Galíndez, Martín. Haro (La Rioja), 1547 – Monasterio de Santa María de El Paular (Madrid), 21.VI.1627. Pintor, escultor, gnomonista y artesano.
La mayor parte de las noticias de Galíndez proceden de Ceán Bermúdez, por ejemplo, la suposición bastante fundada de que fue discípulo de fray Vicente de Santo Domingo, religioso de la Orden de San Jerónimo, reconocido artista que residía en el monasterio de la Estrella, cercano a Haro, maestro también de Fernández Navarrete el Mudo, y, en este mismo orden de ideas, también se supone que el maestro influyó en la decisión de Galíndez de ingresar en la cartuja de El Paular, en 1584, donde, además de sus obligaciones religiosas, se ocuparía en pintar, hacer escultura, carpintería, relojes de sol y despertadores.
Ceán y Ponz amplían las escasas noticias sobre Galíndez al enumerar algunos de sus cuadros, todos en El Paular, y, en opinión del primero, “todos con buena corrección de dibuxo y naturalidad”; aunque la mayoría han podido desaparecer, pueden citarse cuatro o cinco lienzos apaisados con anacoretas, en la capilla de San Ildefonso, San Pablo en la procuración, y otros en las celdas de los monjes; mención especial merece La Virgen del Rosario y el Niño Jesús, ubicado según Ceán en la hospedería del monasterio, y que para los estudiosos de Zurbarán es el original que tomó el pintor extremeño para el mismo motivo encargado por la cartuja de Jerez (hoy en Polonia), aunque para otros se inspiró en el también pintor cartujano Sánchez Cotán, de la cartuja de Granada; sin embargo, Zurbarán no se sabe que fuese a Granada y sí estuvo en Madrid, cerca de El Paular, y, siempre según los defensores de esta hipótesis, por la descripción que hace Ceán, el original de Galíndez sería el pintado por Zurbarán.
A la calidad artística de Galíndez para la pintura y escultura debe agregarse el sumo ingenio que demostró en actividades en apariencia tan dispares como las matemáticas y la mecánica, la ebanistería o la astrología.
De su mano como ebanista se conservan en el monasterio la Tabla de Misas, las puertas del coro y algunos muebles con espléndidas y delicadas tallas.
Mención especial merece su actividad como gnomonista; la mayoría de los relojes de sol que construyó se conservan en la cartuja de El Paular, en el templete levantado en el centro del claustro y cementerio.
La importancia del conjunto radica tanto en su antigüedad y calidad como en su rareza, al menos uno de los cuatro ejemplares conservados es el único en España que registra las “horas Babilónicas, o sea, las horas que se empiezan a contar desde que sale el sol, e Itálicas, que son las que comienzan a la puesta del sol.
Estas horas son de duración constante y tuvieron un uso consolidado a partir del siglo XII” (Cañones).
Otra noticia que permite apreciar el prestigio de Galíndez, además de ampliar sus escasos datos biográficos, es su viaje a la cartuja de la Defensión, en Jerez de la Frontera, en torno a los primeros decenios del siglo XVII, llamado por el prior para solucionar los problemas de las obras de ampliación del claustro, donde antes había trabajado Martínez Montañés; hacia 1616 había terminado Galíndez la celda del procurador más otras diez para los hermanos conversos, así como la barbería, la botica, y la fuente central, hasta la suspensión de las obras por el cambio de priores en 1617. Entonces regresa a El Paular sin olvidar dejar en Jerez algunos de sus relojes de sol.
Su biografía cartujana lo perfila como santo varón, muy dado a la soledad y el silencio, a los ejercicios espirituales y al cumplimiento de las obligaciones de la severa disciplina de la Orden Cartuja. Hombre austero, comía una sola vez al día, y su enorme actividad no le impedía la asidua asistencia al coro, hasta que falleció, octogenario y aquejado por múltiples achaques.
Obras de ~: Pintura: San Pablo; La Virgen del Rosario; Niño Jesús. Carpintería: Tabla de Misas; Puertas del coro.
Bibl.: A. Ponz, Viaje de España, Madrid, Joaquín Ibarra, 1772-1794 (Madrid, Aguilar, 1947, t. X, págs. 32-34); J. Ceán Bermúdez, Diccionario histórico de los más ilustres profesores de las bellas artes en España, Madrid, 1800 (Valencia, Librerías París-Valencia, 1998, t. II, págs. 154-155); A. Gatty, The book of Sun-Dials, New York, SD, 1900, pág. 427; D. L. Le Vasseur, “Martín Galíndez”, en Ephemerides Ordinis Cartusiensis, t. II, Monstrolii, 1980, pág. 357; Anónimo (firma: Por un cartujo de la Defensión), “Martínez Montañés y el P. dom Martín Galíndez en el claustro de los hermanos de la Cartuja Jerezana”, en Temas de Estética y Arte IV (Sevilla) (1990); J. M. Rodríguez Arnáez, Haro. Catálogo Artístico y Bibliográfico, Haro, Bodegas R. López de Heredia Viña Tondonia, 1995, pág. 214.
José Manuel A. Rodríguez Arnáez