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Fadrique de Castilla

Biografía

Castilla, Fadrique de. Señor de Haro. Sevilla, 13.I.1333 – 29.V.1358. Hijo natural de Alfonso XI, adelantado mayor y maestre de la Orden de Santiago.

Fadrique era el cuarto hijo del rey de Castilla Alfonso XI y de su amante Leonor de Guzmán. Es más, Fadrique fue hermano gemelo de Enrique de Trastámara, el que inaugurara unos años después en la Corona de Castilla el comienzo de una nueva dinastía. De joven actuó Fadrique como adelantado de la frontera. Posteriormente estuvo al frente de importantes señoríos, así como de poderosas instituciones, pues fue señor de Haro a la vez que, algún tiempo después, maestre de la poderosa Orden Militar de Santiago. Fadrique se unió, desde los primeros años de su vida, tanto a su madre, Leonor de Guzmán, como a su hermano, Enrique. A raíz del acceso al trono de Pedro I, lo que aconteció en el año 1350, Fadrique decidió instalarse en tierras de la Orden de Santiago, en concreto en la región de Extremadura. Consta, por otra parte, que vio a su madre, Leonor de Guzmán, poco antes de que fuera víctima de un cruel asesinato. Han circulado rumores de que Fadrique acompañó a la infanta Blanca de Borbón en el viaje que ésta efectuó desde tierras francesas hasta la villa de Valladolid, donde se casó con el rey de Castilla Pedro I. En ese viaje Fadrique y Blanca habrían tenido, según se supone, relaciones amorosas. Ahora bien, esa información, justo es reconocerlo, no se sustenta en ninguna fuente auténtica.

De todas formas, es evidente que Fadrique, una vez que se produjo una rebelión contra el rey Pedro I, se inclinó hacia Juan Alfonso de Alburquerque, el cual había terminado rompiendo sus relaciones con el monarca castellano. Es más, Fadrique levantó el plan de resistencia contra el rey Pedro I de Castilla a las villas y castillos de las tierras de la Orden de Santiago. Cuando los rebeldes se instalaron en Toro, adonde acudió el monarca Pedro I, Fadrique fue designado camarero mayor del Rey. No obstante, Pedro I, con gran habilidad, logró escapar de Toro, lo que causó un gran desconcierto a los nobles rebeldes. En el año 1354 los toledanos, que se levantaron a favor de Blanca de Borbón, llamaron a Fadrique para que los ayudara. Éste marchó a la ciudad del Tajo, donde, al parecer, se apoderó de los tesoros del judío Samuel Ha-Leví, colaborador en las tareas financieras del rey Pedro I. Todo parece indicar que fue aquélla la primera vez que Fadrique vio personalmente a la reina Blanca de Borbón. Poco después, Fadrique se vio obligado a abandonar Toledo, dirigiéndose a la vecina localidad de Talavera.

Cuando su hermano Enrique de Trastámara se acercó a dicha villa, encontró en ella, según relatan las fuentes de la época, “al Maestre don Fadrique su hermano con muchas compañías que tenía”. Al año siguiente, 1355, Fadrique, junto con su hermano Enrique, se dirigió nuevamente a Toledo. Después de recibir a una comisión de caballeros toledanos, que les ofrecieron su más firme apoyo, ambos, Fadrique y Enrique, entraron en Toledo. Poco después entraban en dicha ciudad las tropas petristas. Pero a la postre los bastardos de Alfonso XI, convencidos de que habían perdido aquella batalla, “con la gran desesperación salieron á tomar el aventura que les viniese”, según afirma el cronista Pedro López de Ayala. En definitiva, hubieron de abandonar la ciudad del Tajo, encaminándose hacia la localidad de Toro. En septiembre de aquel año, 1355, las tropas de Pedro I pusieron cerco a Toro. Finalmente, a comienzos del año 1356, Fadrique, temeroso de las represalias que podía tomar contra ellos Pedro I, se reconcilió con su hermanastro, el rey de Castilla. No obstante, el monarca castellano, deseoso de eliminar a Fadrique, intentó asesinarlo, primero en Tordesillas, en el año 1356, y más tarde en Ágreda, en 1357.

Fadrique, ignorante de los tendenciosos deseos de su hermanastro Pedro I, llegó a la ciudad de Sevilla a finales de mayo del año 1358. Hay indicios de que María de Padilla pretendió advertirle de los peligros que corría, aunque Fadrique no se dio cuenta. Este hecho lo señaló el cronista López de Ayala, al indicar que María de Padilla, al ver a Fadrique, “fizo tan triste cara, ca todos lo podrían entender, ca ella era dueña muy buena, é de buen seso, é non se pagaba de las cosas que el Rey facía, e pesábale mucho de la muerte que era ordenada de dar al Maestre”.

Finalmente, el día 29 de mayo del año 1358, unos ballesteros de Pedro I dieron muerte sin piedad, en el alcázar de la ciudad de Sevilla, al hermanastro del Monarca. El ballestero mayor del rey Pedro I, Pedro López de Padilla, sujetó a Fadrique, para que los otros ballesteros, Juan Diente, Garcí Díaz de Albarracín, Rodrigo Pérez de Castro y Nuño Fernández de Roa acabaran con él a golpes de maza. Según la versión ofrecida por López de Ayala, uno de los ballesteros, llamado Nuño Fernández de Roa, “llegó al Maestre edióle un golpe de la maza en la cabeza, en guisa que cayó en tierra; é estonce llegaron los otros Ballesteros, e firiéronle todos”. Poco tiempo después, viendo que Fadrique aún no había fallecido, “sacó el Rey una broncha que tenía en la cinta, e diola á un mozo de su cámara, é fízole matar”. Pero lo más sorprendente, según la visión que ha transmitido el cronista Pedro López de Ayala, fue el hecho de que Pedro I se puso a comer tranquilamente ante el cuerpo sin vida de su hermanastro: “E desque esto fue fecho, aséntose el Rey á comer donde el Maestre yacía muerto en una quadra que dicen de los Azulejos, que es en el Alcázar”.

Aparte del maestre de la Orden de Santiago, Pedro I ordenó matar en esas fechas a otros individuos que habían participado en la revuelta nobiliaria contra su causa. Sin duda, aquélla fue una terrorífica escena, en la que se han basado muchos historiadores para tildar a Pedro I de sádico o, de acuerdo con el apodo que se ha utilizado tradicionalmente, de cruel. Los restos mortales de Fadrique se encuentran depositados en la cripta de la capilla real de la catedral de Sevilla.

 

Bibl.: L. Suárez Fernández, “Castilla, 1350-1406”, en L. Suárez Fernández y J. Reglá Campistol, La crisis de la Reconquista (c. 1350-c. 1410), pról. de R. d’Abadal, en J. M.ª Jover Zamora (dir.), Historia de España de Menéndez Pidal, vol. XIV, Madrid, Espasa Calpe, 1966; L. V. Díaz Martín, “Los Maestres de las Órdenes Militares en el reinado de Pedro I de Castilla”, en Hispania, XL (1980), págs. 285-356; P. L. Pérez de los Cobos, “El infante don Fadrique, Maestre de Santiago”, en Miscelánea Medieval Murciana, X (1983), págs. 45-59; L. V. Díaz Martín, Pedro I. 1350-1369, Palencia, Diputación Provincial de Palencia, 1995.

 

Julio Valdeón Baruque