Fernández de Montemayor, Alfonso. Señor de Montemayor (II) y Alcaudete. ?, p. m. s. xiv – Córdoba, VIII.1390. Adelantado mayor de la frontera.
Hijo primogénito de Martín Alfonso de Córdoba, fundador del señorío de Montemayor, y de su esposa Aldonza López de Haro. Heredó de su padre un extenso patrimonio territorial en la campiña de Córdoba.
Colaborador desde un principio de Pedro I el Cruel, por lo menos hasta los comienzos de la guerra civil castellana, la conducta posterior del Monarca y su inquina personal hacia todos los miembros del linaje Fernández de Córdoba le hicieron inclinarse hacia 1367 al bando nobiliario que encabezaba el pretendiente Enrique de Trastámara. Don Alfonso logró también que la ciudad de Córdoba abandonase la obediencia al Rey legítimo y aceptase como Monarca al bastardo Enrique de Trastámara. El precio de la traición a Pedro el Cruel no se hizo esperar. Tras el triunfo de don Enrique sobre su hermano en Montiel, el nuevo Monarca concedió a Alfonso Fernández el oficio de adelantado mayor de la frontera, que ya venía ejerciendo desde 1367. También el obispo y el Cabildo catedralicio de Córdoba recompensaron a Alfonso Fernández de Montemayor por haber librado a la ciudad del asedio granadino, que en acción organizada en colaboración con Pedro el Cruel tuvo a la ciudad sitiada en mayo de 1368. En ese año, el deán y Cabildo de la iglesia de Córdoba le concedían la capilla de San Pedro y otra próxima en la catedral para que le sirviese de panteón funerario para su familia.
Los importantes servicios prestados por el segundo señor de Montemayor a la entronización de la nueva dinastía culminaron en agosto de 1380, cuando Juan I le concedió la villa de Alcaudete, en el sector occidental del reino de Jaén, muy próxima a la frontera y una plaza muy importante por su situación estratégica “que desde entonces —en palabras de Concepción Quintanilla— se unió a Montemayor para constituir el centro de su fortuna y para servir de distintivo a sus titulares”. Tras la donación de Alcaudete, Alfonso Fernández se mantuvo siempre leal a la dinastía Trastámara, y en este sentido colaboró en la frustrada empresa portuguesa que fracasó en Aljubarrota en 1385.
El segundo señor de Montemayor falleció en Córdoba en agosto de 1390. Había casado con Juana de Castro, a la que el abad de Rute identifica con Juana Martínez que parece ser que fue su verdadera esposa, hija de un caballero cordobés llamado Gil Martínez Tafur. Juana Martínez dio a Alfonso Fernández ocho hijos, tres varones —Martín Alfonso, Fernán Alfonso y Diego Alfonso— y cinco hembras —Constanza, Beatriz, Aldonza, Leonor y María Alfonso—.
Su sucesor, Martín Alfonso de Montemayor, recibió en concepto de mayorazgo la parte principal del patrimonio, de la que formaban parte los bienes siguientes: el castillo de Montemayor, la villa y castillo de Alcaudete, las heredades de Dos Hermanas, la torre de Lara y el cortijo de Frenil, las cuevas de Carchena, el cortijo de Fortún Galíndez y la parte que poseía en las casas principales que habían pertenecido a su padre en Córdoba.
Bibl.: F. Fernández de Córdoba, “Historia de la Casa de Córdoba”, en Boletín de la Real Academia de Córdoba, vols. 70 (1954) a 92 (1972); M.ª C. Quintanilla Raso, Nobleza y Señoríos en el reino de Córdoba. La Casa de Aguilar (siglos xiv y xv), Córdoba, Publicaciones del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba, 1979; A. Franco Silva, “Montemayor. Origen y Consolidación de un señorío cordobés en la Baja Edad Media”, en M. Carmona García (coord.), Actas de las Primeras Jornadas de Historia de Montemayor, Montemayor (Córdoba), Ayuntamiento, 1997, págs. 83-135.
Alfonso Franco Silva
