López de Córdoba, Martín. ?, p. m. s. xiv – Sevilla, 1371. Maestre de Alcántara y de Calatrava.
Descendiente de uno de los conquistadores de Córdoba, Martín Muñoz, y emparentado con la casa de Aguilar y con la de don Juan Manuel, fue uno de los pocos nobles que se mantuvieron fieles a Pedro I durante todo su reinado, e incluso tras la muerte del Monarca. Partiendo de una posición modesta, ascendió desempeñando diferentes oficios palatinos, hasta convertirse en el mayor privado del Rey.
Su presencia en la Corte está documentada desde 1353, año en que era camarero del Rey. El 12 de junio de 1358 intervino en la muerte del infante don Juan, y en 1359 estuvo al frente de una de las galeras de la armada castellana contra Aragón. Por sus servicios, recibió sucesivas mercedes y desempeñó diferentes cargos: en 1360, tras morir Juan Fernández de Hinestrosa, fue nombrado camarero mayor del Rey, distinción que conservaría el resto del reinado, y alcalde de Córdoba; se hizo cargo del alcázar de Molina y los demás castillos que tenía Gutier Fernández de Toledo, caído en desgracia, e intervino en el apresamiento en Soria de la mujer e hijos de Gómez Carrillo. Dos años más tarde fue nombrado repostero mayor (y como tal, formó parte del séquito en la alianza con Navarra contra Aragón) y en 1364, privado y alguacil mayor de Sevilla. En el otoño de 1365 viajó como embajador a Inglaterra para entrevistarse con Eduardo III, y más tarde a Portugal para conseguir una alianza. Aunque las fuentes no ofrecen fechas claras, en torno a estos años sería elegido maestre, primero de la Orden de Alcántara y después de la de Calatrava. Cuando Enrique de Trastámara entró en Castilla intentando arrebatar el trono a Pedro I, acompañó al Rey en su huida, y en Galicia tanto él como Fernando de Castro se opusieron a que Pedro I se dirigiese a Gascuña, instándolo a reunir allí sus tropas y con ellas llegar hasta Logroño. Sin conseguir convencerlo, él y su familia viajaron con el Rey y Mateos Fernández, canciller del Sello de la Poridad, a Bayona. Tanto sus familiares como los de Mateos Fernández quedarían, junto a la infanta Beatriz, como rehenes del pacto de ayuda entre el príncipe de Gales y Pedro I. Tras la batalla de Nájera, y desconfiando de la estabilidad del Monarca, Martín López proyectó con el príncipe de Gales un gobierno tutelado inglés: él mismo, Fernández de Villodre y Fernando de Castro se responsabilizarían del gobierno de Castilla, el príncipe sería regente y el Rey se quedaría en Toledo, se casaría y tendría hijos varones que garantizasen la sucesión. Fallado el plan, y víctima de los recelos de don Pedro por haber impedido la ejecución de tres nobles cordobeses, fue encarcelado en el castillo de Martos. El rey de Granada envió una carta a Pedro I amenazando con invadir Castilla si no dejaba en libertad al maestre.
En 1369, Pedro I, cercado en el castillo de Montiel, moría a manos de su hermanastro Enrique. Martín López había reunido tropas para apoyar al Monarca y supo la noticia en Baeza. Se dirigió entonces a Carmona, plaza fuerte que don Pedro había abastecido para que sirviese como último bastión contra el Trastámara. Permaneció allí más de un año, custodiando el tesoro del Rey y protegiendo a su propia familia y a los hijos ilegítimos de don Pedro. En 1371 la villa se entregó a Enrique bajo promesa de que respetase sus vidas. El Trastámara incumplió su promesa y mandó decapitar al maestre y a Mateos Fernández en la plaza de San Fernando de Sevilla.
Martín López se había casado con Sancha Carrillo, sobrina y criada del rey don Alfonso, de quien enviudó hacia 1363, y mantuvo además una relación con Teresa Álvarez de Haro, madre de su hijo Lope, que moriría preso en Carmona. Fruto del primer enlace del maestre fue la famosa Leonor López de Córdoba, personaje destacado en los reinados siguientes y autora de una de las pocas autobiografías que se conservan de la Edad Media castellana.
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Covadonga Valdaliso Casanova