Fernández de Padilla, Juan. Señor de Calatañazor y de parte de Coruña del Conde. ?, p. m. s. xiv – 1376. Alguacil mayor de Toledo y camarero de Enrique II de Castilla.
Hijo de Pedro López de Padilla II, ballestero mayor de Pedro I de Castilla, y de María González de Leiva, hija de Juan Martínez de Leiva, señor de Coruña del Conde, adelantado mayor de Castilla y camarero mayor del Rey. Por este matrimonio, Pedro López de Padilla II heredó derechos en la villa de Coruña del Conde, que en 1352 compartía, entre otros, con su suegra y con el ricohombre García Fernández Manrique. Además, y junto a sus hermanos, en esa fecha Pedro López de Padilla II era divisero en 4 behetrías de la merindad de Castrojeriz y en la behetría de Cabia, perteneciente a la merindad de Muñó, participaba del solariego compartido de Villalán, en la merindad del Infantado de Valladolid, y, ya sin el concurso de sus hermanos, era divisero en la behetría de Arenillas de Riopisuerga, situada en la merindad de Castrojeriz. Por ello puede considerarse que entonces los Padilla integraban las filas de la nobleza regional.
En el tercer cuarto del siglo xiv, una parte o la totalidad de estos derechos señoriales pudieron ser heredados por su primogénito Juan Fernández de Padilla.
En concreto, se sabe que disfrutaba de tres partes de Coruña del Conde, que, junto a sus propiedades en el mismo lugar, fueron valoradas en 1371 en 500.000 maravedís. En cualquier caso, al morir su padre, Juan Fernández se convirtió en el pariente mayor de la línea troncal del linaje Padilla, que, originario de la localidad burgalesa de Padilla de Yuso, tenía sus intereses territoriales diseminados por la Castilla de las Merindades. Sin embargo, con Juan Fernández, los Padilla extienden sus intereses señoriales a tierras sorianas, se introducen en la relevante ciudad de Toledo y emparientan con los Ayala.
Así, Juan Fernández de Padilla, camarero de Enrique II de Castilla, recibió del Monarca el señorío jurisdiccional de la villa de Calatañazor. A partir de entonces el castillo de esta villa soriana fue residencia solariega del linaje y la villa y su tierra el ámbito geográfico de referencia familiar. Al mismo tiempo, Juan Fernández consiguió otra casa residencial en Toledo, ciudad en la que llegó a desempeñar el oficio de alguacil mayor. La residencia toledana le permitió tener un contacto más directo con la Corte y los grandes asuntos políticos del reino castellano como demuestra el hecho de que el mencionado Juan Fernández fuera camarero real.
Probablemente, el oficio regio y la residencia toledana facilitaron las relaciones entre Juan Fernández de Padilla y los Ayala, que también se habían introducido en la ciudad del Tajo. De tal suerte que Fernández de Padilla se unió en matrimonio con Juana de Ayala, descendiente de la línea troncal de este linaje de la alta nobleza castellana, ya que su padre era Fernán Pérez de Ayala, señor de Ayala, y su hermano fue Pedro López de Ayala, que posteriormente fue alcalde mayor de Toledo y gran canciller de Castilla. La unión conyugal era un instrumento más para la consolidación del linaje Padilla. El matrimonio se celebró después del 18 de octubre de 1369, cuando Juana de Ayala, todavía soltera, daba a censo a Juan Ferrández un solar en Huecas a cambio de un tributo anual de 2 maravedís de la moneda usual y tres pares de buenas gallinas. El 2 de octubre de 1371, en Toledo, Juan Fernández de Padilla entregaba a favor de la que ya era su mujer Juana de Ayala 500.000 maravedís en concepto de arras y diezmo.
Juan Fernández de Padilla falleció antes de noviembre de 1376, cuando Enrique II confirmó a sus hijos Pedro López de Padilla y María de Padilla, menores de edad, la donación de la villa de Calatañazor, con su señorío y la justicia civil y criminal. Mientras duró la minoría de edad, el señorío debió ser administrado por su madre Juana de Ayala, que en 1382, en calidad de señora de Calatañazor, vendió a Pedro Fernández de Velasco, camarero mayor del Rey, unos vasallos en Val de San Vicente.
Con posterioridad, los hijos nacidos del matrimonio entre Juan Fernández de Padilla y Juana de Ayala establecieron una doble alianza con la familia Sarmiento mediante el matrimonio de Pedro López de Padilla III y María de Padilla con Leonor Sarmiento y Diego Pérez Sarmiento, adelantado mayor de Galicia, hijos de Pedro Ruiz Sarmiento, señor de Salinas y mariscal de Castilla, y de Juana de Guzmán. De este modo, aseguraban la continuidad del linaje, a cuya cabeza estaría, hasta mediados del siglo xv, Pedro López de Padilla III, el nuevo señor de Calatañazor, que acrecentó además los bienes toledanos de la familia Padilla.
Fuentes y bibl.: Real Academia de la Historia, Colección Salazar, sign. D-10, fol. 237, sign. M-36, fols. 276v.-278, sign. M-45, fols. 240v.-243.
L. de Salazar y Castro, Historia genealógica de la Casa Lara, t. I, Madrid, Imprenta Real, por Mateo de Llanos y Guzmán, 1696-1699, págs. 423-424; C. Rosell, Crónicas de los Reyes de Castilla: desde D. Alfonso el Sabio hasta los Reyes Católicos don Fernando y doña Isabel, vol. I, Madrid, Ediciones Atlas, 1953, 3 vols. (Crónica del Rey Don Pedro, por Don Pedro López de Ayala, pág. 482); G. Argote de Molina, Nobleza del Andalucía. Libros I y II, Jaén, Instituto de Estudios Giennenses, 1957, pág. 187; J. P. Molénat, Campagnes et monts de Tolède du xiie au xve siècle, Madrid, Casa de Velázquez, 1997, págs. 348-349; J. de Salazar y Acha, La Casa del Rey de Castilla y León en la Edad Media, Madrid, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 2000, págs. 334-335 y 564; C. Estepa Díez, Las behetrías castellanas, vol. I, Valladolid, Junta de Castilla y León, 2003, págs. 402-404; E. Rodríguez-Picavea Matilla, “Linaje y poder en la Castilla Trastámara. El ejemplo de la Orden de Calatrava”, en Anuario de Estudios Medievales, 35, 1 (2005), págs. 91-130.
Enrique Rodríguez-Picavea Matilla
