Bringas y Martínez, Manuel de. ?, 30.III.1844 – San Sebastián (Guipúzcoa), 14.III.1883. Coronel graduado, comandante de Ingenieros
Ingresó en la Academia de Ingenieros de Guadalajara en septiembre de 1863, saliendo de la misma como teniente, con fecha 16 de agosto de 1867. Fue su primer destino el 2º Regimiento del Arma (creado en 1860), y en 1874 ascendía a capitán del Cuerpo por antigüedad, con destino al recién creado 3.er Regimiento de Ingenieros, el Regimiento Montado. En 1874 en plena Tercera Guerra Carlista se crearon nuevas especialidades del Cuerpo. Estas se agrupaban en un Regimiento (el número tres) que con carácter de Cuerpo Montado constaba de un primer Batallón con cuatro compañías de Pontoneros, y otro segundo con dos de Telégrafos (eléctricos y ópticos) y dos de Ferrocarriles.
Con anterioridad, en 1873, se creaba una compañía de telégrafos en cada uno de los cuatro regimientos de Ingenieros existentes, aunque esto, momentáneamente, no pasó de la teoría. En efecto, las compañías de Zapadores debían transformarse en unidades de telegrafía, pero en realidad siguieron actuando durante casi toda la guerra como zapadores. Así, la Compañía, que se encontraba fortificando Portugalete, al convertirse en compañía de telégrafos, siguió con su anterior cometido. Esta situación se reproducía con la de telégrafos, mandada por el capitán de Ingenieros, Manuel Bringas, a quien se encomendó la fortificación de Larraga (Navarra).
A principios de 1875, la compañía de Telégrafos del capitán Bringas fue agregada a las reducidas fuerzas del Ejército del Centro, encargada de la vigilancia y defensa del Ebro entre Zaragoza y Amposta. Bajo las órdenes inmediatas del general Manuel Salamanca, general jefe de la 2ª División del Ejército del Centro, la misión de la compañía consistió, transformada ya en una unidad de transmisiones, en asegurar y mejorar las comunicaciones telegráficas entre los distintos puestos de la línea entre sí, con Madrid y con las Capitanías Generales de Aragón, Valencia y Cataluña. Para ello contó inicialmente con su dotación de cuarenta kilómetros de cable y ocho estaciones de campaña. La compañía estableció dos líneas telegráficas y tres ramales entre Mequinenza, Mora de Ebro y Tortosa para poder unir con medios de campaña la infraestructura de líneas telegráficas permanentes ya existentes, que estaba construyendo el Cuerpo de Telégrafos civil por aquellos años. De esta manera, combinando las líneas civiles permanentes con las militares de la línea del Ebro, las comunicaciones militares entre Madrid y Barcelona podían realizarse por cuatro vías diferentes. Las cuatro seguían el camino inicial Barcelona – Tarragona – Mora de Ebro, donde se bifurcaban tres caminos hacia Zaragoza y uno hacia Valencia. Los trabajos comenzaron el 2 de agosto de 1875 y se prolongaron hasta noviembre. En algunos tramos coincidieron con la instalación de las líneas permanentes que estaba realizando el Cuerpo de Telégrafos, por lo que los trabajos de la compañía sufrieron algunas modificaciones. Los trabajos de la compañía de Telégrafos fueron realizados tan acertadamente que el general de la división, Manuel Salamanca, no se contentó con hacerlo presente al gobierno de S.M., sino que se dirigió también al director general de Ingenieros encareciéndole lo satisfecho que había quedado de los servicios prestados por la compañía de telegrafistas, y especialmente por su capitán Manuel Bringas, según una circular de fecha 13 de noviembre de 1875.
