Aubarede y Kierulf, Guillermo. Cádiz, 18.V.1860 – Madrid, 18.IX.1923. General de Brigada de Ingenieros.
Ingresó en la Academia de Ingenieros en septiembre de 1876, saliendo de la misma como teniente del cuerpo en agosto de 1880, con el número dos de su promoción. Sirvió sucesivamente en el Segundo Regimiento Mixto de Ingenieros y en la Unidad de Ferrocarriles perteneciente al Regimiento Montado, desempeñando como profesor de la escuela de tracción durante buena parte del tiempo de su permanencia en la unidad citada. A finales de 1882 era destinado al Ejército de Cuba como capitán de Ultramar, donde estuvo agregado a la comandancia de ingenieros de la isla.
Vuelto a la metrópoli, estuvo destinado en la Comandancia del Cuerpo en Granada, de donde pasaba nuevamente, en 1892, al segundo Regimiento de Zapadores Minadores. En Granada, Aubarede realizaría una nueva propuesta de ampliación del Hospital Militar de la ciudad. El proyecto surgía como consecuencia de la necesidad de espacio para instalar a las familias de los enfermos y el mal estado de las celdas habilitadas en la planta baja. Tras las obras consiguientes, el hospital crecía al construirse un edificio para enfermería de oficiales y pabellones del director y administrador en el llamado “huerto alto”.
En noviembre de 1893 regresaba como comandante de Ultramar a Cuba, donde inicialmente estuvo como ingeniero comandante de Puerto Príncipe, pasando con posterioridad a la Comandancia de la Trocha de Júcaro a Morón. Además de intervenir en numerosas acciones contra los insurrectos, desempeñó el cargo de alcalde y comandante militar de la localidad de Ciego de Ávila. En mayo de 1897 estaba a las inmediatas órdenes del capitán general de la isla. En el marco de la última guerra cubana, construyó cuatro fortines entre Tunas de Zaza (Sancti Spíritus) y Júcar bajo fuego enemigo. En octubre de 1897 pasaba con destino al Batallón de Telégrafos, y en abril del siguiente año a la división de defensa de La Habana, bloqueada por las tropas norteamericanas, donde se encargó de poner en estado de defensa uno de los sectores de la plaza. En 1898, realizaría la fortificación de la plaza de Matanzas y el acuartelamiento y fortificación en Santa Clara, así como operaciones en varias columnas. Antes de embarcarse en diciembre para la península, tuvo ocasión de cooperar con su unidad en la represión de la sublevación de las fuerzas de orden público.
Una vez repatriado, a su llegada a España formó parte de la comisión liquidadora del Batallón de Telégrafos de Cuba, quedando luego excedente hasta su destino a la Comandancia de Cádiz en mayo de 1900. Pasaba posteriormente destinado a la Comandancia de Ingenieros de Melilla, plaza ésta última, donde realizaría trabajos técnicos a partir de marzo de 1903. Promovido a teniente coronel del cuerpo en noviembre de 1904, siguió en la plaza hasta febrero del siguiente año que dejaba Melilla, debido a su nuevo destino como jefe de la Comandancia de Gijón. En agosto de 1906 pasaba a servir en el 6º Regimiento de Ingenieros, con acuartelamiento en Valladolid. En octubre de 1907 se hizo cargo de la Secretaría de la Comandancia General de la 1ª Región, en la cual continuó hasta su ascenso a coronel en noviembre de 1910, tomando posesión en enero de 1911 del mando del 3.er Regimiento Mixto de Ingenieros, de guarnición en Sevilla, en el que permaneció cerca de dos años.
Ascendido a coronel en noviembre de 1910, obtenía el mando del Regimiento Mixto de Ingenieros Nº 3, con acuartelamiento en Melilla, de donde pasaba, en octubre de 1912, al recién creado Regimiento de Ferrocarriles (permaneció nueve años a su mando), organizándolo y orientándolo acertadamente, distinguiéndose de un modo especial con motivo de las huelgas de 1916 y 1917 en las Compañías del Norte y M. Z. A. y otras de menor importancia. En diciembre de 1920 se le designaba como vocal representante en el Consejo Superior Ferroviario. Formó parte, por motivo de su cargo, de la Junta mixta para reglamentar el servicio militar de ferrocarriles en casos de huelga o anormales, quedando permanentemente como vocal del Comité Central que en el Reglamento aprobado se creó. En agosto de 1921 era promovido a general de brigada, dejando el mando del Regimiento de Ferrocarriles, para ser nombrado General Jefe de Ingenieros de la 5ª Región Militar, y en septiembre de 1922, jefe del Servicio Militar de Ferrocarriles. Falleció en Madrid, el 18 de octubre de 1923, cuando aún ejercía dicho cargo.
Poseía algunas condecoraciones entre las que destacan: Cruz de 1ª clase del Mérito Militar, blanca; otra de 2ª roja; dos de 2ª rojas, pensionadas; Cruz del Mérito Naval, roja; Cruz de San Hermenegildo; tres cruces del Mérito Militar, blancas; placa y gran Cruz de San Hermenegildo; Cruz de Oficial de Leopoldo I de Bélgica y medallas de Cuba, de la Coronación, Sitios de Zaragoza y Gerona, y de oro de los Sitios de Astorga.
Fuentes y Bibl.: Archivo General Militar de Segovia, Expedientes Personales.
Memorial de Ingenieros, 3, Madrid (1892); “Necrologías”, en Revista del Memorial de Ingenieros del Ejército, 1924; A. Bravo Nieto, Ingenieros Militares en Melilla. Teoría y práctica de Fortificación durante la Edad Moderna, Melilla, Universidad de Educación a Distancia, 1991; A. Bravo Nieto, La Ciudad de Melilla y sus autores. Diccionario Biográfico de Arquitectos e Ingenieros (finales del siglo XIX y primera mitad del XX), Melilla, Consejería de Cultura, Educación, Juventud y Deporte, 1997; L. de Sequera Martínez, Historial de las Unidades de Ingenieros en Ultramar (la Campaña de 1898), Madrid, Talleres del Centro Geográfico del Ejército, 1999; F. Acale, El Hospital Militar de Granada, de Palacio renacentista a Escuela de Arquitectura, Sevilla, Fundación Caja Sol, 2003; VV. AA., La Dirección de Trabajos Hidrográficos, 1797-1908, 2 tomos, Madrid, Ministerio de Defensa, 2004; E. Adán García, Los Cuerpos de Caballería e Ingenieros de la Tercera Región Militar en la Guerra de Cuba (1895-1898), 2015.
Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño
