ocho hermanos a los que su padre proporcionó una excelente formación musical. Tras comenzar estudiando Solfeo y Piano con su padre y con Antonio Santamaría, en 1899 ingresó en la Escuela Nacional de Música y Declamación (conservatorio) accediendo directamente al 3.er curso de Piano y a 1.º de Armonía —disciplina en la que obtuvo uno de los premios en 1902— e hizo compatibles estos estudios con los de enseñanza media en el instituto de San Isidro. Mientras realizaba sus estudios universitarios finalizó la carrera de Piano en 1904 con el Primer Premio y en 1908 consiguió el Premio de Composición al tiempo que se licenciaba en Filosofía y Letras por la Universidad Central de Madrid con las máximas calificaciones. Esta extensa y profunda formación junto a su talante culto, liberal y regeneracionista, ha hecho que se le considere el intelectual de la llamada Generación de los Maestros, intermedia entre las de 1898 y 1927.
Convencido de que era posible crear una escuela nacional sin ampliar formación fuera de España, comenzó su carrera profesional siendo maestro concertador del Teatro Real entre 1908 y 1911, donde colaboró con Fernández Alberdi, recién llegado de Roma. Sin embargo, pronto se encontró insatisfecho en ese papel secundario a las órdenes de directores casi siempre extranjeros y trató de abrirse camino como compositor. Nada más finalizar sus estudios había compuesto dos zarzuelas (La venganza de Nelet, 1908, y La gloria del inventor, 1909) y canciones, alguna dedicada a Rosario Amat, su futura esposa, pero se dio cuenta pronto de las dificultades para vivir de la composición en España. Aprovechando su titulación universitaria, ingresó en el Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos el 28 de julio de 2011, siendo destinado a Toledo como director del Museo Arqueológico (1911-1913), que trasladó al hospital de la Santa Cruz. Son años en que se dedicó a la reflexión, a la crítica —destaca especialmente su artículo “Sobre la Sociedad Nacional de Música”, en la Revista Musical, de Bilbao, diciembre de 1911— y a su tesis doctoral sobre el tonadillero Blas de Laserna. Catalogando una sala de la Biblioteca Provincial de Toledo descubrió obras desconocidas de Manuel Canales, cuya edición mereció el Premio Nacional de Música de 1913 y se doctoró en Ciencias Históricas en 1918. Julio Gómez se convirtió así en uno de los últimos compositores-musicólogos, pero pronto abandonó las investigaciones históricas y prefirió, sin perder la perspectiva diacrónica, ocuparse de regenerar la música española de su tiempo y contribuir a su historia con sus propias obras. En 1913 se trasladó a Madrid para ocuparse de la jefatura de la sección de música de la Biblioteca Nacional hasta el 12 de julio de 1915 y se casó con Rosario Amat Larrúa, con quien tuvo cinco hijos. En ese tiempo conoció y colaboró con Pío Baroja, Manuel Machado, Francisco Rodríguez Marín y Juan Ramón Jiménez. Desde 1914 por las tardes fue jefe técnico de la biblioteca del Círculo de Bellas Artes y desde 1915 hasta 1956, por concurso, fue nombrado bibliotecario del conservatorio, donde era además sustituto de Serrano en la clase de Contrapunto desde noviembre de 1912 y de otros profesores y asignaturas, dado que su cargo no era compatible con ser profesor titular del centro. Como bibliotecario del conservatorio, llevó a cabo una gran labor de adquisiciones, catalogación y registro y sufrió el traslado de edificio en cinco ocasiones.
Finalmente, superada la incompatibilidad gracias a la nueva ley de Ibáñez Martín, fue catedrático de Composición —en la vacante del maestro Turina— desde 1952 y se mantuvo hasta 1961, a pesar de haberse jubilado en 1956. Como docente, forjó la denominada Escuela de Madrid y fue guía de la Generación del 51 integrada por Miguel Alonso, Carmelo Bernaola y Antón García Abril, entre otros.
Como compositor, su carrera se consolidó en 1917 con el gran éxito alcanzado por su Suite en La, una obra sinfónica que le consagró como autor “nacionalista popular” y lo integró en el ambiente y las instituciones musicales de Madrid. Tres años más tarde, estrenó una nueva obra sinfónica, Balada y, dentro del lied moderno, Cuatro canciones en 1923 para voz y orquesta. Asimismo, escribió un Preludio y romanza para violín y orquesta de marcado carácter romántico (1925).