Finalizada la guerra civil, S.M. el Rey Alfonso XII decidió hacer un viaje a Ceuta para visitar esta plaza. Debido a la ausencia de telegrafía eléctrica que uniese ambas orillas del estrecho, la real orden de 1 de marzo de 1877 dispuso que una sección de Telégrafos del 4º Regimiento de Ingenieros estableciese un enlace óptico entre Algeciras y Ceuta para mantener al rey permanentemente enlazado con la capital. El regimiento Montado organizó una unidad de apenas nueve hombres al mando del capitán Bringas, formada por un oficial, tres sargentos, tres cabos y dos soldados. Se eligieron el fuerte de Santiago de Algeciras y el fuerte de Monte Hacho en Ceuta como extremos de la línea. El enlace hasta Madrid se continuaría a través del servicio telegráfico civil, con inicio en la estación de Algeciras, a cuyo personal la sección del capitán Bringas entregaría los mensajes, previa firma de un recibo. El 9 de marzo se emplazaron en los puntos señalados aparatos del sistema Mance, consistentes en heliógrafos grandes con espejo rectangular e instalación fija durante el día, y proyectores Magín durante la noche, previamente alineados durante el día, quedando, el 11 de marzo, el servicio abierto. Durante la visita del rey y la escuadra real, que duró hasta el 22 de marzo, la línea óptica transmitió treinta y ocho telegramas: toda la correspondencia oficial de la plaza y todas las noticias que se conocieron de la visita se despacharon a través de la línea óptica.
El éxito del servicio fue tal, que, finalizada la visita real, se decidió mantener el servicio óptico entre Ceuta y Algeciras de forma permanente y se publicó una real orden con instrucciones para el servicio combinado de las estaciones eléctrica civil y óptica militar de las citadas plazas.
Igualmente, al terminar la Tercera Guerra Carlista, las compañías de Telégrafos del Regimiento Montado de Ingenieros se dedicaron a una fructífera labor de instrucción, escuelas prácticas técnicas, diseño de cartillas de enseñanza, experiencias y análisis para seleccionar el material telegráfico y de transporte que debía declararse como reglamentario. En estas tareas destacaron el comandante José de la Fuente y el capitán Manuel Bringas. Además del enlace de telegrafía óptica con Ceuta, ambas compañías de Telégrafos establecieron las redes de telegrafía eléctrica militar de Madrid, Barcelona, Mahón y Cádiz.
Manuel de Bringas era Caballero de la Orden de Carlos III y comendador de la Orden de Isabel la Católica y estaba en posesión de tres cruces del Mérito Militar Rojas y una blanca.
Un año después de su fallecimiento, se publicaba su Tratado de Telegrafía: con aplicación a servicios militares. De los dos volúmenes de que consta, el primero es una obra descriptiva de la telegrafía, que sirvió, no solo para uso militar, sino también para la aplicación civil. En ese primer tomo se hace un recorrido por la telegrafía óptica, la eléctrica e, incluso, la acústica. Además, se describen los aparatos telegráficos de su época, sus aplicaciones, su manejo, así como el establecimiento y construcción de las líneas.
Obras de ~: “Ligera descripción del puente de barcas construido en Orio”, en Memorial de Ingenieros del Ejército, 29 (1874); Tratado de telegrafía con aplicación a Servicios Militares, Madrid, Imp. Del Memorial de Ingenieros, 1884.
Fuentes y bibl.: Archivo General Militar de Segovia (AGMS.). Exps. Pers.
Estados (Escalillas) del Cuerpo de Ingenieros, 1868-1884; Índice Analítico del Memorial de Ingenieros (1843-1920), Madrid, 1921; [Redacción], “Necrología”, en Revista quincenal del Memorial de Ingenieros, (abril de 1883), pág. 55; J. López Muiños, Algunos aspectos técnicos de la Ingeniería Militar española y el Cuerpo Técnico, Madrid, Ministerio de Defensa, 1993; J. Carrillo de Albornoz y Galbeño, Abriendo Camino. Historia del Arma de Ingenieros, Madrid, Imprenta Grafoffset, 1997.
Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño