Gaya Nuño, Juan Antonio. Tardelcuende (Soria), 29.I.1913 – Madrid, 6.VII.1976. Historiador, crítico de arte y escritor ante todo.
Segundo de tres hermanos, fue un niño precoz. En 1920 su familia se trasladó a Soria en cuyo instituto estudia bachillerato. Luego cursó la carrera de Filosofía y Letras en la Universidad Central de Madrid, concluyéndola en 1932. Trabajó de archivero-bibliotecario de la Diputación Provincial y como profesor ayudante del instituto nacional de segunda enseñanza de su ciudad. Preparó su tesis doctoral sobre el Arte románico en la provincia de Soria, que se vio unánimemente reconocida en enero de 1934 por el prestigioso tribunal compuesto por Elías Tormo, Manuel Gómez Moreno, José Ferrándiz, Andrés Ovejero y Enrique Lafuente Ferrari. Fue correspondiente de la Real Academia de la Historia desde 1935. Resulta fácil observar en la cronología de sus publicaciones que sus primeras orientaciones —para lo que contó con la valiosa ayuda de Blas Taracena, director del Museo Numantino— se encaminaron hacia su entorno más próximo, el arte medieval (árabe y románico).
La que prometía ser una brillante carrera universitaria quedó truncada por el estallido de la Guerra Civil en julio de 1936. El asesinato de su padre en los primeros días del levantamiento lo llevó a alistarse, junto a otros sorianos, en el batallón Numancia, incorporándose como teniente del Ejército Republicano al frente de Guadalajara. Aprovechó un permiso para casarse con la poetisa Concha de Marco. Perdida la guerra, se entregó prisionero, el 6 de abril de 1939, en el cuartel de Maudes de Madrid. Condenado a veinte años y un día, afrontó su circunstancia de vencido en un penoso calvario por distintas cárceles de España: Madrid, Valdenoceda (Burgos) y Las Palmas de Gran Canaria. Después de cumplir cuatro años de condena fue excarcelado en febrero de 1943, bajo libertad vigilada. Hasta septiembre de ese año residió en Bilbao.
En la posguerra de Madrid, restableció sus contactos con José Tudela y Blas Taracena, quienes le presentaron al crítico de arte José Gudiol Ricart. Por encargo suyo trabajó de documentalista en el archivo fotográfico Ruiz Vernacci de Arte Hispánico. Publicaciones como El románico en la provincia de Vizcaya o Atalayas cristianas de la frontera le llevaron a incidir sobre la arquitectura medieval, lo que culminó en su obra, en colaboración con Gudiol, Arquitectura y escultura románicas. Gracias a este crítico catalán, entre 1947 y 1951, dirigió en Barcelona las Galerías Layetanas, imprimiendo su dinámica y su sello personal a favor del arte de vanguardia. Así, en 1948 se celebró la primera exposición de Picasso tras la guerra y la de Joan Miró en 1949. En ellas colgaron sus cuadros los pintores de la escuela de Madrid, con Benjamín Palencia, Álvaro Delgado, García Ochoa y Menchu Gal, y se dieron a conocer los artistas Antoni Tàpies, Modest Cuixart y Joan Ponç, miembros del grupo Dau al Set. De aquello surgirían destacadas monografías sobre Picasso y Dalí (1950) y también de Benjamín Palencia y Pancho Cossío (1951).
Tras este vuelco en su vida intelectual regresó a su casa de la calle Ibiza de Madrid. Gaya se convirtió en el paladín de la pintura moderna, una nueva faceta que refrendó su libro La pintura española del medio siglo (1952). Entonces tuvo tiempo para estrenarse con El Santero de San Saturio (1953) en el campo de la creación literaria, donde plasmó páginas admirables.
Interesado por el estudio de los museos y colecciones recorrió España entera, lo que fructificó en diferentes obras, entre ellas su monumental Historia y guía de los Museos de España (1955). Por estas fechas dirigió el Boletín de la Sociedad Española de Excursiones y colaboró en el Instituto Diego Velázquez del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Dado su conocimiento de la historiografía norteamericana, en 1959, fue nombrado miembro de la Hispanic Society de Nueva York. También formó parte de la Academia Breve de Crítica de Arte, dirigida por Eugenio d’Ors. Su afinidad con Camón Aznar resultó muy estrecha.
