Bacarisse Chinoria, Salvador. Madrid, 12.IX.1898 – París (Francia), 5.VIII.1963. Compositor y organizador musical.
Su padre era un francés residente en Madrid mientras su madre, de origen italiano, había nacido en Zaragoza. Tras cursar el bachillerato en su ciudad natal, siguió estudios de Derecho y Filosofía y Letras licenciándose por la Universidad de Madrid. Simultaneó estos estudios con los de Música en el Conservatorio de Madrid, principalmente de piano con Manuel Fernández Alberdi y de composición con Conrado del Campo. Realizó su servicio militar en Marruecos entre 1919 y 1921. Regresó a Madrid en 1922 y contrajo matrimonio con Pilar Cuadrado, teniendo al año siguiente a su hijo Salvador. En 1923 ganó el Concurso Nacional de Música con la obra orquestal La nave de Ulises y en ese año realizó sus primeros estrenos, aunque no el de la obra premiada que fue rechazada por “progresista” por la Orquesta Filarmónica de Madrid. Ello le sumió en una crisis creativa por espacio de dos años.
En 1926 se convirtió en director artístico para los programas musicales de Unión Radio, cargo que desempeñó muy activamente hasta el cierre de la emisora a comienzos de la Guerra Civil. Allí desarrolló Bacarisse una inmensa labor de difusión de la música con numerosas actuaciones en vivo además de los discos. También en 1926 estrenó su primera obra sinfónica grande: Heraldos. El crítico más importante de la época, Adolfo Salazar, saludó la obra con grandes alabanzas. Empieza entonces una amplia labor de creación musical que fue acogida de manera muy controvertida por los públicos y los críticos del momento. El estreno a finales de 1929 de La tragedia de doña Ajada constituyó un gran escándalo. Por esa época empezó a formar parte del llamado Grupo de los Ocho que fue el núcleo de lo que más tarde se conoció como Generación de la República o Generación Musical del 27.
Tras la proclamación de la Segunda República formó parte de la Junta Nacional de Música y Teatros Líricos que presidió Óscar Esplá. Ese mismo año volvió a ganar el Premio Nacional de Música con la pieza titulada Música sinfónica. Comenzó una labor como crítico en 1931 en el diario republicano Crisol y en 1932, en Luz hasta la desaparición de éste en 1934. Desde 1932 comenzó también a actuar como director de orquesta en los conciertos de Unión Radio. En 1934 la Junta Nacional de Música y Teatros Líricos dimite ante una multitud de críticas y procesos judiciales y ello impide el estreno de la ópera Charlot de Bacarisse. Ese año volvió a obtener el Premio Nacional de Música con Tres movimientos concertantes, considerada una de sus mejores obras.
En 1935 viajó a Praga para preparar el Festival Mundial de la Sociedad Internacional de Música Contemporánea que se celebró en Barcelona en 1936. Ese año, ya estallada la Guerra Civil, formó parte de la Junta Organizadora de la Enseñanza Musical, organismo que en 1937, y con el Gobierno republicano instalado en Valencia, se convirtió en el Consejo Central de Música, del que será secretario y que, entre otras iniciativas, abordará la creación de la Orquesta Nacional.
Al terminar la Guerra Civil, se exilia a Francia, donde pretende vivir dado su origen paterno francés. Su música no tuvo inicialmente mucha aceptación en París y además vivió la ocupación alemana en un estado económico precario. A partir de 1943 empiezan a ofrecerse algunas obras suyas en la capital francesa. En 1945 obtiene un trabajo en la sección española de la Radiodifusión Francesa (RTF) y se dedica a la divulgación de la música española, especialmente la del siglo XX. Al mismo tiempo, celebra en su domicilio tertulias culturales en las que recibe tanto a españoles exiliados como a otros que empiezan a visitar París, pero viven en la España de posguerra.
En Francia, su estilo se dulcifica y se hace más conservador, hundiendo sus raíces en la música de la tradición culta española. La obra de éxito más perdurable será el Concertino, para guitarra y orquesta, que se estrena en 1954 y une un cierto sabor español a una forma académica y un sentimiento sonoro muy neorromántico. En 1953 obtendrá el Grand Prix du Disque de la Academia Charles Cros con la grabación de Trece canciones populares españolas. Durante un breve período se vuelve a dedicar a la dirección orquestal, pero en sus últimos años le atrae mucho el teatro musical para el que se le abren algunas posibilidades que después no siempre se concertarán en los prometidos estrenos, algo que, por muy diversas razones también le había ocurrido con este tipo de obras en su etapa española. Para Roberto Rossellini e Ingrid Bergman escribió La sangre de Antígona, pero la separación de la pareja hace cancelar el estreno previsto en Nápoles. En cambio El estudiante de Salamanca se estrena en Radio Montecarlo en 1956. En 1958 ganó el Concurso de Óperas de Cámara de RTF con Le trésor de Boabdil que no fue montada a pesar del compromiso establecido en las bases. En sus últimos años tuvo numerosos estrenos de sus obras en todo el mundo. Tras su muerte, fue enterrado en el cementerio parisino de Père Lachaise.
