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Ignacio Alfaro Arregui

Biografía

Alfaro Arregui, Ignacio. Burgos, 3.V.1918 – Burgos, 24.VII.2000. Aviador militar y consejero de Estado.

Era el menor de los tres hijos de Pedro Alfaro Alfaro, abogado del Estado, y de Asunción Arregui Cecilia y, habiendo nacido en la ciudad burgalesa, fue bastante normal que este joven de buena familia sintiera la llamada de las armas. Su íntima ilusión era ser piloto y cuando estalló el Movimiento Nacional tuvo la oportunidad de enrolarse en la Aviación. Pasó su infancia y adolescencia en Burgos y el 20 de julio de 1936 se incorporó voluntariamente al Aeródromo de Gamonal (Burgos), desde donde a partir del 12 de agosto comenzó a prestar servicios como bombardero-ametrallador en una escuadrilla de Dragon Rapide. A final de año fue habilitado para alférez honorario y, en marzo del año siguiente, se le concedió el empleo de alférez de complemento del Arma de Aviación, con antigüedad de enero de ese mismo año.

Su ilusión de hacerse piloto se vio satisfecha cuando, a primeros de abril de este mismo año (1937), fue destinado a la Escuela del Copero (Sevilla) para realizar el curso de piloto. Al finalizar su instrucción pasó destinado al Grupo 1-G-2 de Heinkel 51 hasta incorporarse a la 3.ª Escuadrilla de Caza Fiat, donde permanece hasta enero de 1938 que causa alta en la Región Aérea del Centro, con destino en el Grupo 3-G-3.

El año 1937 terminó con una espectacular tentativa de los republicanos sobre Teruel, que conquistaron la capital del bajo Aragón, aunque no pudieron progresar más allá debido a la resistencia nacional.

La contraofensiva nacional, llevada a cabo a partir de la segunda quincena de enero, no sólo desalojó al enemigo de la ciudad de Teruel, sino que también logró recuperar todo el territorio perdido.

El teniente Alfaro, ascendido en agosto de 1937, realizó, en los primeros meses de 1938, toda clase de misiones en la llamada batalla de Teruel. Efectuó misiones de protección de aviones de bombardeo y vigilancia en el frente de Teruel. Participó en el mes de marzo, protegiendo a las unidades de Junkers 52, Savoias 79 y Romero 37, en la operación de ruptura del frente por el bajo Aragón para arribar por allí al Mediterráneo. La ofensiva resultó un éxito y las fuerzas nacionales llegaron por Vinaroz al Mediterráneo.

En julio de 1938 se le concede el título de Ametrallador- Bombardero, por haber cumplido las condiciones reglamentarias. Un mes más tarde consigue su primera victoria aérea al derribar en combate un Polikarpov I-16 “Rata”. Su segundo derribo tiene lugar en noviembre de ese mismo año.

En 1939 continúa realizando misiones de escolta a las formaciones de Junkers 52, Savoia 81 y de vigilancia sobre Igualada, Manresa, Solsona y Barcelona. Por la actuación del Grupo 3-G-3, en el que sigue destinado el teniente Alfaro, se le concede a dicha Unidad la Medalla Militar Colectiva. Los últimos días de la guerra los pasa en la zona centro, realizando vuelos en el frente de Aranjuez, Toledo, Talavera de la Reina y Brunete. El día de finalización de la guerra le sorprende en el Aeródromo de Griñón (Toledo). Tiene en su haber tres derribos.

En febrero de 1940 se le concede la Cruz del Mérito de la Orden del Águila Alemana de 3.ª clase, con espadas. En abril cambia de destino, pasando al 16 Regimiento desde el 22 Regimiento de la 5.ª Región Aérea. En este mismo mes y año ingresa como alumno en la Academia del Arma de Aviación, donde se incorpora dos meses después.

En diciembre de 1941, por haber terminado sus estudios en la Academia, es promovido al empleo de teniente profesional (Escala del Aire) con antigüedad de 31 de mayo de 1939 y es destinado en diciembre a la citada Academia como ayudante de profesor.