Ya en 1953 lo llevó a los cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, donde se daría carta de naturaleza al arte abstracto. Con él colaboró en la Revista de Ideas Estéticas y fue vicepresidente en la Asociación Española de Críticos de Arte, recibiendo juntos ex aequo el Premio Nacional de Literatura de 1957. Esta intensa etapa de su vida se cerró con el galardón de la Sociedad Cervantina por su libro La arquitectura española en sus monumentos desaparecidos (1961).
Durante el curso 1962-1963 fue profesor invitado a la Universidad de San Juan de Puerto Rico. Además de impartir cursos y conferencias sobre su especialidad en España, y fuera de ella: Portugal, Francia, Inglaterra, México, Estados Unidos, etc., continuó con su dedicación y entrega al arte, relacionándose con expertos y artistas de rango internacional, y elaborando significativas bibliografías críticas y antológicas como las de Velázquez (1963), Picasso (1966) y Zurbarán (1967) e incluso esa obra tan emblemática de La pintura española del siglo XX (1970). Otro aspecto reseñable dentro del amplio abanico de la curiosidad gayanuñesca fue su preocupación por cuestiones generales de estética recogida, entre otros libros, en La pintura (1955), El arte en su intimidad. Una estética de urgencia (1957), Ataraxia y desasosiego en el arte (1958) o Entendimiento del arte (1959).
Gaya Nuño fue uno de esos intelectuales excluidos por razones políticas de la Universidad española. No obstante, ejerció un magisterio innegable con su promiscua producción en materia de historia y de crítica contemporánea y de casi todas las épocas, vertida en sus muchos libros y en numerosos artículos dispersos por diarios y revistas. Fue la suya, sin duda, una vocación permanente que mantuvo, sin tregua ni descanso, hasta el final de sus días. Un año antes nos obsequiaba con su ambiciosa bibliografía plástica y literaria: Historia de la crítica de arte en España (1975).
Pero su Bibliografía crítica y antológica de Goya, dada por concluida en 1976, se quedaría sin editar.
Publicó no menos de seiscientos veinticinco títulos, de los que sesenta y seis son libros, algunos con varias ediciones. Casi todos ellos tratan cuestiones de Bellas Artes: observa movimientos, escuelas y épocas o bien analiza y presenta a grandes creadores consagrados y contemporáneos. Además de un indispensable historiador y crítico del arte, fue uno de sus mejores divulgadores, por difundir lo artístico y hacerlo asequible al entendimiento de un mayor número de personas.
Tal es así que elevó el ejercicio de la crítica de arte a la categoría de género literario.
Obras de ~: Historia y crítica de arte: “La muela de Ágreda. Restos de la Almedina fortificada y de la Aljama hebrea”, en Boletín de la Academia de la Historia, 56 (1935), págs. 271- 285; Alonso Berruguete en Toledo, Barcelona, Editorial Juventud, 1944; Guías artísticas de España. Madrid, Barcelona, Editorial Aries, 1944; Historia del Arte español, Madrid, Editorial Plus-Ultra, 1946; El Románico en la provincia de Soria, Madrid, CSIC, Instituto Diego Velázquez, 1946; Eugenio Lucas, Barcelona, Ediciones Cobalto, 1948; Zurbarán, Barcelona, Ediciones Aedos, 1948; con J. Gudiol Ricart, “Arquitectura y Escultura Románicas”, Ars Hispaniae, vol. V, Madrid, Editorial Plus Ultra, 1948; J. Clará, Barcelona, Galerías Layetanas, 1948; Picasso, Barcelona, Ediciones Omega, 1950; Salvador Dalí, Barcelona, Ediciones Omega, 1950; Autorretratos, Barcelona, Editorial Agros, 1950; “Medio siglo de movimientos vanguardistas en nuestra pintura”, en Dau al Set (1950), 24 págs.; “Benjamín Palencia”, en World Review (1951), págs. 27-32; Francisco Cossío, Madrid-Barcelona, Ediciones Sagitario, 1951; La pintura española del medio siglo, Barcelona, Ediciones Omega, 1952; “Luis Paret y Alcázar”, en Boletín de la