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Bartolomé de los Ríos y Alarcón

Biografía

Ríos y Alarcón, Bartolomé de los. Madrid, 1580 – 4.IV.1652. Agustino (OSA), predicador y consejero real, mariólogo y fundador de la Cofradía de Esclavos de María.

Hijo de Alonso de los Ríos y de Luciana Pérez, vecinos de la parroquia de Santiago de Madrid, profesó en el convento San Felipe el Real de Madrid el 23 de septiembre de 1598. Compañero y amigo del historiador Tomás de Herrera, estudió filosofía en Burgos (1598-1601) y teología en la Universidad de Alcalá de Henares (1601-1605), graduándose de maestro en Sagrada Teología en 1613. Ejerció como maestro de estudiantes (1615) en el Colegio San Agustín de la ciudad alcalaína. Desde un principio, Bartolomé de los Ríos destacó como predicador, dados su admirable elocuencia y conocimiento de la palabra de Dios.

En 1622 fue destinado a Bélgica como predicador de la Infanta Isabel Clara Eugenia, gobernadora de los Países Bajos, por influencias de Simón de Rojas, religioso trinitario y confesor de la reina Margarita, esposa de Felipe III, con el objeto de comprometerse a la implantación y difusión de la Congregación de Esclavos de María, cuyos orígenes se remontan a 1595, en el convento de Santa Úrsula de Franciscanas Concepcionistas, de Alcalá de Henares. Durante la estancia de Bartolomé de los Ríos en Bélgica debió de afiliarse a la provincia agustiniana de Colonia, pues ejerció de presidente del Capítulo Provincial de 1637, y en 1641 fue nombrado definidor provincial.

Después de casi dos años de estancia en Bélgica, la misma gobernadora, una vez conocidas las cualidades de Bartolomé de los Ríos, le nombró predicador de la Corte de Bruselas, ejerciendo además labores de consejero en los asuntos importantes de gobierno. Durante este tiempo, frecuentó la Universidad de Duay, graduándose de doctor. Durante algunos años ejerció de profesor de Teología en esta Universidad. Desde Flandes mantuvo correspondencia en 1625 con Ana de San Bartolomé, fallecida en 1626.

Bartolomé de los Ríos no olvidó las indicaciones recibidas de Simón de Rojas, y comenzó a sembrar a través de la predicación, entre personas influyentes, la semilla de la devoción a la Virgen María bajo la forma de “esclavitud mariana”. Con el beneplácito de la gobernadora de los Países Bajos y la facultad otorgada por el arzobispo de Malinas (19 de enero de 1636) para fundar la Asociación o Cofradía de Esclavos de María, se propuso Bartolomé de los Ríos el traslado de la imagen de la Virgen desde el Palacio Real hasta la iglesia de San Agustín, en la que se construyó un altar costeado por la propia Isabel Clara Eugenia, llevándose a efecto el cambio de imagen de la Virgen, venida de Escocia, el 3 de mayo de 1626.

Urbano VIII concedió para esta ocasión indulgencia plenaria a los fieles que, habiendo confesado y comulgado, asistieran a la procesión organizada con dicho motivo. La Casa Real, nobleza, jerarquía y pueblo llano participaron de la fiesta multitudinaria. El general Ambrosio de Espínola, el conquistador de Breda, en testimonio de su piedad mariana regaló el estandarte de la esclavitud.

Por deseo de Bartolomé de los Ríos, el 15 de agosto de 1626 tuvo lugar la inscripción oficial o canónica, en el convento de San Agustín, de la cofradía o congregación de los esclavos del Dulce Nombre de María.

La primera en inscribirse fue la infanta Isabel Clara Eugenia, para continuar con su ejemplo innumerables damas de la aristocracia de Bélgica, Francia, Alemania, abadesas de monasterios, príncipes, duques, marqueses, cardenales, arzobispos, obispos, abades, etc. Todos querían ser humildes esclavos de María. Con el voto favorable de los obispos, el 20 de junio de 1631, la citada asociación o cofradía mariana fundada, fomentada y organizada por Bartolomé de los Ríos fue aprobada por el papa Urbano VIII.