Estilísticamente, Bacarisse se inició en el impresionismo que llegaba desde la influencia francesa y el primer magisterio de Falla, desde el que pasó a un neoclasicismo avanzado, muy típico de los compositores de su generación, que preludia un período de obras libres basadas en la atonalidad con una polifonía que en alguna ocasión se acerca a las técnicas seriales, aunque no llegó a practicarlas de manera sistemática. Como otros compositores españoles de su promoción utilizó en muchas ocasiones textos de los poetas de la misma generación con los que colaboraba muy estrechamente. En muchas de sus obras de la etapa española hay un decidido afán de investigación en los lenguajes entonces considerados de vanguardia, así como matices burlescos, grotescos y, en ocasiones, provocativos. Tras el exilio, volvió a un estilo neoclásico mucho más conservador con numerosas influencias españolas entre las que no se excluyen las tendencias nacionalistas y el cultivo de los temas de corte popular. Tampoco desdeñó en algunas obras una clara tendencia neorromántica. En esta época volvió sus ojos hacia los textos procedentes de la literatura del Siglo de Oro y hacia ciertos presupuestos, tanto cultos como populares, de la música histórica española, acercándose a algunos momentos estéticos de los compositores del nacionalismo español. En algunas de sus obras teatrales sufrió la influencia de los oratorios de Stravinsky, aunque mezclada con un sentido nacionalista y una forma más conservadora.
La obra de Bacarisse no sólo es variada, sino muy numerosa. No toda llegó a estrenarse y al menos una tercera parte de la misma se ha perdido, no siendo muchas las que fueron editadas en su momento. En cualquier caso, aquí sólo se puede ofrecer una selección de su catálogo que es muy extenso y que todavía está por investigar en profundidad.
Obras de ~: Óperas: Charlot (libreto, R. Gómez de la Serna), 1932-1933; Toreros (libreto, E. Endériz), 1942; El estudiante de Salamanca (libreto, E. Endériz), 1944; La sangre de Antígona (libreto, J. Bergamín), 1955; Font aux cabres (libreto J. Camp y J. Cassou sobre Lope de Vega), 1956; Le trésor de Boabdil (libreto A. Camp y F. Puig-Espert), 1958; Les cents bouches (libreto A. Camp y J. Echegaray), 1960. Ballets: Corrida de Feria, 1930; La mujer, el toro y el torero, 1952; La grotte des merveilles, 1956.
Orquesta y solista instrumental: Primer concierto para piano y orquesta en do mayor, 1933; Tres movimientos concertantes, 1934; Concierto en la menor para violonchelo y orquesta, 1935; Segundo concierto para piano y orquesta en sol mayor, 1940; Fantasía andaluza para arpa y orquesta, 1948-1959; Concertino en la menor para guitarra y orquesta, 1952; Cuarto concierto para piano y orquesta, 1953; Concierto en re mayor para arpa y orquesta, 1958.
Orquesta y solista vocal: La nave de Ulises, 1922; Tres nanas de Rafael Alberti, 1935; Cantata sinfónica, 1941; Flores de España, 1945; Cantata para la paz y la alegría de los pueblos, 1950. Orquesta sola: Heraldos, 1923; Tres marchas burlescas, 1928; La tragedia de Doña Ajada, 1929; Serenata, 1931; Impromptu sobre el nombre de Arbós, 1934; Sinfonietta romántica, 1941; Suite pastorale, 1951.
Voz y piano: Ofrenda a Debussy, 1927; Tres canciones del Marqués de Santillana, 1928; Dos canciones infantiles, 1937; Soneto de Lope de Vega, 1944; Soneto a Dulcinea del Toboso, 1947; Doce villancicos populares españoles, 1948; Cuatro cantarcillos, 1952; Cantiga de Alfonso Álvarez de Villasandino, 1953; Soneto de Antonio Machado, 1959; Dos poemas de Blas de Otero, 1959; Nanas de la cebolla, 1962; Canción del hombre nuevo, 1963.
Conjunto instrumental: Tres piezas para quinteto, 1923; Primer cuarteto de cuerda, 1930; Segundo cuarteto, 1932; Tercer cuarteto, 1936; Adagio, 1950; Serenata, 1952; Introducción, variaciones y coda, 1956; Triptique, 1957; Chant de l’oiseau qui n’existe pas, 1962.
Piano: Heraldos, 1922; Danza de las brujas, 1929; Toccata, 1929; Berceuse, 1936; Pasodoble, 1941; 24 Preludios, 1941; Preludio, fugueta y rondó, 1950; Tema con variaciones, 1951; Carnaval parisién, 1958; Sonatina, 1960; Variaciones sobre cinco notas, 1962. Guitarra: Petite suite, 1950; Romanza, 1952; Balada en re menor, 1953; Petite suite, 1960. Arpa: Partita en do mayor, 1953; Para dormir a Estela, 1957.
Bibl.: H. Collet, L’essor de la musique espagnole au XX siècle, Paris, Max Eschig, 1929; A. Salazar, La música contemporánea en España, Madrid, Ediciones La Nave, 1930; M. Valls Gorina, La música española después de Manuel de Falla, Madrid, Revista de Occidente, 1962; M. de Falla, Escritos sobre música y músicos, intr. y notas de F. Sopeña, Madrid, Espasa Calpe, 1972; J. C. Mainer, La edad de plata (1902-1939), Madrid, Cátedra, 1981; E. Casares, La Generación de la República o la edad de plata de la música española, Madrid, Fundación Juan March, 1983; T. Marco, Historia de la Música Española: el siglo XX, Madrid, Alianza Música, 1983.
Tomás Marco Aragón