Sociedad Española de Excursiones, 56 (1952), págs. 87-154; Después de Justi. Medio siglo de estudios Velazquistas, Madrid, Espasa Calpe, 1953; “La pintura abstracta”, en Revista Española, 3 (1953), págs. 307-324; La Pintura, Madrid, Ediciones Pegaso, 1955; Vida de Acisclo Antonio Palomino, Córdoba, Diputación Provincial, 1956; Escultura española contemporánea, Madrid, Ediciones Guadarrama, 1957; El arte en su intimidad. Una estética de urgencia, Madrid, Aguilar, 1957; La pintura española fuera de España, Madrid, Espasa Calpe, 1958; Fernando Gallego, Madrid, CSIC, Instituto Diego Velázquez, 1958; Entendimiento del arte, Madrid, Taurus, 1959; “Claves íntimas de la crítica de arte”, en Cuadernos Hispanoamericanos, 125 (1960), págs. 161-185; Un conflicto: literatura y arte, Madrid, Taurus Ediciones, 1960; La arquitectura española en sus monumentos desaparecidos, Madrid, Espasa Calpe, 1961; Bibliografía crítica y antológica de Velázquez, Madrid, Fundación Lázaro Galdiano, 1963; Pintura Europea perdida por España. De Van Eyck a Tiepolo, Madrid, Espasa Calpe, 1964; Escultura Ibérica, Madrid, Aguilar, 1964; El arte europeo en peligro, Barcelona-Buenos Aires, Edhasa, 1964; “Arte del siglo XIX”, de Ars Hispaniae, vol. XIX, Madrid, Editorial Plus Ultra, 1966; Bibliografía crítica y antológica de Picasso, San Juan de Puerto Rico, Ediciones de la Torre, 1966; con J. Pijoán, “Arte Europeo de los siglos XIX y XX”, en Summa Artis, vol. XXIII, Madrid, Espasa Calpe, 1967; “Bibliografía crítica y antológica de Zurbarán”, en Arte Español, 25 (1967), págs 18-68; Historia del Museo del Prado (1819-1969), León, Editorial Everest, 1969; Museos de Madrid, I: El Museo del Prado, II: Otros Museos, León, Editorial Everest, 1970, 2 vols.; La pintura española del siglo XX, Madrid, Ibérico Europea de Ediciones, 1970; Velázquez. Biografía ilustrada, Ediciones Destino, 1970; La España de los Museos, Madrid, Editora Nacional, 1970; con C. de Marco, Soria (Guía turística), León, Editorial Everest, 1971; “La fotografía. Arte del siglo XX”, en Anuario de la fotografía Española (1974), págs. 7-8; Juan Gris, Barcelona, Ediciones Polígrafa, 1974; Historia del Arte Universal, León, Editorial Everest, 1974; Picasso, Madrid, Aguilar, 1975; 75 años de escultura española, Madrid, Biosca, 1975; Historia de la crítica de arte en España, Madrid, Ibérico Europea de Ediciones, 1975.
Creación literaria: El santero de San Saturio, Valencia, Editorial Castalia, 1953; Tratado de mendicidad, Madrid, Taurus Ediciones, 1962; Historia del Cautivo, México, Imprenta Venecia, 1966; Los gatos salvajes, Madrid, Taurus Ediciones, 1968; “La Corónica Celestial”, en Ínsula, 284-285 (1970), págs. 38- 39 y 42; Los monstruos prestigiosos, Las Palmas de Gran Canaria (Colección Inventarios Provisionales, n.os 11-12), 1972; Obras completas, I y II, Madrid, Fundación José Antonio Castro, 1999-2000.
Bibl.: C. de Marco, “Prólogo” a Los Trenes, c. 1976, 13 fols. (inéd.); T. Ortego, “Juan Antonio Gaya Nuño historiador y crítico del arte”, en Celtiberia, 51 (1976), págs. 127-133; J. M. Martínez Laseca e I. del Río Chicote, Gaya Nuño y su tiempo, Salamanca, Junta de Castilla y León, 1987; C. de Marco, J. M. Martínez Laseca e I. del Río Chicote, Juan Antonio Gaya Nuño, 1913-1976. Entre el espectador y el arte, Caja Soria, 1990; F. Calvo Serraller, Enciclopedia del Arte Español del siglo XX. 2. El contexto, Madrid, Mondadori, 1992; T. de la Fuente León (coord.), Catálogo. Legado bibliográfico Juan Antonio Gaya Nuño, Soria, Caja Salamanca y Soria, 1994; VV. AA., Catálogo del legado pictórico de Juan Antonio Gaya Nuño, Soria, Caja Salamanca y Soria, 1994; J. M. Martínez Laseca, “Una vieja amistad entre Alberti y Gaya Nuño”, en Diario de Soria, 21, 22, 26 y 27 de febrero de 2003.
José María Martínez Laseca e Ignacio del Río Chicote