Font Masaguet, Salvador. Igualada (Barcelona), 23.VII.1844 – Madrid, 9.XII.1908. Agustino (OSA), fundador de los Talleres de Santa Rita.
Sus padres fueron José y Josefa, de familia acomodada, que regalaron sus años infantiles con una buena instrucción en letras y catequesis.
Fue hijo de hábito del Real Colegio Seminario de Agustinos Filipinos de Valladolid, donde ingresó en el noviciado el 8 de septiembre de 1863. Hizo votos perpetuos en el monasterio burgalés de Santa María de La Vid el 13 de octubre de 1867, y a mediados del año siguiente, siendo aún subdiácono, se embarcó desde Cádiz para el archipiélago magallánico, donde finalizó sus estudios eclesiásticos e inició el de la lengua tagala en el convento de Guadalupe.
Dotado para la oratoria, su coetáneo Santiago Vela testimonia que “tanto en Manila como en España llegó a conquistarse extraordinaria fama entre las primeras lumbreras del púlpito. Hombre de elevada estatura; de hermosas facciones; conjunto armónico en el cuerpo; ancha y espaciosa frente; voz llena y de gran extensión; palabra fácil, atildada y sin rebuscamientos ni fraseología huera; acción noble, natural, apropiada y espontánea; nervio en el decir; conocimientos variadísimos; posesionado de la verdad que exponía, dominaba de tal forma al auditorio, que nada exageramos al decir que las iglesias rebosaban de gente ávida de escuchar aquella palabra que arrebataba”. Por su facilidad para la arenga, participó en la expedición que el capitán general José Malcampo Monge mandó contra los piratas de Joló.
A su regreso a Manila, fue designado primero presidente y luego prior del convento de San Agustín (1877-1880); después pasó a Tondo con el oficio de párroco (1880-1881), y desde los Comicios Provinciales de 1881 ocupó nuevamente el priorato manileño (1881-1885). De 1885 a 1889 fue definidor provincial y por segunda vez rector de Tondo. Durante este último decenio sobresalió por su apostolado social: cuando aún las islas no se habían repuesto de los daños del terremoto de 1880, una espantosa ola de muertes y estragos asoló las tierras filipinas con la devastadora epidemia de 1882, quedando muchísimas familias sin hogar, multitud de niños sin padres y casi todos sin la más indispensable protección. Ante esta realidad de tantos niños huérfanos, supo hermanar la filantropía y caridad de las clases pudientes y de la Orden agustiniana que fructificaron en la fundación de las Escuelas de Artes y Oficios de Malabón (niños) y Mandaloya (niñas).
En 1887 fue miembro de la Comisión permanente de Censura y emitió un juicio desfavorable sobre la novela rizalina Noli me tangere. Ya barruntaba para entonces los gérmenes de la revolución tagala y quizás por eso recayó en él el cargo de comisario-procurador en la Corte de Madrid (1889-1893), donde defendió su visión de la situación filipina “no ya sólo con su pluma, sino también con sus relaciones cerca de los gobernantes Sagasta y Cánovas, en pro de la causa de España en aquel remoto florón de nuestra Corona”, afirma Santiago Vela.
Sus labores diplomáticas en la capital madrileña no ahogaron su ministerio apostólico. Atento a las necesidades de los desheredados de su entorno, expuso “su pensamiento a varias señoras y caballeros de sentimientos caritativos, que fue acogido favorablemente y de él nació la fundación de los Talleres de Caridad de Santa Rita” (1902). Por su obra social y benéfica el papa Pío X, con las letras apostólicas Multíplices (Roma, 8 de noviembre de 1907), facultó para que esos talleres pudieran ser establecidos en todas las diócesis españolas.
Inconclusa, pero digna de referirse, fue su última empresa: la dirección de la Fundación Cavaggioli y la construcción de la iglesia de San Manuel y San Benito, así como la edificación de la residencia anexa.
No pudo ver con sus ojos dicho complejo monumental y artístico, pues falleció el 9 de diciembre de 1908, dos años antes de la inauguración.
Por lo que se refiere a su actividad literaria, hay que señalar que en Filipinas contribuyó a la fundación de la Oceanía Española, El Oriente, Revista Popular, Voz de España y Revista Católica. Colaborador también de El Comercio de Manila, El Imparcial y La Política de España en Filipinas. En la Península sus artículos aparecieron en las revistas agustinianas La Ciudad de Dios y España y América.
Obras de ~: Filipinas. Problema fundamental por un español de larga residencia en aquellas Islas, Madrid, Imprenta de Luis Aguado, 1891; Historia del origen y desarrollo de los talleres de caridad de Santa Rita, Madrid, Imprenta del Asilo de Huérfanos del Sagrado Corazón de Jesús, 1908.
Bibl.: E. Jorde Pérez, Catálogo bio-bibliográfico de los religiosos agustinos de la Provincia del Santísimo Nombre de Jesús de las Islas Filipinas desde su fundación hasta nuestros días, Manila, Establecimiento Tipográfico del Colegio de Santo Tomás, 1901, págs. 540-541; “Adm. R. P. ExProv. Fr. Salvator Font”, en Analecta Augustiniana, 2 (1907-1908), pág. 505; M. Coco, “El P. Font”, en España y América, 6, IV (1908), págs. 525-532; B. Martínez, Apuntes históricos de la Provincia Agustiniana del Santísimo Nombre de Jesús de Filipinas. Filipinas, Madrid, Hijos de Gómez, 1909, págs. 402-409; G. de Santiago Vela, Ensayo de una biblioteca Ibero-Americana de la Orden de San Agustín, II, Madrid, Imprenta Asilo de Huérfanos del Sagrado Corazón de Jesús, 1915, págs. 642-648; M. Merino, Agustinos evangelizadores de Filipinas (1565-1965), Madrid, Imprenta del Asilo de Huérfanos del Sagrado Corazón de Jesús, 1965, pág. 510; I. Rodríguez, Historia de la Provincia Agustiniana del Smo. Nombre de Jesús de Filipinas, IV, Manila, Estudio Agustiniano, 1968, págs. 318-319; A. Espada, “Font, Salvador”, en Q. Aldea Vaquero, T. Marín Martínez y J. Vives Gatell (dirs.), Diccionario de Historia Eclesiástica de España, vol. II, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Enrique Flórez, 1972, págs. 952-953; Archivo Agustiniano, 64 (1980), págs. 259-326.
Isacio Rodríguez Rodríguez, OSA