La difusión de la cofradía de Esclavos de María se extendió en pocos años por las iglesias de Alemania, Luxemburgo, Polonia, Italia, Francia e Inglaterra, lo que obligó a Bartolomé de los Ríos a escribir reglamentos e instrucciones de la asociación mariana, traducidos luego del castellano al flamenco y al alemán, principalmente. La gran mayoría de estos escritos menores salieron editados sin el nombre de su autor y con diferentes títulos: Los siete principales ejercicios de los esclavos, La corona de las doce estrellas, Las reglas y constituciones de la esclavitud, La esclavitud de María, etc. Varios de estos opúsculos y lo esencial de los mismos lo integró el mismo Bartolomé de los Ríos en la obra De hierarchia mariana (Amberes, 1641).

A la muerte de Isabel Clara Eugenia en 1633, le sucedió el cardenal infante Fernando de Austria, y Bartolomé de los Ríos fue su confesor. Tras el fallecimiento de Fernando de Austria, Felipe IV nombró a Bartolomé de los Ríos predicador real y calificador del Santo Oficio en 1642. A su regreso a España, el mismo Monarca encomendó a Bartolomé de los Ríos la defensa de san Agustín contra las veintidós proposiciones de Juan Schinkel, jesuita, consiguiendo que el Tribunal Supremo de la Inquisición española las condenase en un edicto de fecha 18 de marzo de 1650 como falsas, sospechosas de herejía e injuriosas a la piedad y doctrina de san Agustín. A los pocos meses, apareció publicada otra obra, escrita por el jesuita Juan Adam, que descalificaba algunas enseñanzas de san Agustín. La Orden agustiniana, en defensa de los ataques a la doctrina de san Agustín, nombró a Bartolomé de los Ríos su representante, quien consiguió del inquisidor general y de Felipe IV el envío a Roma de diez proposiciones nuevas, más las otras veintidós, para su condenación definitiva por el Papa conforme al decreto de la Inquisición española.

La provincia de Castilla nombró a Bartolomé de los Ríos definidor en 1650, falleciendo dos años más tarde en el mismo convento donde había comenzado su andadura religiosa, San Felipe el Real de Madrid.

De sus obras escritas destaca De hierarchia mariana, obra voluminosa y difícil por su erudición y profundidad de razonamientos. Alcanzó gran difusión al ser traducida al francés, alemán, polaco, latín, etc.

Su autor aborda en esta monumental obra el origen, los fundamentos teológicos y las prácticas de piedad mariana: María como madre de Dios y madre de los hombres, co-redentora y mediadora de gracia, como reina y señora de toda la creación en toda su grandeza, razón por la que el hombre es siervo y esclavo por amor de tan excelsa reina y señora, con el fin de vivir bajo su dependencia y para unirse más perfectamente a Cristo.

Bartolomé de los Ríos ha pasado a la historia de la mariología, según Domiciano Fernández, por ser un auténtico apóstol de María, vocación mariana que demostró tempranamente, y por el hecho de que nadie hasta entonces había logrado ofrecer una obra tan monumental, erudita, profunda y completa sobre María, la madre de Dios. Aun así, algunos principios, argumentos y razones presentes en De hierarchia mariana requieren mayor precisión y desarrollo según los teólogos especialistas en mariología.

Desde el convento de San Agustín de Bruselas, se difundió la esclavitud mariana por Europa Central ejerciendo un profundo influjo en San Luis Grignion de Montfort, el cardenal de Bérulle, San Juan Eudes y su discípulo Henri Marie Boudon, etc. Otra influencia del fervor mariano estuvo en el lema de Juan Pablo II, “Totus tuus”, forma abreviada de “Totus tuus ego sum, et omnia mea tua sunt”, fórmula de los esclavos miembros de la cofradía de Esclavos de María, fundada y difundida por el mariólogo agustino Bartolomé de los Ríos.

 

