Casanovas Manent, Agustí. Sabadell (Barcelona), 14.II.1809 – 12.IV.1889. Director de la Congregación de Madres escolapias (SchP).
Nació en Sabadell en 1809. El 25 de noviembre de 1824 vistió la sotana escolapia y comenzó el noviciado en su localidad natal, donde cursó la Retórica con el padre Josep Ríus; había realizado los estudios anteriores en el colegio escolapio de su ciudad natal y su vocación se gestó durante el Trienio Liberal. Profesó en la Escuela Pía el 23 de marzo de 1825; para los estudios de Filosofía se trasladó a Moià y estudió esta asignatura con el padre Lluís Barberí, uno de los escolapios más doctos en la materia de la época; como las clases de los niños se daban en una casa contigua a la parroquia, el joven Agustí bajaba frecuentemente allí para ayudar en las tareas escolares y acompañar a los pequeños. Para el curso 1827-1828 fue enviado al colegio de Sant Antoni de Barcelona; allí se le encomendó una clase de primeras letras; eran tiempos difíciles después del Trienio Liberal y faltaba personal para atender las aulas; tenía un grupo de 114 alumnos, lo que le obligó a organizarlos “como una compañía de soldados —escribió el mismo padre Agustí— con sus cabos, sargentos y capitanes”, es decir, un poco al estilo del método de Lancaster o de Pestalozzi. Acabados los estudios de Teología, se ordenó sacerdote en Vic el 21 de septiembre de 1833.
Desde 1834 residió en la casa de Sabadell como profesor de Latín y de Retórica; se esforzaba en buscar los medios para que aun los que tenían menos facilidad para los estudios aprendieran la materia; así consiguió ganarse buena fama y que sus alumnos pudiesen cursar estudios superiores; un número considerable de ellos abrazó el estado eclesiástico y religioso especialmente entrando en la Escuela Pía. Durante los diez años (1835-1845) de supresión de la Escuela Pía, el padre Agustín se mantuvo en Sabadell enseñando y colaborando en la administración de la casa; alentó a otros religiosos a mantenerse contra toda esperanza fieles a su vocación, incluso a su hermano José de Calasanz, más tarde general de la Orden, que pensó en incorporarse a la Escuela Pía de Italia. Para asegurar el mantenimiento de los religiosos en caso de que el Gobierno se incautase de los fondos de la casa, la comunidad de Sabadell ocultó el dinero que tenía y sólo declaraba mensualmente lo indispensable para su subsistencia; si los hermanos se hubiesen visto obligados a disolver la comunidad y dispersarse, quedaba un fondo que podrían repartirse para mantenerse un tiempo.
Durante las revueltas de la Jamancia (1843) consiguió, junto con el rector de la parroquia y otros ciudadanos, que el general La Concha no castigase la ciudad de Sabadell por la revuelta contra las quintas; y durante la Guerra dels Matiners (1847-1849) el padre Agustí se prestó a interceder y conciliar los bandos enfrentados para evitar muertes y represalias. En cuanto a la enseñanza, ya en el curso de 1844-1845se aplicaron en el colegio las disposiciones sobre primaria y secundaria que dictaba el Gobierno de la nación; en cuanto a la secundaria, no pareció bien a la población, que recurrió al Ayuntamiento para pedir que no se modificase lo que se hacía anteriormente.
El rector de entonces, padre Jeroni Reixach, cedió a las presiones de padres y municipio.
Durante el curso 1858-1859, el padre Agustí fue trasladado al internado de Sant Antoni de Barcelona como director, ubicado en el nuevo y amplio edificio que se había inaugurado pocos años antes. Pasó en 1859 a Olot como superior del colegio que se había fundado el año anterior (1858) y para sustituir al primer rector, padre Pere Amat, que acababa de fallecer (28 de junio de 1859). Procuró que los estudios de bachillerato se impartieran con la mayor regularidad y para ello pidió al Ayuntamiento locales para museos y laboratorios. Al mismo tiempo, organizó los estudios eclesiásticos como los del Seminario de Girona: comprendían tres cursos de latín a los que asistía un grupo considerable de alumnos que pasaban después a Girona o entraban a la Escuela Pía. El 27 de julio de 1865 tomó posesión del rectorado del colegio de su ciudad natal, Sabadell; conocía bien la casa y el colegio.
Ajustó lo más posible los estudios con los planes de estudios del Estado y para ello acudió al Ayuntamiento para que éste gestionase el reconocimiento del colegio como incorporado de primera clase, lo cual se consiguió por una orden del Ministerio de Fomento de 25 de febrero de 1867; debió para ello ampliar dependencias a fin de dotar la escuela de los laboratorios y museos que exigía la Ley; los alumnos tenían que examinarse ante un tribunal formado por profesores del Instituto de Barcelona.
