Cerda, Juan de la. El Mozo. Señor de El Puerto de Santa María y de Gibraleón. ?, c. 1327 – Sevilla, 1357. Noble enriqueño.
Nieto de Alfonso de la Cerda, el Desheredado, y por tanto descendiente directo de Alfonso X, pertenecía también a la familia de los Guzmán, pues su madre fue Leonor, hija de Guzmán el Bueno. En ocasiones se le confunde con Juan Alfonso, hermano de su padre Luis, por lo que a veces se le llama el Mozo. Junto a él combatió en el cerco de Algeciras, en 1343, a las órdenes de Alfonso XI. Cuando en 1350 Pedro I hereda el trono, era ya señor de El Puerto de Santa María, habiendo muerto tanto su madre como sus hermanos varones, y estaba prometido con María Coronel, hija de Alfonso Fernández Coronel, con la que se casó poco más tarde.
Apoyando los intereses de un partido nobiliario que se oponía a la privanza de Juan Alfonso de Alburquerque, ni él ni su suegro acudieron a la llamada de las Cortes de Valladolid de 1351. Ambos se entrevistaron poco después en Aguilar con el Monarca, y ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo pacífico Juan de la Cerda viajó a Granada en busca de refuerzos, e incluso cruzó el estrecho hacia tierras norteafricanas. Permaneció allí algún tiempo, interviniendo en luchas civiles, para pasar luego a Portugal. Entre tanto, su suegro resistió durante meses el cerco que el Rey pusiera a Aguilar, para entregarse y morir en 1353. Ese mismo año, y por intercesión del Rey portugués, regresa a Castilla junto a Alburquerque, y a partir de ahí aparece acompañando a don Pedro en la mayor parte de los sucesos significativos de estos años de reinado: el encuentro en Cigales, las bodas en Valladolid, o la huida tras el abandono de doña Blanca. Desempeña también diferentes misiones directamente relacionadas con la privanza, como ir a Toledo en busca de María de Padilla o apresar a Juan Núñez, maestre de Calatrava.
En 1354 el entorno de don Pedro había cambiado considerablemente, y los parientes de María de Padilla ocupaban casi todos los oficios cercanos al Rey.
Los principales aristócratas castellanos se ponen en su contra y llevan a cabo lo que se conoce como la “rebelión de los grandes”, encabezada por Alburquerque, Fernando de Castro y los hermanos bastardos de don Pedro. Juan de la Cerda se une a ellos. Los nobles sostienen como causa el abandono por parte del Rey de su legítima esposa, Blanca de Borbón, pero en realidad pretenden recuperar el lugar que consideraban que les correspondía, cerca del Monarca y controlando de algún modo el gobierno de Castilla.
Pedro I, tras ser retenido durante un tiempo en Toro, consigue huir y comienza a ganarse el favor de buena parte de los sublevados. Juan de la Cerda será uno de los primeros en regresar a su lado, y como recompensa recibe el señorío de Gibraleón, que ya ostentara su abuelo. Recibe, además, como tutor de los hijos de Alfonso Fernández Coronel, la administración de una parte de la herencia de su suegro, que había sido confiscada. Con todo, los cronistas señalan que don Pedro no olvidaba la ofensa y pensaba vengarse.
En 1357, estando Castilla en guerra con Aragón, Juan de la Cerda y su cuñado Alvar Pérez de Guzmán son enviados como fronteros al sector de Serón. El año anterior se habían desnaturalizado, en secreto, del Rey castellano, jurando fidelidad al aragonés y aliándose a Enrique de Trastámara. Planean una revuelta en Andalucía, buscando simultáneamente alianzas con Granada y Marruecos, para atacar a don Pedro desde varios frentes y conseguir arrebatarle el trono. Los planes fracasan: Juan Ponce de León, acompañado por las milicias concejiles de Sevilla, derrota a Juan de la Cerda en la ribera del Candón y lo lleva prisionero a la ciudad. Permanecerá algunos días preso en la Torre del Oro, para ser finalmente ajusticiado. Su esposa, María Coronel, se había desplazado hasta Tarazona para pedir el perdón del Rey y, a pesar de conseguirlo, llegó demasiado tarde. Sus restos reposan bajo los de ella, en el convento de Santa Inés, y junto a los de la única hija que tuvieron, que murió a los dos años de edad. En Portugal, y fruto de su unión con Sol Martins, dejó un hijo ilegítimo que llevaba el apellido Lacerda.
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Covadonga Valdaliso Casanova