San Juan Alonso, Ananías. Santa María del Invierno (Burgos), 27.II.1904 – Ciudad de México (México), 30.XI.1985. Aviador militar.
Ananías San Juan ingresó en el Arma de Aviación en 1922, realizando el curso de Mecánicos en la Escuela de Transformación de Guadalajara. En 1929 inició el curso de Pilotos y en octubre pasó a la Escuela Militar de Vuelo de Alcalá de Henares. En enero de 1930 fue enviado a la Escuela de Transformación de Guadalajara para obtener el título de piloto militar. En 1933 realizó el curso de polimotores en Cuatro Vientos y fue destinado a Cabo Juby (Sáhara) como piloto de los Fokker F.VII y Junkers K.30 destinados en el desierto para hacer vuelos de fotogrametría aérea y viajes de correo entre España y la colonia africana. Realizó el curso de observadores y obtuvo el título de piloto de transporte.
El 18 de julio de 1936, en Cabo Juby se recibió una orden por radio indicando que los trimotores del Sáhara se debían incorporar a Sevilla. El sargento piloto Sanjuán formaba parte de la tripulación del Fokker del alférez Alfredo Arija que estaba de guarnición en Villa Cisneros y recibió orden de repostar, regresar a Cabo Jubi y dirigirse a Sevilla. Al aterrizar al mediodía en Villa Cisneros, Arija y el alférez Mario Ureña Jiménez Coronado, jefe accidental de la base, fracasaron en su intento de sublevarla. El Fokker despegó en dirección a Larache y llegaron a Tetuán el 19 de julio, donde el sargento Sanjuán prestó varios servicios antes de pasar a Sevilla como miembro del Grupo 22 de bombardeo dotado de Junkers 52.
En octubre de 1936, esta unidad se encontraba en el aeródromo de Escalona (Toledo) y San Juan era el segundo piloto del capitán Mario Ureña, con quien realizó un viaje por el frente llevando como pasajero al general Francisco Franco. Se ha especulado con el hecho de que, en el viaje de regreso a Escalona durante la puesta sol cuando el avión era tripulado por Ananías San Juan, éste, alegando que tenía dificultades para reconocer el terreno, hubiera intentando variar el rumbo del trimotor en dirección a las líneas republicanas, acción que, al parecer habría desbaratado el propio general Franco. Este hecho fue desmentido rotundamente por el propio Ananías San Juan. Es cierto que este aviador no compartía las ideas políticas de los sublevados, sus compañeros consideraban que se adhirió con tibieza a su bando, estaba sometido a una discreta vigilancia y no se le permitía volar solo. Por todo ello, Ananías preparó con otro miembro del Grupo 22 la fuga al territorio republicano (probablemente, un mecánico de vuelo, necesario para el manejo de los frenos del avión). Ante la renuncia de su compañero a evadirse, el 10 de noviembre de 1936 se fugó con el Junkers y, tras sobrevolar a baja altura el territorio republicano, aterrizó en el aeródromo de Alcalá de Henares. En recompensa por su actuación, fue promovido al empleo de alférez (Diario Oficial de 15 de noviembre de 1936).
A principios de diciembre se incorporó a la 1.ª Escuadrilla del Grupo 12 (Tupolev SB-2 Katiuska) que dirigió el soviético Ernst Schacht. El día 3 de enero de 1937, durante una misión sobre la estación de ferrocarril de Córdoba y posiciones al oeste de Porcuna, su avión fue interceptado por el “as” Joaquín García Morato que le atacó y le obligó a realizar un aterrizaje forzoso en un olivar cercano a Andújar, siendo el único aviador ileso, ya que sus compañeros fallecieron. Fue ascendido a capitán (Gaceta de la República, n.º 404) y en el verano viajó en comisión de servicio a Francia; a su regreso se hizo cargo de la jefatura de la 3.ª Escuadrilla de SB-2. Durante 1938 actuó como segundo jefe del Grupo 24 que agrupaba a todas las escuadrillas de Tupolev SB-2 y fue ascendido a comandante en 1938 (Diario Oficial, n.º 326) y a principios de enero de 1939, asumió la dirección del Grupo hasta que el 28 de marzo, día en el que, junto a Leocadio Mendiola Núñez, abandonó España desde Los Llanos (Albacete) a bordo de un Katiuska en dirección a Orán-La Senia (Argelia francesa). Ananías San Juan fue confinado, junto a otros aviadores republicanos, en el campo de concentración de Relizane (a las afueras de Orán). Puesto en libertad, se trasladó a Casablanca y embarcó en un buque francés que le llevó México, donde se sumó al decreto de acogida promulgado por el presidente Lázaro Cárdenas para todos los exiliados republicanos.
Gracias a un donativo proporcionado por la Junta de Ayuda a los Refugiados Españoles (JARE) obtuvo el título de piloto de transportes de líneas aéreas mexicanas e ingresó en la compañía Aeronaves de México, donde voló diferentes aviones. Recibió del secretario de Comunicaciones una condecoración por cumplir las quince mil horas de vuelo, hasta que un problema de visión le obligó a retirarse el 17 de marzo de 1963, dedicándose a la compraventa de maquinaria para la construcción hasta su jubilación.
Bibl.: A. Vilanova, Los olvidados, París, Ruedo Ibérico, 1969; A. García Lacalle, Mitos y verdades, México, Editorial Oasis, 1973; L. Mendiola y F. Hernández, Aportación a la Historia del Grupo 24 de Bombardeo (Katiuskas), Barcelona, 1997 (inéd.); A. González Betes, “Un aviador cambia de bando en la Guerra Civil Española”, en Aeroplano (Instituto de Historia y Cultura Aeronáuticas, Madrid), n.º 18 (2000), págs. 92-104; J. R. Buergo Troncoso, “Pilotos republicanos en México”, en Quauhtli (Academia de Historia Aeronáutica de México), n.º 3 (2001), págs. 21-39; J. Salas y R. Madariaga, Túpoliev SB Katiuska en España, vol. I, Valladolid, Ediciones Quirón, 2002.
Carlos Lázaro Ávila