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Nicolosio Granello

Biografía

Granello, Nicolosio. Génova (Italia), c. 1550 – San Lorenzo de El Escorial (Madrid), 30.XI.1593. Pintor.

Nicolosio Granello nació en Génova siendo su padre, de idéntico nombre, discípulo de Ottavio Semini, cuya carrera se vio truncada por su prematura muerte. Su viuda, Margarita Castello, contrajo segundas nupcias con el arquitecto y pintor Giambattista Castello, il Bergamasco, con el que vino a España en 1566 o 1567. Aparece hasta la muerte de su padrastro, en 1569, ayudándole con las pinturas al fresco del Alcázar de Madrid. Una de las primeras obras de este equipo de genoveses es la bóveda al fresco en una fuente de burlas en Valsaín. También, desde su llegada a España, trabajó en la decoración de la Torre Dorada del Alcázar de Madrid. El 1 de abril de 1571 los hermanos Francesco y Gianmaria da Urbino y Nicolás Granello, como se le conoce en la documentación española, fueron nombrados pintores del Rey. Mientras que éstos recibían un sueldo mensual de 20 ducados, Granello tan sólo cobraba 15. En esta cédula real se especificaba, además, que debía mantener a su hermanastro Fabrizio Castello, aún de poca edad. Estas campañas se prolongaron hasta 1575, alternando con esporádicos trabajos en Valsaín. Desde febrero de 1575 hasta finales de 1581, aparecen Giovanmaria da Urbino, a Nicolosio Granello y al dorador Francesco da Viana trabajando regularmente en El Escorial.

A partir de 1577 se desvinculó de la obligación de pagar a su hermanastro, ya que se le concedió a éste un salario de 20 ducados mensuales. Una de las primeras obras de relevancia llevadas a cabo en el monasterio, en colaboración con Francesco da Urbino, fue la bóveda del zaguán de entrada que separa las salas capitulares (prioral y vicarial) que les sería pagado entre el 22 de diciembre de 1581 y el 16 de julio de 1582.

Desde mediados de 1582 se unió al equipo de Francesco da Urbino y Granello y, junto al dorador Francesco da Viana, se les encargó ocuparse de la decoración de la bóveda del coro de la basílica, como Felipe II pidió al prior en una carta desde Lisboa el 13 de julio de 1582. Tras presentar un diseño preparatorio comenzaron a decorar el techo con casetones fingidos que se tasó en 1584. Desgraciadamente, Francesco da Urbino no pudo concluir este proyecto al fallecer a finales de 1582. Sin embargo, esta decoración quedaría oculta bajo el fresco de La Gloria ejecutado a partir de mayo de 1584 por Luca Cambiaso. Las descripciones lo aproximan a la bóveda de la sacristía.

Poco después Granello recibió el encargo de decorar la antesacristía y la sacristía y, aunque en los pagos, entre septiembre de 1583 y mayo de 1584, aparece sólo su nombre, debió de contar con la ayuda de Fabrizio Castello. El ángel central con el cántaro de agua incide sobre la importancia purificadora de este espacio en el que los sacerdotes lavaban sus manos antes de oficiar misa en la inmediata basílica. Esta escena central está circundada con alegorías femeninas con sentido religioso y diversos personajes bíblicos, como David, Sísara o Judith. En la bóveda de la sacristía se emplean casetones y grutescos. El testero aún visible está ocupado por una Piedad flanqueada por San Marcos y San Lucas.

Su nombre aparece como director de la decoración de la bóveda de medio cañón de lo que se denominaba en la época galería de la Reina, actualmente la Sala de Batallas del palacio de los Austrias de El Escorial.

En ella colaboraría con Fabrizio Castello y los genoveses venidos con Luca Cambiaso, Lazaro Tavarone y Orazio Cambiaso. Se trabajó en estas pinturas entre 1584 y 1585 siendo pagadas a Nicolosio Granello, quien se encargó de realizar los cartones. En esta amplia superficie se emplearon los grutescos.

Tras concluirse con éxito este trabajo Nicolosio Granello, Fabrizio Castello, Lazaro Tavarone y Orazio Cambiaso recibieron el encargo de acometer la decoración con grutescos y alegorías de las salas capitulares —prioral y vicarial— y del zaguán que las separa, ya pintado anteriormente, para unificar todos estos espacios.

En septiembre de 1586 terminaron los marcos de las escenas de las paredes del coro de la basílica con episodios de la vida de san Jerónimo y san Lorenzo, ejecutadas éstas por Luca Cambiaso y Romulo Cincinnato.

En abril de ese mismo año se le pagaron dos dibujos que trajo de Madrid para el salón principal de la biblioteca. A finales de ese año se encuentra entre los fiadores en el contrato para la ejecución de la fuente del claustro principal del monasterio.

