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Justo Alfonso de Aguilar

Biografía

Aguilar, Justo Alfonso de. Jaén, 14.XII.1814 – Ocaña (Toledo), 12.XII.1874. Misionero dominico (OP) y obispo.

Ingresó en la orden dominicana en el convento de Santa Catalina de Jaén, profesando el domingo 10 de abril de 1831. Exclaustrado en 1835, se alistó en las filas carlistas hasta que, siendo oficial, fue herido y hecho prisionero en Ramales (Cantabria). Agregado a la Provincia del Santísimo Rosario (Filipinas), ya en Manila, concluyó los dos últimos cursos de Teología que le quedaban sin que tardara en distinguirse entre sus condiscípulos por su talento.

Habiendo recibido las cuatro órdenes menores el 31 de julio de 1841 (jueves), al día siguiente el subdiaconado, y algunos días después, respectivamente el diácono y el presbiterado, se le destinó a las misiones de China el 24 de mayo de 1843 (lunes), y habiéndosele extendido el miércoles 7 de junio de 1844 la correspondiente institución de misionero, fue enviado a su destino, una provincia de la China sudoriental.

Allí no tardó en sobresalir por su celo y laboriosidad, siendo designado el 5 de septiembre de 1848 (domingo) coadjutor del vicario apostólico de Fu- Kien, monseñor Calderón, quien el sábado 8 de septiembre de 1851 le confirió la dignidad episcopal, con el título de obispo de Tebaste, en la Nimidia.

Construyó varias iglesias, el seminario que levantó en Foochow, su habitual lugar de residencia (1853) y, posteriormente, la casa-colegio de la Santa Infancia, en la misma población.

Engrandece más su obra la circunstancia de que por estos años la situación en el Celeste Imperio era caótica; por una parte, la xenofobia del Gobierno y de una buena parte del pueblo; las consecuencias de las llamadas Guerras del Opio; graves revueltas internas, como la de Tai-Ping, que estuvo a punto de acabar con la unidad territorial del país, y en la que los motivos políticos se mezclaron con los religiosos (basándose en una mala interpretación del cristianismo), y los diferentes tratados comerciales impuestos por la fuerza. A todo esto debe añadirse la muerte de algunos misioneros, como la del francés Chapdelaine —consecuencia de la obstinación de un magistrado local—, que propició la entrada de tropas anglo-francesas en Pekín, donde causaron graves estragos (agosto de 1860).

Agotado y enfermo, renunció a su cargo (29 de noviembre de 1865, lunes), regresó a España, y se retiró al convento de Ocaña hasta su muerte, recibiendo los Sacramentos. Se le sepultó en la iglesia del citado convento, en la capilla del Santo Niño.

 

Obras de ~: cartas en El Correo Sino-Annamita, con numerosas relaciones misionales, 1845-1865 (conservadas en el Archivo de la Orden, Manila); Shing kiao kioching (Demostración de la verdadera religión), Foochow (China), 1849; Relación de la persecución en China, s. l., 1854; Gramática española-china, s. l., s. f.; Diccionario chino-español, s. l., s. f. (Archivo de San Pedro Mártir, Madrid); Historia de China, s. l., s. f. (ms. en el Colegio de Santo Tomás de Manila).

 

Fuentes y bibl.: Biblioteca de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha (Toledo); Archivo e Instituto de la Provincia Dominicana de España (Salamanca), información aportada por su director, J. Barrado Barquilla.

B. Álvarez del Manzano, Compendio de la reseña biográfica de los religiosos de la Provincia del Santísimo Rosario de Filipinas, Manila, Establecimiento Tipográfico del Real Colegio de Santo Tomás, 1895; J. M.ª González, “Aguilar, Justo Alfonso de”, en Q. Aldea Vaquero, J. Vives Gatell y T. Marín Martínez (dirs.), Diccionario de Historia Eclesiástica de España, vol. I, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Enrique Flórez, 1972, pág. 15.

 

Fernando Gómez del Val