Castilla, Constanza de. Castrojeriz (Burgos), VII.1354 – Leicester (Reino Unido), 24.III.1394. Infanta de Castilla.
Segunda de las hijas que Pedro I tuvo con María de Padilla, creció en Sevilla, junto a su madre y a sus hermanas Beatriz e Isabel, y en 1362 fue reconocida como legítima, declarada infanta y colocada en segundo lugar en la línea sucesoria castellana. Cuatro años más tarde, su padre abandonó el reino y se llevó a sus hijas a Bayona, en donde firmó una alianza con el príncipe de Gales para obtener el apoyo militar inglés y recuperar el control del gobierno castellano. Beatriz, Constanza e Isabel permanecieron en Bayona como rehenes hasta la victoria en la batalla de Nájera, tras lo cual parece que al menos las dos menores regresaron a Castilla, en 1367. Por no haberse pacificado del todo la situación en el reino, Pedro I abastece la villa de Carmona y envió allí a sus herederas, junto a otros hijos ilegítimos de menor edad, las familias de sus principales privados y el grueso de su tesoro. El Rey murió asesinado en Montiel, en 1369, y Martín López de Córdoba acudió a Carmona en espera del apoyo portugués para destronar a don Enrique y defender los derechos al trono de Constanza. Dos años más tarde, perdida toda esperanza, Constanza e Isabel fueron trasladadas a Bayona antes de que la villa se entregase, y allí se pactó el enlace de Constanza con Juan de Lancaster, hijo de Eduardo III de Inglaterra, que se celebró en Roquefort a principios de septiembre de 1371. Era el segundo matrimonio para el duque, viudo con dos hijas y alcanzando ya los treinta y nueve años de edad, mientras ella apenas contaba diecisiete. En febrero de 1372, el mismo año en que nació su hija y heredera Catalina, hizo una entrada solemne en Londres, titulándose reina de Castilla. En 1374, y encontrándose en Gante, dio a luz un hijo, Juan, que murió poco más tarde.
Constanza fue considerada pieza clave para apoyar las ambiciones castellanas del Lancaster, quien tras la muerte de su hermano el príncipe de Gales era animado por los antiguos privados de Pedro I a hacerse con el gobierno de Castilla. Sin embargo, ella debió de ver un simple paréntesis en esta etapa como duquesa de Lancaster, a la espera de hacer valer sus derechos y convertirse en verdadera reina de Castilla.
Defendiendo sus pretensiones, las tropas inglesas amenazaron a la dinastía Trastámara en varias ocasiones, hasta pactar en 1388 el enlace entre la hija de Constanza, Catalina de Lancaster, y el heredero castellano, el infante Enrique. Se cerraba así la cuestión dinástica mediante una boda, que uniría a los descendientes de Pedro I y Enrique de Trastámara.
Tras ello a Constanza le fue permitido visitar Castilla y entrevistarse con su primo Juan I. Regresó después a Inglaterra, donde murió en 1394, abandonada ya toda esperanza de reinar. Fue enterrada en la iglesia de Santa María de Leicester.
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Covadonga Valdaliso Casanova