En ese mismo año contrae matrimonio con Sofía Marco Purón, con quien tuvo ocho hijos (Ignacio, Pedro, José, Loreto, M.ª José, Antonio, José María y Sofía). Asciende a capitán en agosto y se le confirma en la Academia como profesor. En este destino, ejerciendo como profesor y realizando muchas horas de vuelo, permanece hasta julio de 1945, que se incorpora a la Escuela de Vuelos sin Visibilidad para realizar prácticas de la especialidad. Una vez finalizada la instrucción de vuelo, se incorpora a su nuevo destino en la Escuela Superior del Aire, para diplomarse en el Servicio de Estado Mayor. En 1947 asciende a comandante y, en octubre de ese mismo año, finalizados sus estudios, se le concede el Diploma de Estado Mayor. A comienzos del 1948 pasa destinado a la Escuela Superior del Aire como profesor. Desarrollando su misión como profesor de Táctica en la Escuela Superior del Aire y efectuando vuelos de entrenamiento, permanece hasta septiembre de 1951, cuando asiste, en la Escuela Superior de Vuelo, al curso de Vuelos sin Visibilidad. Un año más tarde se le designa para asistir al curso de Estado Mayor en la Escuela de Guerra Naval. En 1953, y durante su permanencia en la Escuela de Guerra Naval, asciende a teniente coronel y, en diciembre de ese mismo año, se le concede el diploma de Estado Mayor de la Armada.

Además de los cursos de vuelo, efectuó a lo largo de su vida militar el curso de Esquí Militar y el de Alta Montaña; en 1955 marcha a Alemania para efectuar, en la Base Norteamericana de Ranstein, el curso de Cooperación Aeroterrestre y, en febrero, es nombrado profesor de la Escuela de Cooperación Aeroterrestre creada en España por estas fechas. También realizó el curso de esta especialidad de Guidonia (Italia).

En octubre de 1957 se le concede la Cruz de la Orden del Mérito Militar de 2.ª clase con distintivo blanco, en atención a los méritos y circunstancias que concurren en este militar y, en febrero de 1959, se le concede la Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo.

Participando en numerosas comisiones visita el Mando de Costa Inglés y fábricas de electrónica; en Lisboa asiste a una demostración de un juego electrónico de la guerra para instrucción en Cooperación Aeronaval y participa como observador en los Ejercicios Antisubmarinos Aeronavales.

En junio de 1960 se incorpora a la Escuela Superior del Ejército como profesor. En agosto del año siguiente asciende a coronel, continuando en su destino hasta noviembre de 1962, que es nombrado jefe de la Escuela Básica y del Sector Aéreo de Salamanca.

Cuando cesa como director del Grupo de Escuelas de Matacán (nueva denominación de la Escuela Básica) en enero de 1965, es nombrado profesor principal de la recién creada Escuela de Estados Mayores Conjuntos. Durante el primer trimestre de 1966 realiza el curso de Aptitud para general. Asimismo, por haber realizado el curso correspondiente, se le concede el diploma de Aptitud para el Servicio de Estados Mayores Conjuntos.

Hombre de una actividad incansable, Ignacio Alfaro era un militar al que hasta el tiempo libre le sobraba.

De él se escribió años más tarde que su única distracción era el propio trabajo. Reunía todas y cada una de las virtudes castrenses y españolas que debía tener un oficial. Sus lecturas favoritas eran los libros costumbristas; la música que le entusiasmaba, además de la clásica, eran las marchas militares.

No dejó de volar en todos sus destinos, robaba horas de sueño para, antes de incorporarse al despacho, poder disfrutar del vuelo.

Durante los años siguientes ostenta la Jefatura del Servicio de Armamento, desarrollando en el mimo una tarea de organización extraordinaria y, por sus conocimientos y experiencia, es designado para formar parte de la comisión encargada de la redacción de Reglamento de Cooperación Aeronaval.

Asciende a general de Brigada en octubre de 1970 y es destinado al Estado Mayor del Aire como director de Enseñanza. A propuesta del ministro de Educación y Ciencia, en enero de 1972, se le designa como consejero nacional de Educación en representación del Ministerio del Aire. En septiembre de este mismo año es nombrado director de Planes y Programas del Estado Mayor del Aire y durante este año formó parte de varias comisiones del IV Plan de Desarrollo Económico y Social.