Obras de ~: “Aprobación. 29 de septiembre de 1609”, en B. Jiménez, Perfecto predicador, Baeza, 1612; Phoenix Thenensis e cineribus redivivus, Amberes, Oficina Plantiniana Balthasaris Moreti, 1637; Historia B.V.M. de Bono Succesu, sive orationes piae et devotae, cum regulis et indulgentiis praefatae Sodalitatis, Amberes,1641; Panegyrico funeral de don Juan Claros de Guzmán, Bruselas, Lucas de Meerbeeck, 1641; De hierarchia mariana libri sex, in quibus imperium, virtus, et nomen Bmae. Virginis Mariae declaratur, et mancipiorum eius dignitas ostenditur, Amberes, Oficina Plantiniana Balthasaris Moreti, 1641; Sermón de la Expectación, Bruselas, 1644; Christus Dominus in cathedra crucis docens et patiens, sive, de septem verbis a Christo Domino in Cruce prolatis tractatus septem, Bruselas, Typ. Ioannis Mommarti, 1645; Vitta coccinea sive commentarius super evangelia passionis et resurrectionis Christi Domini, tam ad ecclesiastae, quam interpretis munus accommodatus, Amberes, Apud Guilielmum Lestenium, 1646; Horizon marianus sive de excellentia et virtutibus Beatae Mariae Virginis tractatus novem, super totidem eius festa intra anni circulum ab Ecclesia celebrari solita [...] Adiectum est ob argumenti similitudinem eiusdem auctoris Tractatus de nomine Mariae, Amberes, Apud Gulielmum Lesteninum via (vulgo) Hoochstraet dicta, sub Pellicano aureo, 1647; Dormitorium Davidicum, Amberes, 1647; Antuerpiae 1664; “Elogio de la M. Ana de Jesús” (en español y latín), en A. Manrique, Vida de la madre Ana de Jesús, II, Bruselas, 1832, págs. 395- 396; “Carta de 1634, con un elogio de Ana de Jesús”, en B. I. de Santa Teresa, Tableau Chronologique, Bruxelles, 1873, págs. 9-10 [reproducida en Archivo Agustiniano, 12 (1919), pág. 176].

 

Bibl.: T. de Herrera, Alphabetum Augustinianum, vol. I, Madrid, 1644, pág. 110; N. Antonio, Bibliotheca Hispana Nova (1684), t. I, Madrid, Joachimum de Ibarra, 1783, pág. 201 (vers. esp., t. I, Madrid, Fundación Universitaria Española, 1999, pág. 205); G. de Santiago Vela, Ensayo de una Biblioteca Ibero-Americana de la Orden de San Agustín, vol. VI, Madrid, 1922, págs. 534-545; C. Burón, El P. Bartolomé de los Ríos, OSA y su Hierarquía Mariana. Certamen público para solemnizar el aniversario LXII de su instalación celebrado en la tarde del día 19 de octubre de 1924, Nuestra Señora de Olmedo. Tercera Parte, Lérida, Pontificia y Real Academia Bibliográfico- Tipografía Mariana, 1925; S. Gutiérrez, La Esclavitud Mariana en sus fundamentos teológicos y forma ascético-místico e histórica según el Beato Montfort y según el P. Ríos, El Escorial, Tipografía Agustiniana, 1935 (2.ª ed., Madrid, Tipografía Sucesores de Ocaña, 1945); “Causalidad de María en nuestra predestinación según el P. Bartolomé de los Ríos”, en Estudios Marianos (EM) 1 (1942), págs. 287-324; A. Musters, La souveraineté de la Vierge d’après les écrits mariologiques de Barthélemy de los Ríos, Grand, Pères Augustins, 1946; D. Gutiérrez, “De fratribus Laurentio de Villavicentio et Bartholomaeo de los Ríos curriculum et documenta”, en Analecta Augustiniana, 23 (1953-1954), págs. 102-121; C. Burón, “Influencia del P. Bartolomé de los Ríos en la Escuela Espiritual Francesa de los siglos XVII y XVIII”, en Revista Agustiniana de Espiritualidad, 1 (1960), págs. 235-251; S. Folgado Flórez, “Cuestiones de teología mariana según el P. Bartolomé de los Ríos”, en La Ciudad de Dios, 175 (1962), págs. 36-59, 229-250; 176 (1963), págs. 35-62; “La corredención mariana en Bartolomé de los Ríos”, en EM, 24 (1963), págs. 67-88; D. Fernández, “La esclavitud mariana en la obra del P. Bartolomé de los Ríos, OSA (c. 1580-1652), su influjo en la escuela espiritual francesa de los siglos XVII Y XVIII”, en Revista Agustiniana, 25 (1984), págs. 439-484 (reimpr. en Acta Congressus Mariologici- Mariani in Republica Melitensi 1983. IV. De Cultu Mariano apud Scriptores Ecclesiasticos saec. XVII, Romae, Pontificia Academia Mariana Internationalis, 1987, págs. 243-282); K. Reinhardt, Bibelkommentare spanischer Autoren (1500-1700), vol. II, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1999, págs. 251-253.

 

Rafael Lazcano González

Relación con otros personajes del DBE

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