Farfán, Juan. Sevilla, 1536 – 30.VI.1619. Agustino (OSA), profesor, predicador, examinador del Arzobispado de Sevilla y ocurrente.
Diego Fernández y Ana Rodríguez, naturales de Sevilla, fueron los padres de Juan Farfán, quien con diez años “era singular escribano y gran contador; y de menos de catorce, extremado latino”, según Pacheco.
El 30 de abril de 1562 profesó en la Orden Agustiniana, en el Convento San Agustín de Sevilla.
Cursó estudios de Filosofía y Teología en el colegio de Alcalá, tras lo cual leyó Teología en el Convento San Agustín de Toledo (1569), para continuar como profesor de Artes y Teología en la Universidad de Sevilla (1574). El 14 de mayo de 1575 la Orden Agustiniana lo declaró presentado en Sagrada Teología. Entre tanto, Juan Farfán comenzó a distinguirse por sus dotes oratorias y ocurrencias oportunas, llamando la atención a sus contemporáneos por la agilidad mental y fluidez de su humor.
Se graduó en 1583 de bachiller (12 de noviembre), licenciado (26 de noviembre) y doctor en Teología (9 de octubre) por la Universidad de Sevilla. Poco tiempo después, la Orden de San Agustín le concedió el título de maestro. En su provincia de Andalucía fue prior en tres ocasiones del convento de Sevilla (1586, 1595 y 1611), definidor provincial (1583, 1591, 1605, 1607 y 1614), provincial de Andalucía de 1598 a 1601 y visitador de la Provincia (1582 y 1604). Durante el tiempo que ejerció el gobierno provincial fundó el Colegio San Acacio de Sevilla, prestigioso centro de estudios para los alumnos de la Orden Agustiniana. Durante un tiempo ejerció de examinador del Arzobispado de Sevilla.
Por haberse quedado ciego diez años antes de su fallecimiento, no pudo predicar en las grandes ocasiones y durante este tiempo fuera del convento agustino, como en las beatificaciones de Ignacio de Loyola (1610) y Teresa de Jesús (1614). Un rasgo característico de Farfán son las reiteradas “espantadas” del púlpito, llegando incluso a no predicar cuando la actitud del auditorio no era de su agrado.
Dado su fervor inmaculista y prestigio de hombre docto, la Universidad de Sevilla, el 6 de noviembre de 1617, avaló con su firma la declaración de la Inmaculada Concepción de la Virgen cursada a Felipe III para que fuese favorable a este misterio e instase al Papa un pronunciamiento favorable. También respaldó el maestro Farfán idéntica súplica a favor del privilegio mariano en el escrito enviado por la Universidad hispalense a Paulo V.
Famoso y popular hicieron a Farfán las agudezas verbales, sentencias y sermones pronunciados con gracia, chispa e ingenio. Vivos y frescos fueron sus dichos, facecias, apotegmas, cuentecillos, anécdotas y chistes, algunos de los cuales llegaron a circular de boca en boca. Aunque no dejó ningún escrito, el agustino Manuel de Herrera publicó 57 dichos ingeniosos de Juan Farfán (1621) y, en fechas todavía recientes, Aurora Domínguez ha logrado reunir 85 agudezas del fraile agustino (1996), además de recuperar a “uno de los hijos más ingeniosos y con más gracia que ha dado Sevilla”.
Obras de ~: “Aprobación. Alcalá, 2 de enero de 1569”, en R. Fernández de Santaella, Dictionarium ecclesiasticum, Alcalá, 1569; M. de Herrera (ed.), Dichos naturales y graciosos, Milán, Imprenta Juan Bautista, 1621; “Sermón (fragmento)”, en F. Pacheco, Arte de la pintura, Sevilla, 1646 (ed. de B. Bassegoda i Hugas, Madrid, Cátedra, 1990, pág. 547); A. Paz y Melia (ed.), “Cuentos recogidos por D. Juan de Arguijo”, en Sales españolas, o agudezas del ingenio nacional, Madrid, Sucesores de Ribadeneyra, 1902 (2.ª ed., Madrid, Atlas, 1964, col. Biblioteca de Autores Españoles, t. 176, págs. 231-269); E. Barriobero y Herán (ed.), Los viejos cuentos españoles, Madrid, Mundo Latino, 1930; R. Benítez Claros (ed.), Obras completas de Juan de Arguijo, Santa Cruz de Tenerife, 1978; B. Chenot y M. Chevalier (eds.), Cuentos recogidos por Juan de Arguijo y otros, Sevilla, Diputación Provincial, 1979; S. B. Vranich (ed.), Obras completas de Juan de Arguijo (1567-1622), Valencia, Imprenta Albatros, 1985; “Sermón (fragmento)”, en F. Pacheco, Arte de la pintura, ed. de B. Bassegoda i Hugas, op. cit., págs. 622-623; A. Domínguez Guzmán (ed.), Dichos agudos y graciosos, Sevilla, Universidad, 1996.
Bibl.: F. Pacheco, “El Maestro Fray Juan Farfán”, en Libro de descripción de verdaderos retratos de ilustres y memorables varones de Sevilla, Sevilla, 1599 (ed. facs., pról. de D. Angulo, Madrid, Previsión Española-Turner, 1983, págs. 101-104 y 285-287); T. de Herrera, Alphabetum Augustinianum, vol. I, Madrid, Imprenta Gregorio Rodríguez, 1644, pág. 488; D. Ortiz de Zúñiga, Anales eclesiásticos y seculares de la muy noble y muy leal ciudad de Sevilla, Madrid, Juan García Infanzón, 1677 (Madrid, Imprenta Real, 1795; ed. facs., Sevilla, Guadalquivir, 1988); F. A rana de Valflora, Hijos de Sevilla ilustres en santidad, letras, armas, artes o dignidad, vol. IV, Sevilla, imprenta de Vázquez e Hidalgo, 1791, pág. 113; J. de Robles, Primera parte del culto sevillano, Sevilla, Sociedad de Bibliófilos Andaluces, 1883 (ed. de A. Gómez Camacho, Sevilla, Publicaciones de la Universidad de Sevilla, 1992); G. de Santiago Vela, Ensayo de una Biblioteca Ibero-Americana de la Orden de San Agustín, Madrid, Imprenta Asilo de Huérfanos S. C. de Jesús, 1915, vol. II, págs. 396-397; vol. VIII, Madrid, 1931, págs. 564-568; A. Llordén, Los agustinos en la Universidad de Sevilla, Madrid, 1954, págs. 32-36; A. Domínguez Guzmán, “Introducción y estudio de los dichos”, en J. Farfán, Dichos agudos y graciosos, op. cit., págs. 9-63.
Rafael Lazcano González