Es nombrado director de Servicios del Ministerio del Aire cuando asciende a general de División en junio de 1974, pero compaginando su cargo con su anterior destino en Planes y Programas del Estado Mayor. Continúa con estos cometidos hasta que en mayo de 1976 se le nombra segundo jefe del Estado Mayor del Aire, cargo en el que permanece hasta su designación como general jefe del citado Estado Mayor y ascendido a teniente general en julio de 1977.

No hay más que seguir sus escasas intervenciones públicas con motivo de algún acto oficial, para descubrir en él a un auténtico soldado español. Las palabras lealtad, entrega a la nación, disciplina, noble servicio, amor a la patria, etc., eran constantes.

En septiembre de 1978, por Real Decreto, es nombrado general jefe del Alto Estado Mayor y presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor y en este mismo mes y año jura el cargo de consejero de Estado; al mes siguiente toma posesión como vicepresidente del Consejo de Economía Nacional.

En este cargo le tocó hacer frente al golpe de Estado del 23 de febrero de 1981. Como militar estricto, siempre estuvo a las órdenes del Rey y no dudó nunca que debía obedecer las órdenes de su superior. La noche del denominado “23 F”, Ignacio Alfaro “prestó un gran servicio al país en defensa de la Constitución por su inequívoca lealtad al Rey”. Al día siguiente de la intentona golpista, recibió en Madrid al general Milans del Bosch para comunicarle que estaba arrestado.

Su actuación en esos días fue de tal discreción que su figura apenas resalta en los libros que narran el acontecimiento.

Al cesar en enero de 1982 como presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor, se le nombra asesor personal para Asuntos militares del presidente del Gobierno y poco después consejero electo de Estado.

En julio de este mismo año se dispone el pase al Grupo “B” al cumplirse el tiempo máximo de permanencia en los empleos de general.

Su valía y capacidad de trabajo son apreciadas por el Gobierno, que le nombra vocal del Consejo de Administración de la Empresa para la Industria Química “Alcudia” y de Iberia, Líneas Aéreas de España. Pasa a la situación de Reserva Activa en diciembre de 1984 y en mayo de 1986 se dispone su pase a la situación de Segunda Reserva.

A partir de este momento, todos los años, a propuesta del presidente del Gobierno, fue nombrado consejero de Estado.

Es digno de resaltar que mientras estuvo en activo como militar, en todos los empleos desde alférez hasta teniente general, todos los meses efectuaba vuelos: unos cumpliendo misiones operativas y otros ya de general como único piloto de entrenamiento. Terminó su vida aeronáutica habiendo realizado un total de 3.367 horas de vuelo.

Por Real Decreto de 1999 es promovido al empleo de general del Aire, con carácter honorífico. Como consejero de Estado permaneció hasta que el día 24 de julio de 2000 se fue en Burgos con la misma discreción con la que afrontó el delicado tiempo que le tocó vivir.

Durante su vida recibió las siguientes condecoraciones: Medalla Militar Colectiva (1939); Cruces del Mérito de la Orden Alemana de 3.ª clase con Espadas; Mérito de Guerra de Italia (1941); Mérito Aeronáutico de 1.ª clase con distintivo blanco (1953); Mérito Militar de 1.ª clase con distintivo blanco (1957); San Hermenegildo (1959), Guerra 1936-1939 (1962); Mérito Naval de 1.ª clase con distintivo blanco (1967); Medalla al Mérito de 2.ª clase de Portugal; Fuerzas Aéreas Venezolanas (1979); Comendador de San Hermenegildo y de la Legión; del Mérito de Estados Unidos (1980); Grandes Cruces: Mérito Naval (1973); San Hermenegildo (1974); Mérito Aeronáutico (1975); Mérito Militar; Leopoldo III de Bélgica (1978); Orden Nacional del Mérito de Francia (1978); Carlos III; Medalla de Honor Universidad Politécnica de Madrid.

 

Fuentes y bibl.: Archivo Histórico del Ejército del Aire (Villaviciosa de Odón, Madrid), Hoja de servicios.

V. Prego, Diccionario de la Transición, Barcelona, Plaza y Janés, 1999; L. Méndez, “Un soldado español leal al Rey”, en El Mundo (Madrid), jueves, 27 de julio de 2000.

 

Adolfo Roldán Villén