Boix Merino, Félix. Barcelona, 26.V.1858 – Madrid, 11.V.1932. Ingeniero de Caminos, ferroviario. Académico de Bellas Artes.
Fue hijo del ingeniero de Caminos Elzeario Boix, que trabajó en el Canal de Isabel II y construyó la presa de El Villar, para abastecimiento de agua a Madrid. Siguió la misma carrera que su padre y terminó los estudios en 1880, con el número uno de su promoción. Enseguida ingresó al servicio del Estado, siendo destinado a la jefatura de Obras Públicas de Valencia. Volvió a la Escuela de Caminos como profesor auxiliar y, tras una breve actuación en ella, pasó a dirigir la construcción de los canales de la vega de Lorca, en Murcia. Regresó a Madrid y desempeñó durante algún tiempo la jefatura del Negociado de Carreteras en el Ministerio de Fomento. En esos años, junto con otros compañeros (Juan Cervantes, Ramón Peironcely y Guillermo Brockmann), fundó una academia para preparación del ingreso en la Escuela de Caminos.
En 1888 cambió de orientación profesional y se encargó de la construcción del ferrocarril de Plasencia a Astorga. En 1891 entró en la Compañía de los Ferrocarriles de Madrid a Cáceres y Portugal, abreviadamente MCP, siendo nombrado director de los Servicios Técnicos. Se hizo cargo de las numerosas obras pendientes en la línea de Plasencia a Astorga, que se acababa de incorporar a la red de MCP. Entre esas obras destacaban las de la estación de Salamanca y la sustitución de los viejos carriles de hierro por otros de acero. Pronto se reestructuró la compañía y se formó una dirección bipartita, en la que Boix ocupó la dirección técnica, quedando al frente de la dirección administrativa el técnico checo Alfredo Loewy, tío de Frank Kafka.
En abril de 1904 pasó a la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España, que, por la longitud de sus líneas, era la más importante de España. Ocupó el puesto de adjunto del director el francés M. Waldman, a quien sustituyó en junio de 1908. Paralelamente, la otra gran compañía de ferrocarriles españoles, la MZA, pasó a ser dirigida por Eduardo Maristany. Entre 1908 y 1914 se produjo un gran crecimiento de la Compañía el Norte, con mejora de sus finanzas, pero la Gran Guerra provocó dificultades en la explotación, lo que, junto con una subida de precios, con las tarifas congeladas, causó la crisis de todas las compañías ferroviarias.
La crisis fue objeto de debate en el II Congreso de Economía Nacional de 1917, en la Asamblea Ferroviaria de enero de 1918 y en el I Congreso de Ingeniería, ya a finales de 1919. En estos foros empezó a cuajar la idea de la nacionalización como solución a los problemas del sector. Las posturas de las compañías de MZA y del Norte, personificadas por Maristany y Boix, fueron distintas: más combativa la de MZA, y más contemporizadora la del Norte.
Una de las consecuencias de la crisis fue la decisión de electrificar determinados tramos de la red. El 24 de julio de 1918, siendo ministro de Fomento Francisco Cambó, se promulgó la ley mediante la que el Estado concertaba con la Compañía del Norte la electrificación del tramo de sesenta kilómetros, entre el puente de los Fierros y Busdongo, en el Puerto de Pajares.
Después continuaría Norte electrificando otros tramos, como los de Madrid-Ávila-Segovia y Barcelona-Manresa. Otra consecuencia fue la subida de tarifas, autorizada por ley el 26 de diciembre de aquel año. En febrero de 1919, Félix Boix, por diferencias con el presidente del Consejo de Administración, salió de la sociedad y pasó a dirigir el Canal de Isabel II. Sin embargo, al cabo de poco tiempo, en junio de 1920, se reintegró a la Compañía del Norte con el puesto de administrador-director. Lo más destacado de su estancia al frente del Canal fue la concurrencia de este organismo a la exposición del Congreso de Medicina e Higiene de 1919, en la que se otorgó al Canal de Isabel II la Medalla de Honor.
