Boil, Bernardo. Zaidín (Huesca), 1445 – Cuixá (Francia), 1506. Mínimo (OM), ermitaño, diplomático, asceta, primer vicario apostólico de América.
Nacido en Zaidín (Huesca), parece que fue compañero de infancia del rey Fernando el Católico. Debió de estudiar en alguna universidad, porque en 1473 era ya secretario de Pedro de Zapata, arcipreste de Daroca y persona de confianza del Rey Católico, que más tarde le hizo su consejero y secretario y, en 1497, comisario de guerra y capitán de las galeras reales de la escuadra naval de Vilamarí, en el conflicto surgido en Cerdeña con el marqués de Oristán. Aunque de niño había sido ya tonsurado, no fue hasta 1480 que se “convirtió” y abandonando la Corte se hizo ermitaño, primero en la ermita de Nuestra Señora de la Abellera de Prades y luego en Montserrat. Estando ya en Montserrat se ordenó en Barcelona de subdiácono, el 16 de junio de 1481, y de diácono seis días después, y de presbítero en diciembre del mismo año, en la iglesia de Santa María del Pino, de Barcelona.
Gaufredo Sort, abad de Sant Cugat del Vallés y vicario general de Montserrat, por el abad comendatario cardenal Giuliano della Rovere, le nombró vicario —superior— de los ermitaños de Montserrat el 15 de mayo de 1482, con amplísimas patentes para poder confesar, residiendo como tal en la ermita de la Santísima Trinidad, donde con el deseo de procurar a sus subordinados una sólida formación ascética, tradujo del latín al castellano la obra De Religione, atribuida al abad Isaac de Spoleto, en realidad una compilación de diversas homilías del obispo Isaac de Nínive (siglo VII), y quizás también dos breves tratados de oración mental, que considera la más excelente forma de orar y recomienda dedicarle diariamente dos horas, una por la noche y otra por la mañana, anticipándose así a la oración mental metódica propugnada por la Devotio moderna y propagada por el prior y primer abad observante de Montserrat, fray García Jiménez de Cisneros, con su obra el Exercitatorio de la Vida Spiritual. En ellos se nota la influencia de las Meditationes vitae Christi, atribuidas a san Buenaventura y sobre todo del beato Raimundo Lulio, de quien Boil fue entusiasta admirador, como lo demuestra su correspondencia con el mallorquín Arnaldo Descós (1484-1492), publicada por el padre Fita, y la amistad que le unió a Pedro Deguí, brillante expositor de los escritos del doctor iluminado. Esa obra se imprimió cinco años más tarde, no en el monasterio de Sant Cugat del Vallès, como suponían algunos, sino probablemente en Zaragoza, en el taller de Juan Hurus. También se le atribuye indebidamente el Llibre d’Amoretes, traducción de un opúsculo anónimo francés de sabor franciscano.
En 1486, en nombre del abad de Montserrat, Juan de Peralta, propuso a los Reyes Católicos la reforma del monasterio de Montserrat, trayendo algunos monjes de la congregación de Santa Justina de Padua. Mas, como esto no se pudo lograr, el Monarca intentó reformarlo según las observancias de los benedictinos de San Benito el Real de Valladolid, y para tratar de este asunto en 1490 viajó a Córdoba. Sus gestiones tuvieron efecto, porque los benedictinos observantes de Valladolid fueron a reformar Montserrat en junio de 1493. En 1486-1487 y en 1492, Fernando el Católico le mandó a Francia con sendas misiones diplomáticas, la última para pedir la restitución de las comarcas del Rosellón y la Cerdaña. En Tours conoció al célebre Ermitaño italiano san Francisco de Paula, huésped de Luis XI de Francia desde 1483, fundador de los ermitaños Mínimos, en cuya Orden entró tras regresar a España para informar a los Reyes sobre el resultado de su misión diplomática. Luego volvió a Tours, donde hizo su noviciado y profesó en manos de san Francisco de Paula, de quien fue uno de sus discípulos predilectos. Retornó a España en calidad de vicario general de los mínimos y obtuvo de los Reyes Católicos autorización para fundar en Aragón y Castilla. Erigió el primer convento de su Orden en Sant Cebrià de Horta, muy cerca de Barcelona y en la ermita de Nuestra Señora de la Victoria, de Málaga, en marzo de 1493. A petición del Rey Católico, el 25 de junio de 1493, el papa Alejandro VI le nombró primer vicario apostólico de las Indias occidentales, y como tal fue a América en el segundo viaje de Cristóbal Colón, el 25 de septiembre de 1493, siendo el primer apóstol de América y el que dijo la primera misa en aquel continente. Estuvo un año en la isla Isabela, pero a raíz de diversas desavenencias graves con Colón, y por desconocer la lengua indígena del país, regresó a España, arribando a Sevilla “muy doliente” —dice el Rey— el 3 de diciembre de 1494, pero al año siguiente (1495) fundó el convento de mínimos de Andújar (Jaén). Llamado por su superior general a Tours, fue enviado a Roma, para tratar asuntos de su Orden, recién aprobada, y asuntos de estado que le encomendó el Rey Católico. Después fue embajador del Papa y de César Borja ante el rey de Sicilia para pedirle a su hija para esposa de este último, en 1498, a instancias del rey Fernando, que obtuvo la renuncia del cardenal Della Rovere a la célebre abadía benedictina de Sant Miquel de Cuixà. Fue nombrado Boil abad comendatario, en cuyo cargo murió seis años después.
Obras de ~: I. Spoleto (comp.), De Religione, trad. de ~, c. 1482 [ms. en Real Biblioteca, Madrid, Patrimonio Nacional cód. 795. Contiene: De la oración mental y De la práctica de la oración mental, vers. de ~ (atrib.)] (Zaragoza, Juan Hurus, 1489); [“Correspondencia de Boil con Bernat Descós”], s. l., s. f. [ed. en F. Fita “Escritos de fray Bernardo Boil. Correspondencia latina con D. Arnaldo Descós”, en Boletín de la Real Academia de la Historia, t. XIX (1891), págs. 284-348].
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Ernesto Zaragoza Pascual