Por otra parte, desde muy joven fue amante del teatro musical y, tras el éxito de sus obras sinfónicas, se entregó de lleno a la zarzuela componiendo el Himno al amor con libreto de Sinesio Delgado, una ópera cómica o leyenda fantástico-musical en dos actos estrenada en 1917 con discreto éxito de público y crítica. En 1926 escribió una obra teatral de circunstancias, La Deseada, estrenada en octubre de 1927, que tenía un tono “arrevistado” mezclando gavotas con foxtrot o bailes mexicanos.
En 1925 comenzó una etapa en su obra marcada por el casticismo. Escribió así la tonadilla escénica El pelele, que es resultado del profundo conocimiento del género español que había alcanzado al realizar su tesis doctoral y que supuso el comienzo de sus colaboraciones con Cipriano Rivas Cherif, quien en su libreto recreaba el clásico ambiente castizo acercándose a una breve ópera bufa en versión española. Como antes había ocurrido con la Suite en La, El pelele se convirtió en muestra representativa de la tendencia española.
En 1927 se estrenaron Los dengues, ópera de cámara en un acto con libreto de Rivas Cherif en la que Julio Gómez combinó algunas técnicas italianas con la sencillez del canto popular. La última de las obras teatrales de Julio Gómez fue Triste puerto, con libreto de Rivas Cherif; una ópera grande que refundía La honra de los hombres de Jacinto Benavente y que, a pesar de ser una de las obras preferidas del autor, no llegó a estrenarse nunca.
En 1929 y 1930, dos nuevas obras sinfónicas, Cromos españoles y Marcha española, alcanzaron gran éxito y supusieron la culminación —en su doble sentido de apogeo y cierre— de la etapa casticista del compositor.
Así, la siguiente obra, La parábola del sembrador (compuesta en 1927 y estrenada en 1931), un poema sinfónico coral, supuso una novedad en lo que tenía de solemnidad y severidad evangélica. En esa línea de diversidad, compuso Siete canciones infantiles (escritas en 1928 y estrenadas en 1931) para coro de niños y orquesta sobre textos de Iriarte, Samaniego y otros. Seguidamente, entró en sus obras un componente romántico y lírico que se instaló en su producción musical. Obras orquestales como Égloga (1929) y Canción árabe (estrenada en 1934) son buena prueba de ello.
En 1934 fue premiado por la Junta Nacional de Música y Teatro líricos por sus Catorce poemas líricos puestos en música y en 1935 lo fue de nuevo por un ciclo orquestal compuesto sobre textos de Lope de Vega, de quien se cumplía el tercer centenario de su muerte: Qué tengo yo que mi amistad procuras, La Verdad, Celos que no me matáis y Villancico.
Tras la Guerra Civil Española, y debido a su efímera afiliación al Partido Radical de Lerroux se le abrió expediente de depuración y llegó a pasar once días en la cárcel de San Antón. En la década de 1940, retomó el componente nacional en sus composiciones ya de música de cámara, como Cuarteto plateresco y Cuartetino, ya en obras sinfónicas entre las que destaca Maese Pérez el organista, sobre la leyenda de Bécquer, que obtuvo el Premio Izquierdo del Ateneo de Sevilla en el curso 1939-1940, Gacela de Almotamid, Elegía heroica, cantata para coro mixto y orquesta sobre La Arcadia (libro II) de Lope de Vega, que fue distinguida con accésit en el Concurso Nacional de Música de 1945, o Un miragre vos diréi sobre cantigas de Alfonso X el Sabio. En esos años, escribió también obras para coro a capella con base en el Romancero.
Son escasas sus composiciones para piano reduciéndose a Variaciones sobre un tema salmantino (1941) y Concierto lírico (estrenado en 1945), para piano y orquesta.
A partir de ahí, sus últimas obras tuvieron un aire nacionalista y regeneracionista Además de su desempeño docente y de su fecundidad creadora, Julio Gómez ejerció la crítica musical en varios diarios madrileños —La Jornada (1918-1919), La Tribuna y El Liberal (en dos períodos: 1921-1923 y 1928-1936)— y dirigió durante más de cuarenta años (1916-1959) la revista Harmonía, siempre informando de novedades, formando el juicio de sus numerosos lectores y suscitando enriquecedoras polémicas, especialmente con Adolfo Salazar, crítico de El Sol.
Fue secretario de la Sociedad de Autores de España —y presidente de su sección sinfónica— y de la Asociación Española de Compositores de Música. Elegido académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, el 17 de junio de 1956 leyó su discurso de ingreso, titulado Los problemas de la ópera española, que fue contestado por José Subirá.