Félix Boix permaneció al frente de la compañía hasta su fallecimiento, secundado por tres subdirectores eficientes: Luis Olanda; José Moreno Ossorio, conde de Fontao, y Enrique Grasset. Colaboró en los trabajos del Consejo Superior de Ferrocarriles y fue miembro de la comisión permanente de la Asociación Internacional de los Congresos de Ferrocarriles. Ya antes de su muerte se colocó su busto en bronce, obra del escultor Victorio Macho, en el vestíbulo de la Estación del Norte de Madrid. Esta ciudad le dedicó, más tarde, una calle en su zona norte.
Paralelamente a su carrera como técnico y empresario, Félix Boix había desarrollado una afición al coleccionismo, que se alimentó en la tertulia del conde de Valencia de San Juan y se centró en tres aspectos principales: la pintura, el grabado y la cerámica. Esta doble faceta de técnico ferroviario y coleccionista de cerámica, especialmente de Alcora y Talavera, quedó reflejada en una caricatura de 1904 en que José María Florit le representaba sobre una locomotora, con la siguiente inscripción: “Camino de Talavera, en pos de alguna sopera”. Poco a poco, el aficionado se convirtió en estudioso del arte y mecenas. Investigó en la obra de pintores románticos y artistas decimonónicos poco conocidos, como Francisco Lameyer, sobre el que publicó una monografía en 1919. Colaboró frecuentemente en la revista Arte Español y con la Sociedad Española de Amigos del Arte, en cuya junta directiva entró a formar parte en 1922. En ese mismo año participó en la organización, por la Sociedad, de la Exposición de Dibujos de 1750 a 1860, encargándose de la redacción de su catálogo.
En 1925 fue recibido en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, en cuya ocasión pronunció un discurso sobre la litografía en España, que fue contestado por Luis Menéndez Pidal. En 1927 presidió la comisión organizadora de la Exposición sobre el Antiguo Madrid, en la que dio una conferencia sobre sus recintos y puertas. En 1931 pronunció ante la reunión de las seis academias un discurso de carácter bibliográfico sobre obras de arte españolas del siglo XIX. En 1929 hizo una importante donación de seiscientas veinte estampas y setenta y una fotografías, que, junto con óleos, piezas de porcelana y otros objetos, fue la base para la formación del Museo Municipal de Madrid, instalado en el edificio del antiguo Hospicio. En agradecimiento, el ayuntamiento le dedicó una lápida a la entrada del museo. Otras piezas de su colección se encuentran actualmente en la Fundación Rodríguez-Acosta, de Granada.
Obras de ~: “Ferrocarril de Plasencia a Astorga”, en Revista de Obras Públicas (ROP) (1896); “Nota sobre los medios de aumentar la capacidad de tráfico de la subida de Pajares, en la línea de León a Gijón”, en ROP (1907), págs. 73-75; Las obras del Canal en 1.º octubre 1919, Madrid, 1920; Exposición de Dibujos, 1750 a 1860. Catálogo general, Madrid, Sociedad Española de Amigos del Arte, 1922; Retrato ecuestre del Duque de Lerma pintado por Rubens, Madrid, 1924; “La litografía en España”, en Arte Español, 8 (1925), págs. 279-320; Los recintos y puertas de Madrid, Madrid, Imprenta del Ministerio de Marina, 1928; La primera edición de los caprichos, Madrid, Blass, 1929; Obras ilustradas sobre arte y arqueología de autores españoles publicadas en el siglo XIX: discurso leído ante las seis Reales Academias reunidas en la de Historia [...] el dia 23 de abril de 1931, Madrid, Gráficas Marina, 1931.
Bibl.: D. Pérez, Figuras de España, Madrid, Cía. Ibero-americana de Publicaciones, 1930, págs. 85-97; F. Reparaz Linazaroso, “Félix Boix”, en ROP (1932), págs. 233-234; L. Menéndez Pidal, “La personalidad de Don Félix Boix en Arte”, en ROP (1932), págs. 234-236, F. Wais, Don Eduardo Maristany y Gibert. Don Félix Boix y Merino, Madrid, 1962; F. Wais San Martín, “Don Félix Boix y Merino”, en ROP (1962), págs. 858-862; A. Graíño Bertrand, “Biografía de Elzeario y Félix Boix”, en ROP (1965), págs. 713-714; F. Sáenz Ridruejo, Contribución de los ingenieros de Caminos catalanes al progreso de España, Barcelona, Debate, 2020.
Fernando Sáenz Ridruejo