En 1587 se le pagó la pintura imitando el jaspeado del monumento de madera para Semana Santa diseñado por Juan de Herrera y construido por el ensamblador Giuseppe Flecha. También, en estas mismas fechas, retocó un lienzo de Navarrete el Mudo.

En este año recayó sobre el equipo liderado por Granello el traslado al fresco de una sarga en grisalla con la Batalla de la Higueruela, librada por Juan II de Trastámara, a la pared de la basílica de la galería de la Reina, actualmente conocida como Sala de Batallas.

En 1589, los pintores Blas de Prado, Diego de Urbina y Miguel Martínez tasaron dos apóstoles que había pintado Granello en la celda prioral baja y unos diseños de artesonados para entre los dos patios del colegio para que fuesen juzgados por Felipe II antes de llevarse a cabo el proyecto. Para estas pinturas decorativas se valdría de la asistencia del dorador Francisco de Viana y de los pintores Fabrizio Castello y Lazaro Tavarone. En las cuentas de este año se detallan otras obras menores, como dos chimeneas y dos tableros pintados imitando jaspes.

En 1590, una vez concluida la Batalla de la Higueruela, se comprometieron a pintar los paños entre las ventanas de la Sala de Batallas trasladando al fresco los lienzos que se les entregaron como modelos pintados por Rodrigo de Holanda. También debían pintar en los dos testeros de esta galería la empresa de la Conquista de Portugal llevada a cabo por Felipe II un decenio antes. Parece que Granello intervino con mayor protagonismo en las escenas de los testeros con las islas Terceras y las Azores y en la del campo sobre Urliens.

Paralelamente, Nicolosio Granello, en compañía del dorador Francesco da Viana, pintó, con maderas fingidas, los cajones y estanterías de la librería alta de la biblioteca. Asimismo, a partir de 1591 trabajó, junto al dorador Francesco da Viana y Fabrizio Castello en algunas pinturas de grutescos que compartimentan las escenas principales que ejecutó Pellegrino Tibaldi en la bóveda de la sala principal de la biblioteca.

A comienzos de los años noventa se unieron en España al equipo de Granello y Castello los genoveses Alessandro Semini y su hijo Giulio Cesare, quienes seguirán trabajando en España tras fallecer Granello.

En 1591 copió en escala reducida para el futuro Felipe III el retablo mayor de la basílica escurialense junto con Francisco de Ribalta sobre láminas de cobre.

Gracias a sus conocimientos como pintor, desde 1576 actuó como comprador de pigmentos para las pinturas escurialenses y, también, como intermediario para traer de Italia algunos lienzos para decorar el monasterio, como sucedió en 1581 cuando entregó un Martirio de San Lorenzo que Luca Cambiaso había pintado en Génova y que estaba destinado al altar mayor de la basílica. Asimismo, aparece su nombre en la entrega en 1583 de la Anunciación de Veronés y de la Adoración de los pastores de Tintoretto, encargados por Felipe II también para este retablo. También actuará frecuentemente como fiador o como testigo en muchos contratos de obras escurialenses.

Aparte de las obras que realizaron para San Lorenzo, los dos hermanastros Fabrizio Castello y Nicolosio Granello, pintaron la armería del palacio de Alba de Tormes, para el duque de Alba.

En 1592 pidió licencia al Rey para retirarse a su casa de Madrid, si decidía no emplearle más en El Escorial o en otra parte, decisión que quedaba a cargo de fray Antonio de Villacastín.

Desde el 1 de julio de 1593 hasta que le sorprendió la muerte en noviembre de ese mismo año trabajó dorando y pintando las armas de los cenotafios de yeso colocados en la basílica de El Escorial, mientras Pompeo Leoni terminaba las esculturas de bronce dorado que se colocarán tras la muerte de Felipe II.

En 1594 Felipe II concedió a su viuda, Jerónima de la Parra, hija del rejero Alonso Luzón, y que posteriormente volvió a contraer nupcias con el también pintor Francisco Ruiz, una pensión de 300 ducados para ayuda de la crianza de cuatro hijos que quedaron a su cargo. Entre los bienes que había a la muerte del pintor destacaban varios lienzos sin finalizar, libros de pintura, trescientas estampas que le servirían de fuente de inspiración en sus pinturas y un arca con relieves y modelos. También dejó un cuadro de San Jerónimo a la iglesia de San Bernabé en la villa de El Escorial, aparte de otras mandas testamentarias.

 

Obras de ~: Frescos de las bóvedas del zaguán de las salas capitulares, 1581-1582; Antesacristía y Sacristía, 1583-1584; Bóveda con grutescos de la Sala de Batallas, 1584-1585; Marcos de las escenas de las paredes del coro de la basílica, 1586; Frescos de las bóvedas de las salas capitulares; Pintura y jaspeado del monumento de Semana Santa (restos en el Museo de Arquitectura de El Escorial), 1587; Frescos de la Sala de Batallas, 1587-1590.

 

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Almudena Pérez de Tudela