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Juan Hurtado de Mendoza y Castilla

Biografía

Hurtado de Mendoza y Castilla, Juan. Señor de Morón y Gormaz. ?, m. s. xiv – 1426. Noble, mayordomo mayor y consejero real.

Hijo de Juan Hurtado de Mendoza el Limpio, alférez mayor de Castilla y mayordomo de Juan I, y de María de Castilla, hija del infante don Tello.

Heredó de sus padres la villa de Morón, y de su hermano Ruy Díaz de Mendoza, muerto sin descendencia, las de Mendívil, Nanclares, la Rivera, Martiola y los Cuetos.

Prestamero mayor de Vizcaya, fue nombrado mayordomo mayor de Castilla tras la muerte de su primo Pedro González de Mendoza, el de Aljubarrota, y a la muerte de Juan I fue miembro del Consejo de Regencia, en el partido del arzobispo de Santiago Juan García Manrique, obteniendo pingües beneficios de las rivalidades entre los distintos bandos nobiliarios durante la minoría de Enrique III, y logrando mantener el mayordomazgo, a expensas de su sobrino Diego Hurtado de Mendoza, al que en compensación se le entregó el almirantazgo de Castilla.

Tras ser declarado Enrique III mayor de edad, Juan Hurtado de Mendoza se convirtió durante algún tiempo en la primera figura de la Corte, encabezando el equipo de gobierno surgido de la segunda nobleza, y así, cuando entre enero y marzo de 1394 Martín de Vera, embajador del rey de Aragón, visitó Castilla, llevaba orden expresa de entrevistarse, entre otros, con Juan Hurtado de Mendoza, para conseguir una alianza con el marqués de Villena, que efectivamente fue firmada nada más llegar el marqués a Illescas. Al año siguiente, 1395, el Rey quiso hacerle merced de la villa de Ágreda, de dos aldeas de Soria, Ciria y Borovia, y del castillo de Vozmediano, pero estallaron fuertes disturbios en aquélla y al fin hubo de cambiarse esta donación por la de Almazán, con todas sus aldeas y villas, y el castillo de Gormaz.

Participó en la conquista de Antequera con el infante don Fernando, a quien representó para hacer valer sus derechos en la Corona de Aragón, y a quien acompañó en 1413 para asistir a su coronación.

Tras la marcha de Fernando de Antequera de Castilla, Juan Hurtado de Mendoza se convirtió en uno de los principales valedores del partido del infante don Juan durante las guerras de la minoría de Juan II. Y tras la muerte de Fernando, al imponerse el arzobispo de Toledo, Sancho de Rojas, que exigió el estricto cumplimiento del testamento de Enrique III, la oposición al arzobispo se aglutinó en torno a Juan Hurtado de Mendoza, “que ya era Mayordomo Mayor y estaba muy cerca de la persona del Rey” (Crónica de Juan II, año 1419, cap. I), el almirante, el condestable y otros, y cuando Juan II fue declarado mayor de edad en las Cortes de Madrid, Juan Hurtado de Mendoza se convirtió en la principal figura política del reino, consiguiendo establecer un firme control sobre el Consejo (del que era miembro), sobre la expedición de documentos relativos a la hacienda regia y haciendo que las decisiones del Consejo se tomaran por mayoría. Poco después, estando la Corte en Segovia, volvió a imponer su criterio cuando se decidió dividir el Consejo en dos grupos de cuatro miembros cada uno, que asistirían al Rey alternativamente cada cuatro meses. Sin embargo, el mayordomo dominaba la voluntad real por medio de don Álvaro de Luna, primo de su mujer, a quien él mismo había introducido en la Corte, y que ya era el hombre de confianza del Monarca.

Fue, sin embargo, hecho prisionero por el infante don Enrique el 14 de julio de 1420 en el “golpe de Estado de Tordesillas”, aunque después éste le envió con rehenes y bajo palabra de honor a hacerle entrega del Alcázar de Segovia, pero Juan Hurtado quebrantó su palabra e inmediatamente fue a unirse a las tropas del duque de Peñafiel.

Al año siguiente participó en las negociaciones entre los dos infantes.

Contrajo matrimonio en primeras nupcias con Leonor de Arellano, hija del señor de Los Cameros; en segundas nupcias con Mencía de Mendoza, hija de Pedro González de Mendoza el de Aljubarrota y viuda de Gastón de la Cerda, II conde de Medinaceli, y finalmente, en terceras nupcias, con María de Luna, hija del camarero mayor de Enrique III, Juan Martínez de Luna.

Fueron sus hijos Ruy Díaz de Mendoza, I conde de Castrogeriz, Juan, progenitor de los condes de Orgaz, y María, que contrajo matrimonio con Diego Sarmiento, señor de Salinas.

Murió en 1426 y su herencia supuso una auténtica crisis en el reino de Castilla, ya que el rey de Navarra protegió a Ruy Díaz, hijo del primer matrimonio, mientras que Álvaro de Luna apoyó a los vástagos del tercero, hijos de su prima María de Luna.

 

Bibl.: D. Gutiérrez Coronel, Historia Genealógica de la Casa de Mendoza, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Jerónimo Zurita, 1946; A. B. Sánchez Prieto, La Casa de Mendoza hasta el tercer Duque del Infantado (1350-1531), Madrid, Palafox y Pezuela, 2001.

 

Ana Belén Sánchez Prieto

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