Martínez de Campos y Antón, Miguel. Madrid, 30.XI.1839 – 20.XI.1906. Ingeniero civil, político y abogado.
Dirigido por su hermano Arsenio, ingresó con sobresaliente en la Escuela preparatoria para las especiales de Caminos, Minas y Arquitectura. En 1860 finalizó, con el número uno de su promoción, la carrera de ingeniero de caminos. Antes de esa fecha, siendo alumno, ya había colaborado en el anteproyecto de la carretera de Cudillero a Cabrillana.
Enseguida fue destinado como ingeniero 2.º al servicio de la provincia de Cáceres, donde redactó proyectos de carreteras y de varios puentes. En 1862 fue nombrado profesor ayudante en la Escuela de Caminos, en Madrid, y, al año siguiente, profesor de la Escuela.
En 1866 pasó a la isla de Puerto Rico, en la que, hasta 1869, desempeñó, entre otras comisiones importantes, el cargo de inspector general de Obras Públicas. Allí redactó el anteproyecto del puerto de la capital, el plan de alumbrado marítimo, el de carreteras y caminos vecinales, dos proyectos de puentes de hierro y otro de un puente de fábrica y allí nació, en 1867, su hijo primogénito.
De regreso en la Península, fue nombrado nuevamente profesor, cargo en que continuó hasta 1886.
Explicó varias asignaturas y, entre marzo de 1873 y diciembre de 1876, desempeñó la secretaría del centro.
Interrumpió su labor docente durante dos breves períodos, durante el segundo de los cuales pasó a la empresa constructora del ferrocarril de Malpartida a Cáceres, como director, para resolver no pequeñas dificultades.
Con otros dos profesores de la Escuela redactó un proyecto para la reconstrucción del pantano de Puentes que no llegó a construirse, pero se publicó en 1876.
Electo el 6 de mayo de 1879 como académico de la de Ciencias, no llegó a tomar posesión. A su muerte su vacante la ocupó Vicente de Garcini.
En febrero de 1886 fue nombrado miembro del Consejo de Estado. Fue especialmente notable su informe, como vocal de la comisión técnica de reconocimiento de la catedral de Sevilla, después de los hundimientos ocurridos en 1889.
Cesó como consejero de Estado el 30 de septiembre de 1889 y fue nombrado, poco después, administrador de la Compañía de los Ferrocarriles de Madrid a Zaragoza y Alicante. De ella fue más tarde director general, cargo al que renunció por su falta de salud, aunque continuó siendo vicepresidente del consejo de administración y miembro del comité de dirección.
El 27 de noviembre de 1890 obtuvo el grado de licenciado con sobresaliente en la Facultad de Derecho, tras aprobar todas las asignaturas en una sola convocatoria.
Ejerció la abogacía con estrecha conciencia, defendiendo con éxito asuntos de importancia.
Entró en política como diputado a Cortes por el distrito de Matanzas (Cuba) en 1879, coincidiendo con el paso de su hermano por la presidencia del Gobierno. Retornó al Congreso por Alcoy en 1881, y en 1891, 1893 y 1896 en representación de los distritos puertorriqueños de Aguadilla y Guayama.
Fue designado senador vitalicio en abril de 1899, puesto que mantuvo hasta 1905. Le fueron impuestas la Cruz de 1.ª Clase de María Victoria por sus servicios en las Obras Públicas y la Gran Cruz de Alfonso XII. Aunque no tomó parte muy activa en la política, por no ser su temperamento apropiado para ello, colaboró en labores parlamentarias de prácticos resultados.
Falleció, ciego desde hacía varios meses, tras una larga y penosa enfermedad.
Obras de ~: con R. de Inchaurrandieta y M. P ardo, Memoria del proyecto de reconstrucción del pantano de Puentes en Lorca, Madrid, 1876; Proyecto del canal del Órbigo, Madrid, 1884.
Bibl.: C. de Orduña, Memorias de la Escuela de Caminos, Madrid, Voluntad, 1924; V. Machimbarrena, Memorias de la Escuela de Caminos, 2.ª época, Madrid, Dossat, 1940; J. Mañas, Eduardo Saavedra, ingeniero y humanista, Madrid, 1983, págs. 377-380; Á. Carreño y P. López Vizcaíno, Ingenieros de Caminos en el Congreso de los Diputados, Madrid, 2001; F. Sáenz Ridruejo, Una historia de la Escuela de Caminos, La Escuela de Caminos de Madrid a través de sus protagonistas, Madrid, 2006.
Fernando Sáenz Ridruejo