El padre Agustí quería que su ciudad gozase de la mayor independencia posible y por ello no descansó hasta conseguir que el colegio fuese aprobado (8 de junio de 1868) como establecimiento libre de enseñanza para el curso de 1868-1869. Las juntas surgidas a partir de la Revolución conocida como la Gloriosa (septiembre de 1868) promovieron la enseñanza y el padre Agustí trabajó en el Ayuntamiento de Sabadell las posibles mejoras. El 23 de julio de 1870 firmó un convenio con el Ayuntamiento local para que el establecimiento de segunda enseñanza se instalara en el colegio escolapio; a fin de que gozara de todos los beneficios legales, procuró que dos de sus religiosos obtuvieran título oficial para enseñar. En cambio, perdió la subvención que recibía el colegio para la primaria porque las aulas estaban fuera del edificio escolapio. El Ayuntamiento estableció dos aulas con otros maestros; en el fondo había también otro motivo, ya que los escolapios que regentaban la primaria se negaron en el verano de 1870 a jurar la nueva Constitución, a pesar de las presiones que recibieron del municipio.
El padre Agustí, siguiendo el espíritu calasancio de que la educación debe empezar desde los primeros años, convocó una reunión de padres de familia en la iglesia de Sant Agustí (hoy es de los padres claretianos), a fin de recabar fondos para la construcción de un edificio que permitiera impartir todas las enseñanzas; se levantaría detrás de la casa Meca y dando fachada a la plaza de Sant Roc (es el actual edificio del Ayuntamiento). Se publicó a partir de esta reunión una proclama con fecha de 9 de febrero de 1871. La convocatoria tuvo respuesta muy positiva, de manera que el edificio fue pronto una realidad. Para hacer frente a la falta de subvención municipal, en el curso 1871-1872 comenzó el sistema de alumnos encomendados, es decir, de aquellos que durante todo el día permanecían en el colegio y por ello pagaban una cantidad (sistema ya practicado en otros colegios escolapios de Cataluña). Sabadell no padeció ninguna violencia como consecuencia de la Revolución de septiembre de 1868 y de la salida de España de Isabel II; un grupo moderado se adueñó del Ayuntamiento y consiguió mantener el orden y la calma aunque fuera aparente. El colegio escolapio de Terrassa fue desalojado por la Junta revolucionaria y los escolapios tuvieron que huir; Sabadell fue su primer destino, donde el padre Agustí les acogió fraternalmente. También los alumnos matriculados en el colegio egarense trasladaron su inscripción al de Sabadell y en él acabaron sus estudios.
El padre Agustí era, pues, hombre de paz, de concordia, acogedor, capaz de resolver los problemas ayudando a quien llamaba a su puerta. Fue maestro de novicios (1867-1869), después de algunas dificultades que tuvo con el anterior maestro, padre Jaime Viada, hasta que fue nombrado el padre Doménec Borràs.
El padre Jacint Feliu le encomendó el cuidado de la incipiente Congregación de Hijas de María religiosas escolapias. La madre Paula Montal fundó en Sabadell, a fin de estar a su vera. Fue su director de 1847 a 1957, año en que la autoridad diocesana le apartó del cargo. A partir de 1875 volvió a relacionarse con las escolapias. Infundió el espíritu calasancio en la madre Paula Montal, la fundadora, y la orientó en los pasos para la aprobación diocesana y pontificia de la Congregación. No quiso en modo alguno ser considerado fundador: la idea y la obra eran de madre Paula.
Obras de ~: Circulares a las religiosas escolapias, publicadas parcialmente en C. Rabaza, Alma humilde. Vida de la Madre Paula Montal, Barcelona, Imprenta Elzeviriana, 1933, págs. 241-263.
Bibl.: C. Vilá, “Casanovas Manent, Agustín”, en Q. Aldea Vaquero, T. Marín Martínez y J. Vives Gatell (dirs.), Diccionario de Historia Eclesiástica de España, vol. I, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Enrique Flórez, 1972, pág. 373; C. Vilà Palà, Agustín Casanovas, escolapio, Salamanca, Industrias Gráficas Visedo, 1972; C. Vilá Palá y L. M.ª Bandrés Rey (coords. y dirs.), Diccionario enciclopédico escolapio, vol. II, Salamanca, Ediciones Calasancias [1983], pág. 142; Barcinonen. Beatificationis et Canonizationis Servae Dei Paulae Pontal Fornés [...] Positio super virtutibus, Roma, 1985, págs. 171-219; R. Corts i Blay, J. Galtés i Pujol y A. Manent i Segimon (dirs.), Diccionari d’història eclesiàstica de Catalunya, vol. I, Barcelona, Generalitat de Cataluña-Claret [1998], pág. 463.
Joan Florensa Pagés, SChP