Julio Gómez contribuyó a la creación del sinfonismo español y a la regeneración de la música nacional a partir de la tradición. Su obra oscila entre una profunda vocación lírico-teatral reivindicativa de la zarzuela, el nacionalismo popular, el casticismo y el neorromanticismo. Su hijo Carlos Gómez Amat (1926) ha llegado a ser un reconocido crítico musical, ensayista, musicólogo y profesor.
Obras de ~: La venganza de Nelet, zarzuela, 2 act., libreto de J. Giménez, 1908; La gloria del inventor, zarzuela, 1 act., Libreto de E. Gil Sarasate y E. Jardial Agustín, 1909; Suite en La, orquesta, 1915; Himno al amor, ópera cómica, 2 act., libreto de S. Delgado, 1917; Balada, orquesta, 1918-1920; Preludio y romanza para violín y orquesta, 1924; El pelele, tonadilla escénica a solo, soprano, orquesta, libreto C. Rivas Cherif, 1924; La Deseada, zarzuela, 2 act., libreto de L. Fernádnez Ardavín y C. Palencia Tubau, 1926; Los dengues, ópera de cámara, 1 act., libreto de C. Rivas Cherif, 1927; Cromos españoles, nocturno, rondalla, 1927; La parábola del sembrador, orquesta y coro, 1927; Siete canciones infantiles, coro y acompañamiento, 1928; Marcha española, orquesta, 1929; Égloga, orquesta, 1929; Triste puerto, ópera, 3 act., libreto C. Rivas Cherif, 1929-1932; Canción árabe, orquesta, estren. 1934; Catorce poemas líricos, 1934; Ciclo de canciones sobre textos de Lope de Vega, voz y piano, 1935; Maese Pérez el organista, banda, 1939-1940; Cuarteto plateresco, cuarteto de cuerda. 1940-1941; Cuartetino (sobre una danza popular montañesa), cuarteto de cuerda, 1941; Gacela de Almotamid, cuadro sinfónico basado en la melodía de Gacela XX de Hafiz, 1941; Variaciones sobre un tema salmantino, piano, 1941; Concierto lírico, piano, orquesta, 1942; Un miragre vos diréi, fantasía sinfónica sobre temas de las Cantigas de Alfonso X el Sabio, 1944; Elegía heroica, cantata, sobre texto de L. de Vega, 1945.
Escritos: “Sobre la Sociedad Nacional de Música”, en Revista Musical (Bilbao), III-12 (1911), págs. 285-290; “Don Blas de Laserna y el arte lírico-dramático de su tiempo. Un capítulo de la historia del teatro lírico español visto en la vida del último tonadillero” [1913], en Revista de la Biblioteca, Archivo y Museo del Ayuntamiento de Madrid, t. II (1926), págs. 406-430 y 531-548, y t. III (1926), págs. 88-104 y 222-240 (ed. en Biblioteca de corellanos ilustres, Corella, V [1952], págs. 119- 208); El Concurso nacional de música de 1928. Cómo funciona un jurado, Madrid, Imprenta Clásica Española, 1928; En el centenario de Mozart, Madrid, Facultad de Filosofía y Letras, 1956; Los problemas de la ópera española, Madrid, Real Academia de Bellas Artes, 1956; Recuerdos de un viejo maestro de composición, 1959; Mi historia de la música (memorias inacabadas e inéditas); Escritos de Julio Gómez, ed. de A. Iglesias, Madrid, Ediciones Alpuerto, 1986.
Bibl.: J. Subirá, “Contestación”, en J. Gómez, Los problemas de la ópera española, Madrid, Real Academia de Bellas Artes, 1956, págs. 59-67; A. Ruiz Cabriada, Bio-Bibliografía del Cuerpo facultativo de archiveros, bibliotecarios y arqueólogos. 1858-1958, Madrid, Publicaciones de la Junta Técnica de Archivos, Bibliotecas y Museos, 1958, págs. 388-390; J. Espinós Orlando, Julio Gómez, compositor, musicólogo y universitario, Madrid, Instituto de Estudios Madrileños, 1975; T. Marco, “Conmemoración de los centenarios de Óscar Esplá, Julio Gómez y Jesús Guridi”, en Academia. Boletín de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, 63 (1986), págs. 75-79; B. Martínez del Fresno, Catálogo de obras de Julio Gómez, Madrid, Fundación Juan March, 1987; Julio Gómez, Madrid, Sociedad General de Autores y Editores, 1997; Julio Gómez: una época de la música española, Madrid, ICCMU [1999]; B. Martínez del Fresno, “Gómez García, Domingo Julio”, en E. Casares Rodicio (dir. y coord.), Diccionario de la música española e hispanoamericana, vol. V, Madrid, Sociedad General de Autores y Editores, 1999, págs. 689-704.
Diccionario Biográfico Español